Se trata de las declaraciones del presidente nacional de la Central de Organizaciones Campesinas y Populares (COCyP) Jacobo Femat, quien ante la finalización del Foro Estratégico sobre el Capítulo Agropecuario del Tratado de Libre comercio de América del Norte (TLCAN) calificó a este espacio de “mera simulación ante la opinión pública, que busca justificar una estrategia económica internacional errónea”.
El espacio organizado por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) el pasado viernes estuvo principalmente protagonizado principalmente por “empresarios que acopian, industrializan y exportan productos de los campesinos de México, así como comercializadores” puntualizó Jacobo. Este foro forma parte de las supuestas mesas de consulta con los productores que muestra claramente que la intención del gobierno federal es “dialogar” con los sectores empresariales y preparar una negociación mucho a acorde a sus intereses que con los sectores campesinos quienes una vez más no son tomados en cuenta.
El dirigente de los pequeños productores y también candidato por Morena a la alcaldía de Lerdo, Coahuila, en las recientes elecciones de junio, también puntualizó la nula claridad en cuanto a cómo se abordará el derecho de los campesinos al crédito, capitalización, insumos, tecnología y asistencia técnica, así como una serie de elementos macroeconómicos que le permitan a los sectores agrícolas un plan de desarrollo rural, acorde a la realidad y a la necesidades de los productores y de la población en general.
Sin embargo las claras intenciones por parte del gobierno han ido en el sentido opuesto, como lo demostraron también los recientes encuentros entre funcionarios de la SAGARPA con representantes de reconocidas empresas agropecuarias, como lo fueron los encuentros con sectores del Consejo Nacional Agropecuario, además con Cargill, Monsanto y Nestlé, dejando claro que la intención es un mayor acercamiento a los intereses de éstas poderosas empresas, y no atender los problemas profundos del campo mexicano.
Finalmente se hizo hincapié en la cada vez más cristalizada subordinación de los negociadores mexicanos a los intereses de los empresarios y los gobiernos estadounidense y canadiense, para lo cual se puntualizó que “los representantes mexicanos ya están vencidos, van sometidos a las reglas e intereses y caprichos de los extranjeros, justificando que nos necesitan y que aun en condiciones de desigualdad, México debe mantenerse en ese acuerdo comercial que no ha significado otra cosa que miseria, desempleo, atraso y migración campesina.
También, el dirigente de la COCYP, se preguntó "cómo resolverán la falta de presupuestos para el desarrollo rural, con el déficit que arrastran con el desmantelamiento del campo, la industria y los servicios nacionales de financiamiento y tiene al país limitado en sus finanzas y sometido al pago de una deuda externa creciente".
Ante estas duras condiciones del campesinado pobre y aún para aquellos que son pequeños productores, las preguntas que se hacen las organizaciones pasaran por resolverse de la mano de la unidad con los trabajadores de las ciudades, de los servicios, la manufactura y maquiladoras.
Organizados por fuera de las organizaciones partidarias oficiales del régímen priista y su aparato electoral, tendemos que luchar diario codo con codo para imponerle a los de arriba una salida que apunte a resolver estos grandes problemas, desde el no pago de la deuda externa hasta la renacionalización de la industria petrolera y la banca.
Sólo así se podrá implementar planes en favor de las masas desposeidas y los pequeños productores del campo. Mediante un plan de obras públicas y vivienda, la garantía del crédito a la producción en el campo y la distribución de sus productos a los consumidores, eliminado las prácticas parasitarias como los intermediarios que sólo encarecen los productos y los hacen inaccesibles al pueblo pobre. |