El cierre de la campaña: siguen los conflictos y preocupa la participación
La derecha, profundiza su guerra boba. Ya no solo entre Ossandón y Piñera, con Kast como espectador, sino dentro del piñerismo: iba a realizar su cierre en La Florida, pero otros alcaldes de derecha cuestionaron le diera visibilidad a su alcalde Rodolfo Carter, en lugar de otros ediles derechistas. Lo hizo finalmente, encerrado en su comando de campaña en Las Condes. Ossandón, cerró con colectiveros, sin acto, como “señal de austeridad”. Kast realizó un cierre en un club, diferenciándose de Piñera una vez más, diciendo que no quiere un “gobierno de los mejores”, sino un “gobierno de todos”.
En el Frente Amplio, Beatriz Sánchez cerró con un acto en Valparaíso junto a su alcalde Jorge Sharp, mientras que Alberto Mayol en Punta Arenas. Ambos llamando a superar a la derecha.
Todos están preocupados por la participación, que podría ser reducida. La derecha se proponía que votaran un millón de personas, más que las 800.000 del 2013. La final de la Copa Confederaciones, sería un factor. Pero lo cierto es que debate televisivo de la derecha, habría restado a un buen número. El Frente Amplio no tiene parámetro y por eso no anuncia una cifra, aunque distintos comentaristas dicen que 300.000 sería un buen piso, y debajo de eso un fracaso.
Las franjas televisivas: alta politización, debilitamiento de la Nueva Mayoría y refortalecimiento del Frente Amplio
Las franjas televisivas mostraron, en primer lugar, una alta politización: fueron vistas por el 40% de los televidentes.
Se marcaron dos grandes proyectos alternativos. La derecha, como trinchera contra cualquier demanda de la lucha de clases, envuelta en trampas, promesas demagógicas, e intentos de cambiar de eje. De conjunto, donde más claro se vio, fue en el rechazo cerrado a la gratuidad en educación (con matices, para Kast, es “una cuestión de principios”; para Ossandon es tramposo, solo vale como un sueño; para Piñera solo se puede aceptar los actuales beneficiados, para el resto, créditos y becas), así como en la promesa de mayor seguridad (y represión). Cada uno, con su eje: en Piñera el crecimiento; en Ossandon la denuncia contra la corrupción; en Kast una vaga fuerza de las ideas.
El Frente Amplio, un proyecto anti-neoliberal, con su adopción de la demanda por NO+AFP, seguro universal de salud, aumento de impuestos a las grandes riquezas, gratuidad en la educación, entre otros. De conjunto, se vio en el llamado a transformar Chile contra la mercantilización de todo. Cada uno con su eje. Beatriz Sánchez la esperanza que convoque a grandes mayorías; Mayol la crítica desde una izquierda explícita. El anti-neoliberalismo se desnuda mostrando sus límites ante preguntas agudas: cada uno aclaró que se buscarían acuerdos, con la derecha y la Nueva Mayoría, poniendo como ejemplo los acuerdos nacionales de las décadas de 1930/1940 y de 1970 por un sistema nacional de salud y por la nacionalización del cobre. Los dos dejaron ambiguo si apoyarían a Guillier en una segunda vuelta. Los dos aclararon que pretenden generar mejores condiciones para el desarrollo de empresas que no afecten derechos (¿existen?), por ejemplo, invirtiendo en ellas los fondos recuperados de las AFP. ¿Pero pueden conquistarse esas promesas, los derechos arrebatados que se vuelven a exigir en las calles, sin afectar los intereses capitalistas, su despótico poder de propiedad?
Un efecto mayor es que aparecieron estos dos conglomerados como alternativas, debilitando aún más a la Nueva Mayoría, y fortaleciéndose, en su lugar, el Frente Amplio como contendor de la derecha.
Los debates televisivos: el protagonismo de los periodistas y el sello indeleble de la corrupción en la derecha. ¿Quién ganó?
Hubo varios debates, nunca se cruzaron los de la derecha con los del Frente Amplio, varios fueron a cada uno individualmente.
