La breve rueda de prensa que dieron para explicar el contenido de la reunión fue suficiente para aclarar algunas hipótesis. Por un lado, que el giro “luchero” de Iglesias ha quedado definitivamente en mero discurso, y, por otro lado, que el recambio de Toxo por Unai Sordo y sus colegas en la ejecutiva de CCOO va a perpetuar la política de su antecesor. La política de conciliación social frente al gobierno de la minoría conservadora.
Aunque habría que decir que no es su política lo único que no cambiará. Como ya se anunció, Francisco Carbonero, el ex secretario de CCOO Andalucía, que junto al líder de UGT de la misma comunidad ha sido imputado en el caso de los ERE´s en Andalucía, formará parte de la “nueva” ejecutiva.
En la rueda de prensa, el nuevo portavoz de CCOO tuvo que admitir que “el crecimiento económico que se viene produciendo en términos macroeconómicos en este país no se está traduciendo en una mejor condición de vida de la mayoría trabajadora de este país y de la mayoría social. Y no se está produciendo porque muchas de las reformas realizadas al calor de la crisis inciden en que cada vez haya más desigualdad”.
Pero a pesar de reconocer que esta desigualdad viene garantizada por las reformas laborales de los gobiernos del PP y el PSOE, Unai Sordo ha sido tajante: nada de huelgas generales. “Las prioridades de las centrales sindicales pasan por mejorar la situación de desigualdad “(Sic). Según él, en CCOO “no vamos a descartar la convocatoria de una Huelga General si hay agresiones contra la clase trabajadora y contra la mayoría social” (¡Sic!).
Al parecer, Sordo, al igual que el protagonista de la novela de El Perfume, estuvo durante años escondido en una oscura cueva sin saber que la clase obrera desde el inicio de la crisis no paró de sufrir ataques por parte de los gobiernos de turno, en forma de reformas, despidos, pensionazos, y un largo etcétera.
Esto parece más bien una mala excusa para justificar que las centrales sindicales no van luchar por lo que se ha perdido y contra todas las reformas que han hecho posible precisamente un incremento de la precariedad laboral. La burocracia sindical nuevamente pasará por alto estas “agresiones”. Y olvidando estas “nimiedades”, para Unai Sordo y la burocracia sindical la clave para luchar contra la precariedad laboral se traduce en “tirar al alza los salarios” si los precios suben nada menos que... un 2%.
Sin embargo, resulta tremendamente difícil pensar cómo la precariedad de los trabajadores de Telepizza, Deliveroo, Las kellys, Movistar y un largo etcétera de trabajadores se puede resolver con ridículos incrementos salariales del....2%, cuando la mayor parte de los sectores más golpeados por la crisis han visto bajar sus salarios nada menos que un 30%. Pero esto no termina aquí, ya que resulta que el líder de CCOO plantea que no suban nuestros salarios si no suben los precios por encima del 2%. ¡Los precarios tendremos que esperar que el fluctuante mercado se ponga de nuestra parte para exigir pelear contra la precariedad! Resulta que después de que la burocracia sindical ha renunciado a defender el incremento salarial automático que teníamos años anteriores, ahora hay que dar gracias a subidas excepcionales.
La realidad es que mientras el líder de CCOO habla de luchar contra la precariedad laboral, los burócratas y liberados de cada ciudad y comunidad autónoma ponen todo el empeño necesario para dejar a un lado las reivindicaciones de Las Kellys o los trabajadores de Telepizza como está ocurriendo en el Convenio de Hostelería de Zaragoza y Barcelona. Estas reivindicaciones no pasan por ridículos aumentos salariales sino por tumbar las reformas neoliberales que han hecho posible la segregación de los convenios, la externalización de cientos de miles de trabajadores y trabajadoras y los nuevos convenios de empresa garantizados por las reformas de los gobiernos de turno.
En segundo lugar, la política del nuevo ejecutivo de CCOO hacia los sectores más precarios no solo busca recomponer la imagen que tiene la juventud trabajadora sobre ellos, sino que buscar licuar, fragmentar y dividir a toda costa a estos sectores precarios del resto de clase trabajadora que viene sufriendo ataques a través de las distintas reformas laborales.
Finalmente, hay que decir que a todo lo dicho por Unai Sordo, Pablo Iglesias no le opuso ni una sola crítica, y tampoco ni una sola exigencia. Y esto demuestra en la práctica que el giro discursivo de Iglesias acerca de la “movilización” solo era eso, mero discurso. Iglesias también habló de querer enfrentar la precariedad laboral, pero esto seguirá siendo solo oratoria si no le exige a la burocracia sindical que rompa las negociaciones que tienen con un gobierno que está en minoría parlamentaria, y que llamen a una huelga general que permita soldar la unidad del conjunto de trabajadores contra las reformas laborales de los gobiernos de turno.
Sin embargo, como explicamos en un artículo de Diciembre del año pasado: “El objetivo de la burocracia sindical es hacer pasar los principales ajustes del Gobierno sin que con ello desestabilice y deslegitimice aún más su actual rol como principal sostén del régimen político. O, como otra variante, se prepara para un recambio de gobierno lo más tranquilo y pacifico posible, apostando a una alianza Podemos-PSOE, a través de un desgaste paulatino, pero no excesivo del partido de Mariano Rajoy. Está por verse como se desarrollan estas manifestaciones y futuras manifestaciones, pues la clase obrera tiene en su seno numerosos sectores que podrían hacer estallar la crisis social por otros medios”. |