Según el primer informe oficial, se había tratado de una riña con el saldo de 5 muertos y un herido. Esto debido a que se esperaba la visita del secretario de Seguridad de Estados Unidos, John Kelly y de los secretarios de Defensa y de Marina de México, Salvador Cienfuegos y Vidal Soberón.
No obstante, el gobernador Astudillo se vio obligado a admitir que el motín al interior del penal de Las Cruces, en Acapulco, en realidad fue mucho más grave: dejó un saldo de 28 muertos y 3 heridos.
De acuerdo con el último reporte oficial, el conflicto tuvo lugar alrededor de las 5:00 horas cuando custodios informaron detonaciones de arma de fuego al interior de la cárcel.
El penal donde se suscitaron los hechos se localiza en el llamado cinturón de miseria del principal destino turístico del estado de Guerrero.
Fue en el módulo de “máxima seguridad” donde se dio el motín, donde se hallan recluidos quienes están acusados de ser parte del crimen organizado. Estaban armados: esto fue solapado por las autoridades.
Hay más de 2,000 personas detenidas en el penal de Las Cruces y se lo reconoce como una plaza del narcotráfico dentro del mismo puerto de Acapulco.
Este motín tiene lugar un mes después del que hubo en el penal de Ciudad Victoria, Tamaulipas.
Otra expresión de la crisis estructural del sistema penitenciario, en el que priman el castigo punitivo para los más pobres, abusos y vejaciones de todo tipo, mientras ofrece todo tipo de privilegios a los líderes del crimen organizado y a los pocos personajes de la casta política que allí terminan para mejorar la mala imagen de los partidos que gobiernan al servicio de los empresarios. |