A sala llena, el staff de Ideas de Izquierda brindó por los cuatro años de la revista junto a Myriam Bregman, Christian Castillo, Eduardo Grüner, Hernán Camarero y numerosos colaboradores.
Con más de 100 asistentes, el viernes 21 Ideas de Izquierda celebró los 4 años transcurridos desde su lanzamiento, con las palabras de Christian Castillo, miembro de su Consejo Editorial, y Myriam Bregman, quien encabeza la lista de precandidatos del Frente de Izquierda para la legislatura porteña.
En el local del PTS ubicado a metros de la avenida 9 de julio, se hicieron presentes varias decenas de asiduos lectores y quienes colaboraron a la elaboración de los 39 números que la revista lleva puestos en circulación, entre ellos el ensayista Eduardo Grüner y el historiador Hernán Camarero (director del CETHI) que forman parte del Consejo Editorial, el constitucionalista Roberto Gargarella, los sociólogos Lucas Rubinich y Marcelo ‘Pancho’ Langieri, Mario Santucho de la revista Crisis, el investigador Marcelo Valko, el abogado Luis Campos, los historiadores Juan Luis Hernández y Corina Luchía, los sociólogos Clara Marticorena, Sebastián Salvia, Matías Eskenenazi, Rodolfo Elbert y Santiago Roggerone, y los integrantes del colectivo Economistas de Izquierda Eduardo Lucita, Guillermo Gigliani y Alberto Wiñazky. Entre vinos y empanadas, abundaron, como era de esperarse, las charlas distendidas sobre los más diversos temas. La exhibición de tapas e ilustraciones de la revista mostraba los variados recorridos temáticos de estos 4 años.
Paula Varela, del Consejo Editorial, tomó la palabra y destacó como aspecto distintivo que la revista, referenciada en el Frente de Izquierda, busca desarrollar la perspectiva de un marxismo militante en contraposición a los marxismos académicos o academizantes sin filo, alejados de la práctica política y las experiencias de quienes luchan contra las distintas formas de opresión de la sociedad capitalista. En ese sentido, nunca más oportuno el saludo que trajeron los trabajadores en lucha de PepsiCo, que se habían hecho presentes minutos antes, recibidos con un aplauso sostenido. Camilo Mones contó que en estos años numerosos artículos de la revista fueron leídos y discutidos por activistas obreros “en el cuarto gremial”, y destacó que ésta ayudaba “a introducir al marxismo, analizando la coyuntura y la historia”.
Es que, efectivamente, en algunas de las reflexiones de la revista tuvieron un lugar destacado dirigentes obreros que, en primera persona, abrieron lugar a interesantes cruces como los que supo tener un referente histórico de los trabajadores de Pepsico, Leonardo Norniella, con investigadores como el historiador Daniel James y el sociólogo Juan Carlos Torre sobre clase obrera, izquierda y peronismo.
Myriam Bregman destacó el rol que tuvo la revista durante los años kirchneristas desmontando las falacias del relato con el cual el gobierno de Cristina Fernández pretendía mostrarse como progresista, cuando estaba en un curso de crecientes ataques a sectores del movimiento obrero e iniciando los primeros pasos del ajuste que Cambiemos profundizó, y ahora continuaba haciéndolo con el gobierno de Macri, que “aunque hace alarde de su pragmatismo y de su desideologización vemos que no, que destila ideología por los poros”. Esto lo mostraron las declaraciones derechistas sobre la dictadura genocida y los globos de ensayo para cambiar las políticas de derechos humanos (como discutimos en el número de marzo de esta revista) o su esfuerzo de poner al inversor y sus necesidades como medida para todas las políticas: “Tenemos ahí también que destrozar el relato de este gobierno derechista de Cambiemos”, señaló Myriam. Para concluir, destacó también que la revista hacía un gran aporte desarrollando el debate teórico marxista en todos los terrenos.
Christian Castillo destacó que la revista “se propone sembrar en el sentido de hacer un marxismo militante, y confrontar contra los que producen ideas sólo para el carrerismo personal”, y agregó que tenemos en nuestro país dos tradiciones que vienen de la clase dominante: “una tradición liberal que luego se hace neoliberal, y un relato que primero es revisionista, adquirió distintas formas de nacionalismo, y hoy se lo llama populismo aunque ese es un término demasiado genérico, pero encierra una idea policlasista: que la clase obrera tiene que ir detrás de la burguesía nacional y sobre la noción de que puede humanizarse el capital o haber ‘justicia social’ dentro del capitalismo se construye una vertiente de interpretación ideológica muy fuerte”. Contra estas, destacó el director de Ideas de Izquierda, “estamos tratando de aportar en continuar una obra que también tiene una tradición muy fuerte en el país, un campo desde el marxismo que combata esos dos puntos de vista”. Esta batalla en el terreno de las ideas es una dimensión central en el proyecto “de construir una izquierda anticapitalista revolucionaria en este país”.
Con esta ambición de redoblar la pelea por las ideas de izquierda en combate con las tradiciones liberales y de conciliación de clase, y con el desafío inmediato de la pelea electoral para el Frente de Izquierda, la velada concluyó con un gran entusiasmo de todos los presentes.