Los periodistas fueron protagonistas, instalando los temas que querían instalar por sobre lo que pretendieran los candidatos. Mayoritariamente, fueron de tono piñerista, al menos en lo más resonado, ninguneando a Ossandón por falta de estudios, en un aristocratismo chocante; pretendiendo juzgar el nivel de los candidatos por la mano de las cifras, como si se tratara de la administración de un almacén; poniendo el tema de la corrupción, del que resultaron Piñera y Ossandón los más afectados. El primero, en el único debate televisivo del sector; el segundo, en un debate radial con la acusación de la periodista Pilar Molina.
La derecha mostró el espectáculo de la guerra boba interna que los sacude. Estuvo marcado por el sello indeleble de la corrupción que los marca, y que Piñera encarna, con cuatro de sus ministros investigados, los casos Barrancones o Dominga, entre otros. Además, mostró una derecha no solo crispada, sino trizada que amenaza que podría romperse en los próximos meses (Ossandón ya renunció al Comité de Senadores de RN).
El Frente Amplio fue de más guante blanco entre sus candidaturas, con un patinazo al final, con Mayol acusando a Beatriz Sánchez de haberse “copiado” de su programa, y ella respondiéndole que era una acusación vergonzosa. Pero, de conjunto lograron transmitir más sus ideas.
Se desnudaron intenciones, o habilitaron proyecciones. En el caso de la derecha, pareciera que más bien trata de posicionar su figura a futuro, y fortalecer su partido, Evópolis. En el caso del Frente Amplio, definiéndose el perfil “ciudadano” por sobre el de “izquierda”, pero, con buena votación de Mayol, intentando que el bloque que lo apoya encabezado por Nueva Democracia del ex dirigente sindical Cristian Cuevas pueda poner su sello en este nuevo conglomerado.
El ganador aquí, fue claramente el Frente Amplio, que apareció como una nueva fuerza política de alcance nacional, contendor de la derecha, proyectando figuras nacionales.
Aportes públicos y reservados: reflejo de las apuestas empresariales
Entre tanto, el Servicio Electoral (Servel) dio a conocer los aportes públicos y privados hasta el 23 de junio. Las diferencias son astronómicas.
Piñera recibió más de 414 millones de pesos. Entre los principales aportantes están Hernán Levy, ex presidente de Colo-Colo; Raimundo Valenzuela, ex accionista de La Polar; y Fernando Echeverría, empresario de la construcción.
Lo sigue Ossandón con más de 81 millones de pesos, casi todo aportado por su multimillonaria familia.
Felipe Kast logró más de 18 millones de pesos.
En la vereda de enfrente, el Frente Amplio estuvo mucho más lejos. Beatriz Sánchez con más de 13 millones de pesos, y muy lejos Alberto Mayol con 545.711 pesos provenientes de 28 aportantes.
Claramente, los empresarios apuestan fuerte por la derecha.
Anécdotas decidoras
El pinochetismo y Piñera. En su lanzamiento ya tan lejos como el 21 de marzo en Quinta Normal, el piñerismo mostró su verdadero rostro. “Viva Chile y Pinochet”, se escuchaba entre los asistentes a aquel acto.
El liberalismo que no es tal de Kast. "Estoy en contra del aborto porque soy liberal", declaró el candidato de Evópolis.
Las operaciones políticas del piñerismo. La periodista Pilar Molina enrostró una acusación de boletas falsas a Ossandón sin pruebas. La oveja negra de la derecha respondió que se trataría de una operación política, como la de la radio Kyoto en los 90’ contra Evelyn Matthei del mismo Piñera, ya que la periodista sería del círculo del ex presidente.
En el último día, a propósito de la denuncia de Beatriz Sánchez que la televisión no organizó más debates del Frente Amplio, CNN le respondió que fue invitada a debates y no aceptó. Luksic criticó que Canal 13 (de su propiedad) no organizara un debate como el de la derecha. Mayol dijo que Sánchez haya rechazado debates es una “inconsistencia”. |