Entre los días 7 y 8 de julio, se reunió en la ciudad alemana de Hamburgo el llamado "Grupo de los 20", un foro de 19 de los países imperialistas y semicoloniales más importantes del planeta, además de representantes de la Unión Europea. La reunión encontró el rechazo de la mayoría de la población de Hamburgo, y fue recibida por protestas multitudinarias, con el protagonismo sobre todo de una juventud que tiende a indentificarse como anticapitalista.
El evento costó hasta 130 millones de euros -45.138 de euros por minuto-. La juventud trabajadora en Alemania gana menos de la mitad de eso trabajando durante un año entero, si no se ve sometida a prácticas no remuneradas, contratos de cero horas, evasión del salario mínimo etc. Al mismo tiempo, los gobiernos europeos siguen con sus políticas de austeridad.
La cumbre debió abordar discusiones sobre el comercio internacional y la cuestión climática. Como parte de eso, se trataba de discutir "colaboraciones" con países africanos, que nos son otra cosa que el fortalecimiento de la expoliación del continente africano.
Para decirlo de otro modo: en Hamburgo se reunieron las cabezas de los gobiernos capitalistas más importantes para intercambiar sobre cómo modificar las condiciones de explotación aún más a su favor, y a la vez posicionarse en el marco de las crecientes tensiones geopolíticas entre los grandes poderes al nivel mundial.
Pero no solo eso: En el plano interno alemán, la celebración de la cumbre en Hamburgo -una ciudad con una importante influencia de la izquierda autonomista- también tuvo como objetivo justificar un discurso securitario en contra de una vanguardia juvenil amplia, y desplegar una ferviente represión contra ella. Hasta 25 mil policías, decenas de lanza-aguas, una prisión temporaria construida explícitamente para la cumbre, y una violencia física impresionante por parte de las "fuerzas del orden" – el desfile represivo más importante de la última década en Alemania.
Es que los años de crisis económica internacional, con la subsecuente crisis de los partidos tradicionales o incluso de regímenes políticos enteros como en Estados Unidos, en Francia o en Brasil, hicieron surgir nuevos fenómenos políticos de izquierda, como en su momento fue la lucha de los indignados en el Estado Español o la lucha contra la reforma laboral en Francia el año pasado. En algunos casos, estos fenómenos derivaron en el surgimiento de partidos neorreformistas como Syriza en el caso de Grecia o Podemos en el Estado Español. Pero al mismo tiempo, estos procesos forjaron una nueva vanguardia juvenil, que empieza a retomar los elementos progresivos de la lucha "anti-global" a fines de los ’90 y principio de los ’00. Esta nueva juventud es anticapitalista, no teme el enfrentamiento con la policía, y no tiene más expectativas en las alianzas políticas tradicionales.
Las protestas, que se desarrollaron como manifestaciones anticapitalistas de 25 mil participantes, bloqueos de ruta para frenar la cumbre, y una manifestación masiva de hasta 100 mil personas con protagonismo principal de ONGs reformistas como Attac y el partido Die Linke, pero también de importantes cortejos de organizaciones migrantes y de grupos anticapitalistas de varios miles, confirman que a pesar de la relativa estabilidad económica y política en Alemania, hay una nueva juventud que está emergiendo, que identifica a los representantes de los G20 con las políticas racistas, de pobreza y de precarización laboral. Después de años de políticas derechistas y xenófobas, y antecedentes como fueron las protestas contra el racismo de los últimos años, se vio en Hamburgo que decenas de miles de personas ven necesario enfrentarse a este sistema, y al aparato estatal.
Por ahora, hay una ausencia fundamental: la no participación del movimiento obrero como tal. Los sindicatos casi no se pronunciaron contra la represión, y tampoco movilizaron a su base para las protestas, y ni hablar de los métodos propios de la clase obrera como son la huelga y los piquetes.
Los partidos que pretenden solo ponerle parches al capitalismo, algo que el mismo capitalismo viene demostrándonos una y otra vez que es una utopía, intentaron diluir las protestas, planteando que habría que cambiar la política de los G20, en vez de declarar abiertamente, que hay que acabar con todo este mundo de explotación y guerra que representan.
Sin embargo, el hecho de que -a pesar de varias jornadas de represión masiva en los días previos, y una campaña reaccionaria en los medios en contra de los manifestantes- la manifestación del sábado tuvo casi 100 mil participantes, mientras que la población de Hamburgo en gran parte apoyaba también las medidas más radicales como es el bloqueo de rutas, demuestra que el movimiento contra los G20 puede ser una base importante donde luchar por una alternativa verdaderamente anti-sistema, es decir revolucionaria, que agrupe a miles y miles de jóvenes y trabajadores en una perspectiva para realmente acabar con el capitalismo.
La Organización Internacionalista Revolucionaria (RIO, según sus siglas en alemán) -organización integrante de la Fracción Trotskista-Cuarta Internacional-, participó en las protestas con un cortejo de decenas de jóvenes como parte de un "bloque internacionalista" demostrando que la única alternativa contra el capitalismo es la construcción de una organización internacional a la altura de los desafíos de la lucha de clases internacional, y con un fuerte perfil de solidaridad con las luchas obreras en curso actualmente en Alemania, como son por ejemplo las huelgas en las empresas de servicios de los hospitales públicos de Berlín. Aunque las direcciones burocráticas de estas luchas quieren separar sus reivindicaciones económicas de las luchas políticas, para nosotros está claro que su lucha es una lucha política, contra las políticas de austeridad y precarización, y en última instancia contra todas las miserias que nos tiene para ofrecer el mundo de los G20.
También participó una delegación internacionalista de compañeras de Pan y Rosas y la CRT del Estado Español, como ejemplo del internacionalismo orgánico que queremos forjar en la lucha común. Nuestro diario KlasseGegenKlasse.org, parte de la Red internacional La Izquierda Diario, cubrió las protestas en vivo durante todas las jornadas, y está contribuyendo a los debates posteriores a esta cumbre con artículos contra la represión y por la construcción de una alternativa revolucionaria de la clase trabajadora.