La historia de Estados Unidos está marcada, sin duda, por la esclavitud, sistema fundamentado en la supremacía blanca y en la opresión y la falta de libertades sistemáticas de la población negra. El ataque feroz por parte de las fuerzas represivas del Estado a la comunidad afroamericana es moneda corriente aún en estos días.
El Partido de los Panteras Negras fue fundado en octubre de 1966 por Huey P. Newton y Bobby Seale en North Oakland, California. Fue el resultado de la evolución del movimiento de derechos civiles que, a lo largo de los años cincuenta y sesenta, había movilizado a negros y blancos contra la segregación legal y la discriminación cotidiana y xenófoba que sufrían los afroamericanos en Estados Unidos.
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La fotografía se consideró desde sus orígenes como el fiel reflejo del mundo. Su carácter mimético, de índex, la liga directamente con aquello que representa. Sin embargo, la fotografía no es sólo un documento que oficia como prueba de un acontecimiento, como huella testimonial que certifica que algo sucedió. La fotografía es una herramienta potente, su carácter documental tiene tintes subjetivos, permite narrar historias bajo el prisma personal del autor. Toda fotografía es política y, por lo tanto, no puede escapar de la posición materializada de quien dispara el obturador.
Es así como los medios y la prensa oficial se ocuparon de revelar una imagen distorsionada y confusa de los Panteras, se ensañaron en construir una representación adulterada, oscura, violenta; y no es de extrañar, según el FBI, los Panteras Negras fueron “la mayor amenaza que enfrenta la Nación”. Pero hubo un fotógrafo que logró contar la historia desde adentro, siguiendo durante siete años a los Panteras Negras por diez ciudades distintas, con una cercanía tan profunda que pudo sacar a la luz imágenes de una intimidad y belleza particulares.
Stephen Shames persiguió este proyecto documental a largo plazo con mucha sensibilidad. Black Panther Party, fue el primer ensayo fotográfico que hizo al comienzo de su carrera, apenas tres meses después de haber levantado frente a sus ojos, por primera vez, una cámara de fotos. Le puso el cuerpo y su militancia, se insertó en la comunidad, se involucró y, con tan solo veinte años, Shames aprendió el oficio a toda velocidad.
Sus imágenes en blanco y negro nos ofrecen una cercanía inmejorable a la intimidad de las vidas de los Panteras. En ellas, descubrimos la cotidianeidad de las familias, las mujeres, los jóvenes, desde las entrañas, con una mirada tierna pero contundente sobre la organización de estos hombres y mujeres que defendieron los derechos de su comunidad.
El partido se desarmó formalmente en 1982, producto de diferencias internas pero sobre todo, de una política sistemática del gobierno yanqui y el FBI, no solo mediática sino hasta con infiltrados y por un límite estratégico de no ligar profundamente sus acciones y consignas a las de la clase obrera, pero el rugido de su lucha aún resuena en las imágenes de Stephen Shames.
Antes de todo quisiera saber, ¿cómo es que llegaste a la fotografía documental y que siente que lo define como fotógrafo?
Comencé a hacer fotografías mientras estudiaba en la Universidad Berkley en California. Mis primeras fotos documentaban a la policía golpeando estudiantes durante las protestas.
Lo que me define como fotógrafo son mis proyectos a largo plazo, cuando me sumerjo en una comunidad.
Luego de la Segunda Guerra Mundial se abrió un punto de inflexión en la lucha por los derechos negros, difundiéndose como consigna la “doble V de la victoria”, contra el fascismo exterior y el racismo interior. En 1966 impulsado por todo el movimiento anti-guerra Bobby Seale, Huey P. Newton y Eldridge Cleaver, activistas negros de Oakland/California, uno de los lugares con mayores índices de mortalidad infantil por desnutrición, desempleo de la población negra y casos de brutalidad policial racista, fundan el Partido de los Panteras Negras. Ahí estuvo usted para retratar esa experiencia.
¿Cómo y por qué decidió abordar y reflejar este fenómeno?
Los años 1967 y 1968 fueron años de protesta y Resistencia contra la Guerra de Vietnam y también nació el Movimiento Black Power. Como estudiante de Berkley, fui parte de las protestas. Las Panteras eran líderes de la revolución. Entonces, además de fotografiar las marchas contra la Guerra de Vietnam y las protestas de los estudiantes, comencé a documentar el Partido Panteras Negras. El nivel de involucramiento con las Panteras es lo que hace al libro Power to the People: The World of the Black Panthers (Abrams, 2016), un documento muy importante sobre la historia de las Panteras. El libro fue escrito junto a Bobby Seale e incluye las palabras de una veintena de Panteras. Es en algún sentido su libro, su versión de este movimiento histórico.
Las Panteras Negras tenían una sede en Berkley. Siempre estaban cerca de la Universidad. Llevé las fotos a su oficina. A Bobby Seale, presidente de los Panteras Negras, le gustaron mis fotos y las usó en el diario del partido. Fui muy cercano a Bobby Seale, quien se convirtió en un mentor para mí.
En plena lucha contra la segregación te metiste en el corazón de una de las experiencias mas importantes y radicales de organización de la comunidad negra en defensa de sus derechos. Imagino que en estas circunstancias no debe de haber sido fácil que un blanco tenga acceso a sacar fotos.
¿Cómo fue este proceso de acercamiento y como te recibieron?
Nunca fue un problema. Las Panteras no eran nacionalistas negros. Se oponían al racismo y recibían a todo aquel que consideraban que podría trabajar para una política progresiva. Los Panteras eran un partido político que buscaba cambiar las leyes y crear una sociedad más justa. Para conseguir ese objetivo, crearon coaliciones con las organizaciones de blancos, latinos, nativos y orientales. Me aceptaron como alguien que estaba comprometido con el cambio social progresivo. Seguían la idea de Martin Luther King de buscar en la esencia del carácter de una persona y no en el color de su piel.
