Especialistas del INAH, en conjunto con personal de investigación de la UNAM, llevaron a cabo un estudio en la Zona Arqueológica de Teotihuacán, para comprobar la existencia de un pasaje subterráneo debajo de la Plaza de la Luna y la Pirámide de la Luna.
La arqueóloga Verónica Ortega indicó que la evidencia supone la existencia de un canal norte sur, que viene del altar central hacia el norte, y otro que parte de la escalinata sur, hacia el sur. Además, señaló que con base en los descubrimientos en torno a la Pirámide del Sol y el Templo de Quetzalcóatl, los otros dos monumentos de la ciudad prehispánica, se presume que haya un canal este-oeste en el canal central.
La arqueóloga comentó que desde hace 20 años que se realizaron excavaciones en la Pirámide de la Luna, pero nunca fueron hacia el subsuelo.
Dichas excavaciones atravesaron los cuerpos de la pirámide, y así se encontraron sus etapas constructivas, las cuales son siete. La primera de ellas se empezó a edificar en el año 100 a.C. hasta el año 450 d.C. cuando se construyó la última etapa.
Por su parte, la doctora en Geofísica, Denisse Argote explicó que el método de la tomografía eléctrica, utilizado para la investigación, funciona a través de la inyección de corriente eléctrica al subsuelo mediante electrodos, unos suministran la corriente y otros miden la diferencia del potencial, ésta es registrada mediante un aparato llamado Syscal Pro, posteriormente los datos se procesan para crear modelos en 2D y 3D.
Denisse Argote contó con la colaboración de un equipo de ingenieros físicos de la Facultad de Ingeniería y del Instituto de Geofísica de la UNAM.
Las imágenes preliminares sugieren una cavidad recta a diez metros de profundidad que iría del centro de la plaza a la Pirámide de la Luna.
Tanto la Pirámide del Sol como el Templo de Quetzalcóatl cuentan con túneles, el hallazgo en la Pirámide de la Luna confirmaría que los teotihuacanos reprodujeron el mismo patrón de túneles asociados a sus grandes monumentos, cuya función sería la emulación del inframundo, lugar donde se recreaba el origen de la vida, las plantas y los alimentos. Por eso, se cree que su uso fue de carácter ritual para la realización de ceremonias relacionadas con los ciclos agrícolas, según Verónica Ortega.
Si el resultado de los estudios es positivo, en un futuro se exploraría el pasaje subterráneo. Señaló que de no existir túnel, la información revelaría que la Pirámide del Sol y la Pirámide de la Luna son complejos rituales diferenciados. |