“Yo no tengo ninguna noticia de que haya un cártel en la ciudad”. Así respondía en 2013 el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, ante la alarma social que significó el secuestro de 13 jóvenes en una discoteca del centro, que meses después fueron encontrados en un rancho a las afueras de la ciudad con señales de tortura.
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Desde sus inicios, el gobierno de Mancera fue caracterizado por una escalada de represión hacia la juventud y la protesta social; fue el represor de la juventud que rechazó la llegada de Peña Nieto, así como el represor de la disidencia magisterial contra la llamada Reforma Educativa.
En 2015 su gestión continuaba negando la presencia del crimen organizado y la escalada de violencia, cuando la población enfrentaba la peor racha de homicidios en 17 años; en el centro político del país. Esta tarde y con el operativo que montó su gobierno con el apoyo de la Fiscalía y la policía federal para la captura de “los integrantes de grupos de narcomenudistas –añade una nota de la Marina– quienes operaban por medio de extorsión, secuestros y homicidios, en las delegaciones Tláhuac, Milpa Alta, Xochimilco e Iztapalapa”se desmorona “la burbuja de seguridad” que tanto pregonaba su discurso.
Así, el mandatario asegura que dicho operativo forma parte de un plan de inteligencia desde hace más de seis meses, por lo que a esta medida le seguirá un reforzamiento de seguridad en la demarcación. Reiteró además que “no se trata de un cártel sino de un grupo de narcomenudistas”.
Sin embargo, lo anterior contradice la versión de los medios y prensa nacional que ha documentado la disputa entre el cártel Tláhuac-Chalco y el cártel Tlalpan–Morelos en la zona metropolitana, donde Pérez Luna había sido señalado por las autoridades como una de las cabezas del narcomenudeo en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Esta es la ciudad del gobierno perredista que encabeza Mancera; que mientras destapa sus intenciones de sumarse a la carrera rumbo a las presidenciales de 2018, no hace más que ahogar al conjunto de la población en mayor violencia, represión, feminicidios y explotación. Por ello, necesario levantar un gran movimiento independiente y en las calles para luchar contra la militarización y organizarnos contra este gobierno represor y sus instituciones que planean una mayor amenaza contra nuestros derechos y libertades en la ciudad y el país. |