Los principales candidatos sostienen que será una campaña “de baja intensidad”, pero todos enfrentan algunos contratiempos. El Frente de Izquierda y una posibilidad histórica.
Odebrecht y algo más que una molestia para Juan y Martín
Los gasoductos son un pilar de la campaña del oficialismo de Unión por Córdoba. Por los 2.300 km de tendido se pagarán más de 800 millones de dólares. La brasilera Odebrecht, envuelta en un escándalo internacional, se quedó con el 45 % de esta megaobra. “Acá no ofrecieron ni un mango” y “trabaja bien, rápido y cobra barato” fueron las únicas declaraciones del gobernador al respecto. Lo de “bien, rápido y barato” todavía está por verse para los cordobeses.
Además, la semana pasada, el ministro de Agua, Ambiente y Servicios Públicos, Fabián López, fue llamado a indagatoria por el fiscal federal Federico Delgado. Lo citan junto a empresarios y ex funcionarios, en la causa por la construcción de la planta potabilizadora Paraná de las Palmas, en Tigre. La obra fue adjudicada también a Odebrecht en una unión transitoria de empresas (UTE). En ese momento, López era subsecretario de Recursos Hídricos del Ministerio de Planificación Federal que conducía Julio de Vido.
El solo pedido de indagatoria preocupó a UpC, ya que el ministro es un hombre clave en el proceso licitatorio de los gasoductos. Delgado investiga un sobreprecio de más del 100 % en la obra de la planta potabilizadora. El sobreprecio es la constante detrás del negocio de la obra pública y en Córdoba, la relación dólar/kilómetro también se paga un poco mejor.
Lo cierto es que Odebrecht salpica para todos lados y su desenlace no depende de la Provincia, sino de la información que manden desde Estados Unidos y Brasil, como también de la “cooperación” de los representantes de la constructora Argentina. Aunque aún latente, el tema Odebrecht-gasoductos puede ser un dolor de cabeza para Schiaretti y Llaryora, su candidato a diputado.
Internismo al palo
Cambiemos, por otro lado, cuenta con la ventaja del apoyo de Macri, pero el armado de la lista dejó varios heridos. Estas elecciones representan un verdadero reto para Ramón Mestre, que aspira a ser gobernador en dos años. La furiosa campaña antiobrera que desplegó durante el conflicto de la UTA tiene que ver con esto.
Si Cambiemos hace una buena elección, Mestre puede salir fortalecido hacia 2019 como artífice del triunfo, pero corre el riesgo de levantar demasiado a Héctor Baldassi. El ex árbitro tiene muy buena imagen pública y alto nivel de conocimiento en la población. Marcos Peña lo dijo claramente en una entrevista reciente cuando le consultaron quién es el referente de Cambiemos en Córdoba. “Me hace acordar cuando en la selección nacional teníamos esos ’problemas de abundancia’, de tener tantos buenos delanteros. Es bueno tener esos problemas. Ramón como Mario Negri, como Oscar Aguad y los muchos dirigentes radicales muy buenos de Córdoba, como es también el caso de ’la Coneja’ Baldassi, y el de Luis Juez y el Frente Cívico”. Las declaraciones del jefe de gabinete alimentan los temores del intendente.
Pero si UpC le saca mucha ventaja a Cambiemos, las rispideces al interior de la UCR pueden crecer y terminar con la supremacía del mestrismo por sobre los demás núcleos internos. Ninguno obtuvo ni un suplente en la lista de Cambiemos. Un grupo de intendentes radicales del interior expresó su descontento ante esta situación esta semana: “Somos los que tenemos que salir a buscar votos, pero también los que tenemos que explicar al resto de los dirigentes la falencia de las autoridades que toman decisiones pensando en lo personal”, dice el comunicado. La aclaración de que apoyarán la lista parece estar de más.
El kirchnerismo “ciudadano”
El kirchnerismo cordobés, al igual que en todos lados, estableció a lo largo de los años varios acuerdos con lo más rancio de la derecha peronista. Pero luego de la derrota del 2015, la fuga de dirigentes y militantes hacia el schiarettismo se convirtió en una constante, con la excusa de que “no es De la Sota”.
Tal vez por eso ningún referente conocido del espacio aceptó ser parte de la lista del Frente Córdoba Ciudadana. Finalmente, lo encabezarán Pablo Carro, secretario general de los docentes universitarios y Eduardo Fernández, presidente de Apyme. La lista, en la que no hay ningún nombre de Kolina ni de La Cámpora, se reivindica como “parte de un emergente de la protesta social y de los reclamos contra el ajuste de este año y medio”.
La candidatura de Fernández pretende mostrar que un sector de los capitalistas tiene los mismos intereses que los trabajadores, y que han sido igualmente afectados por el ajuste macrista. Lejos de esto, las PyMES concentran la mayor parte del trabajo en negro y han sido parte de la oleada de despidos y suspensiones del último año y medio.
Por el lado de los sindicatos, sector que vendría a representar la candidatura de Carro, hasta ahora no se avizora ninguna alternativa. Gremios como Adiuc, Surrbac, UEPC o Luz y Fuerza, que llamaron a votar a Scioli en el 2015, no demostraron mucha fuerza para combatir el ajuste al salario de sus propios afiliados, como tampoco realizaron ninguna medida contundente para apoyar a la protesta de los y las choferes del transporte urbano.
La falta de movilización habilitó al gobierno a votar la ley de servicios esenciales, que busca criminalizar los métodos de lucha de los trabajadores. También permitió que la UTA y las empresas inicien el proceso de desafueros de los delegados y las delegadas que no responden a la burocracia sindical. Con estos antecedentes es poco creíble el relato de la “resistencia al ajuste”.
La fuerza de la izquierda
Gabriel Frizza, intendente PRO de Jesús María, dijo en una entrevista reciente que Schiaretti estaba al tanto de la composición de la lista en la que él ocupa el tercer lugar. Al parecer, el mismo Macri le habría filtrado la información al gobernador.
Sea o no real la anécdota, está claro que a ninguna de las principales alianzas le conviene una campaña confrontativa. Es poco probable que algún integrante de Cambiemos cuestione profundamente las irregularidades en la obra de los gasoductos, ya que el gobierno nacional mantiene contratos con las mismas empresas. Nadie alzará la voz contra las empresas (grandes y pequeñas) que despiden y suspenden trabajadores. Ni que hablar de la situación de las mujeres y la juventud, cuyas vidas seguramente no mejoraron radicalmente con los subsidios miserables de Schiaretti y Vigo.
En definitiva, los intereses de los trabajadores, las mujeres y la juventud no estarán presentes en la campaña de estos partidos.
Sí serán protagonistas de la campaña del Frente de Izquierda, que tiene la posibilidad histórica de alcanzar una banca en Diputados. En la Córdoba gobernada durante 20 años por De la Sota y Schiaretti, y que votó a Macri hace dos años, son miles quienes repudian a la casta política que se aumenta las dietas mientras existe un 40 % de pobreza. Miles se movilizan contra los despidos y las suspensiones, contra la violencia machista y por los derechos de las mujeres. Esa es la fuerza que quiere llevar el Frente de Izquierda, que es parte de estas luchas, al Congreso Nacional.
Con esta propuesta y esta perspectiva, el PTS en el FIT realizará un acto cena el sábado 8 de julio en el Centro cultural Unión y Benevolencia, lanzando su campaña. En el mismo estarán presentes Laura Vilches y Javier Musso, candidatos del PTS, y Liliana Olivero (Izquierda Socialista) que encabeza la lista de Diputados en el FIT.