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El ministro ha dado la noticia en un artículo para la revista británica Catholic Herald Magazine en el que escribió que "Hemos descubierto que la situación es mucho más saludable de lo que parecía, porque unos cientos de millones de euros estaban guardados en cuentas de ciertas secciones y no aparecían en las hojas de balance", afirmó el cardenal.
Aunque este descubrimiento podría ser digno de escándalo, para el ministro es una buena noticia, ya que "Es importante señalar que el Vaticano no está en quiebra (...) la Santa Sede está pagando sus gastos, y a la vez posee importantes activos e inversiones".
Pell no insinuó ningún delito pero dijo que los departamentos del Vaticano por mucho tiempo tuvieron "casi carta blanca" con sus finanzas y siguieron "patrones establecidos tiempo atrás" para manejar sus asuntos. "Muy pocos estuvieron tentados de contarle al mundo exterior lo que sucedía, excepto cuando necesitaban ayuda adicional", dijo el cardenal, señalando a la otrora poderosa Secretaría de Estado como un departamento que era especialmente receloso de su independencia.
"Era imposible que alguien supiera exactamente lo que sucedía en general", dijo Pell, director de la nueva Secretaría para la Economía que es independiente de la ahora reducida Secretaría de Estado.
El mes pasado, la oficina de Pell envió una carta a todos los departamentos del Vaticano sobre los cambios en el manejo de la economía y la contabilidad.
Desde el 1 de enero, cada departamento deberá aprobar "medidas financieras claras y eficientes" y preparar información financiera y reportes que cumplan con estándares internacionales de contabilidad.
Cada reporte financiero será revisado por una firma internacional de auditorías, según la carta.
Desde la elección del Papa en marzo del 2013, el Vaticano ha aprobado grandes reformas para cumplir con estándares financieros internacionales y evitar el lavado de dinero.
Agencias: Reuters |