Foto DyN
El presidente Mauricio Macri homenajeó en la mañana de este lunes a los llamados “policías caídos en cumplimiento del deber”. El acto se realizó frente al monumento de avenidas Del Libertador y Monroe de la Ciudad de Buenos Aires.
Macri estuvo acompañado por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, el titular de la Cámara de Diputados Emilio Monzó y el jefe de la PFA Néstor Roncaglia. Por cuestiones de fuerza mayor no pudo participar José Pedro Potocar, el exjefe de la Dirección General de Comisarías de la Federal y, desde hace algunas semanas, también exjefe de la Policía de Ciudad creada por Horacio Rodríguez Larreta. Potocar, como se recordará, hoy está preso y procesado por conducir una red de coimeros y extorsionadores desde el puesto que tenía en la PFA.
La excusa del acto era entregar la llamada “Medalla Púrpura” a familiares de uniformados muertos en actividad. “Hoy no es un día para hacer anuncios de reformas o de proyectos, sino para homenajearlos a ellos y a sus familiares y amigos. Quiero pedirles que más allá del dolor, traten de quedarse con lo mejor de cada uno de ellos, para sobrellevar el dolor”, reflexionó Macri al tiempo que abrazaba con gesto adusto a esposas e hijos de los fallecidos.
Durante su discurso el Presidente exaltó el supuesto “privilegio de vestir el uniforme” de la Policía Federal, “que significa el compromiso de cuidar al país y a su gente”. “Decidir ser policía requiere no sólo de una vocación de servicio y valentía, sino de un corazón especial, porque incluye un riesgo muy grande”, sentenció Macri rodeado de muchos de los camaradas de armas de Potocar.
Ninguno de los asistentes pudo confirmar si Macri, en medio de un acto con tono serio, quiso hacer uno de sus reconocidos chistes. Lo cierto es que el jefe de Estado dijo a renglón seguido que “en los tiempos que vivimos, aún mayores son esos riesgos, sobre todo porque en esta nueva etapa hemos decidido trabajar juntos para enfrentar al crimen organizado, a la violencia que todos los días nos enfrenta en la calle y al narcotráfico”. Nadie se rió, obviamente.
Con el mismo tono serio pero quizás con la misma gracia, Macri agregó que un policía “es un servidor público que tiene un rol fundamental: es el que está cuidándonos, el que está intentando con su trabajo contribuir a que podamos vivir con tranquilidad”.
Luego de semejantes definiciones, el Presidente repartió las medallas púrpuras entre un puñado de deudos y estrechó, una vez más, el lazo indisoluble que une al Estado capitalista con sus bandas armadas, quienes tienen el monopolio oficial del manejo y la regimentación del gran delito, de la coima, del gatillo fácil, de la extorsión y de la represión al pueblo trabajador. |