Tu trabajo además penetra mas allá de la superficie y logra retratar momentos íntimos y cotidianos.
Contanos un poco cómo fuiste sorteando barreras hasta llegar a ese nivel de vinculo y qué querías mostrar.
Cuando realizo proyectos, me inserto en la comunidad que voy a fotografiar. Eso genera confianza. Quería mostrar la imagen completa del Partido Panteras Negras. La mayoría de los medios se centraban en los mítines y buscaban controversia. Yo quería mostrar cómo era el detrás de escena y lograr un retrato más completo y complejo de ellos. Creo que el libro Power to the People lo logra. Libros como Power to the People son necesarios porque incluso hoy la gente de color es vista usualmente en los medios de manera unidimensional, como pobre, generalmente como criminales, en conflicto. ¿Qué tan seguido se ven imágenes positivas de gente negra, apoyando a sus familias, abrazando a sus hijos?
Tus fotos, si se quiere, humanizan a aquellos “negros armados” que el FBI había declarado como el principal enemigo público hacia el interior de los Estados Unidos.
¿Cómo recordás que los medios reflejaban el fenómeno de los Panteras Negras?
Los medios siguieron el ejemplo del gobierno y retrataron a las Panteras como matones. El FBI y la administración de Nixon hicieron una campaña muy intensa, llamada COINTELPRO, para desacreditarlos. También hicieron que la policía los ataque y asesine a algunos de ellos. El asesinato de Fred Hampton mientras dormía, un Pantera de Chicago, es el ejemplo más conocido. Power to the People, con su extenso texto, su historia oral, por parte de miembros del partido Panteras Negras, es muy importante porque corrige el panorama histórico.
En algún momento y siendo testigo de la brutalidad con que el estado atacó a las Panteras Negras, ¿pensaste en intervenir mas allá de la fotografía?
He tomado parte más allá de la fotografía. Por ejemplo, fui miembro del equipo de campaña de Bobby Seale cuando se postuló como mayor de Oakland. Trabajé en la exitosa campaña de Ron Dellums para el Congreso. Marché en contra de la Guerra de Vietnam. Voté por candidatos progresistas. Fui miembro del staff del Berkley Barb, un diario alternativo. Hice historias para Newsweek, el New York Times, AP (Associated Press) y otras publicaciones.
La fotografía es una herramienta poderosa para hacer que la gente tome conciencia de lo que está sucediendo en el mundo. La fotografía ayudó a que la gente se vuelva en contra de la guerra de Vietnam. Las fotos ayudaron al movimiento por los derechos civiles. En algún sentido, las cosas que hice “más allá de la fotografía” fueron menos importantes que las historias en fotos que realicé. Mis imágenes en Power to the People: The World of the Black Panthers (Abrams, 2016) cumplen una función política, son parte del diálogo. El diálogo es tan parte del cambio social como lo son las marchas y las protestas.
Luego de más de cincuenta años, vemos que la gran mayoría de los reclamos y reivindicaciones de las comunidades afroamericanas siguen teniendo plena vigencia. También es visible el ensañamiento de las fuerzas de “seguridad” del Estado hacia dichas comunidades como lo demuestra la larga lista de asesinatos de jóvenes negros en manos de la policía y el surgimiento de movimientos de resistencia como el Black Lives Matters del cual vimos que usted también ha sacado fotografías.
¿Qué puntos de continuidad ves entre esos dos extremos?
Discuto esto en detalle en el último capítulo del libro que escribí junto a Bobby Seale, Power to the People: The World of the Black Panthers (Abrams, 2016).
Llegué a la mayoría de edad en los ‘60s cuando la lucha por los derechos civiles estaba logrando su éxito. Con el optimismo de Camelot, muchos en Estados Unidos pensaron que podríamos aliviar los efectos de la esclavitud y el racismo. Mi primer voto en 1968 fue también el primer voto presidencial para los negros del sur. Durante las décadas del 70 y 80, una vibrante clase media emergió. Los actores y atletas afroamericanos se convirtieron en héroes. Como nos dice Bobby Seale “las comedias de televisión ayudaron mucho a la gente a mirar la comunidad negra y encontrar allí humanidad.”
Sin embargo, la mayoría de los problemas que movilizaban al partido aún permanecen igual:
• Los asesinatos por parte de la policía a adolescentes desarmados y niños por debajo de los doce años de edad siguen impactando a la sociedad
• El 95% del crecimiento de ingresos entre 2010 y 2012 fue al 1% de las personas más ricas.
• Nuestro sistema económico está manipulado y nuestro sistema tributario es injusto.
• Las familias negras tienen significativamente menos riqueza que las blancas debido a las políticas del gobierno y las prácticas bancarias en lo que respecta a préstamos para vivienda que les impiden tener su propio techo.
• El desempleo de afroamericanos todavía duplica el de los blancos desde hace seis décadas.
• Uno de cada cuatro niños negros nace en la pobreza.
• El sistema judicial apunta sobre los pobres, especialmente hombres negros que tienen 1 de 3 posibilidades de ir a prisión.
• Los niños negros van a escuelas segregadas, por debajo del estándar que los lleva a prisión casi con la misma frecuencia en que los conducen a la universidad.
Ha habido algunos progresos.
El partido Panteras Negras dirigió una escuela galardonada en Oakland, una de las primeras escuelas chárter. Hoy en día existen muchas escuelas chárter en nuestras ciudades. Los programas se han vuelto más inclusivos. Cuando yo fui estudiante, los afroamericanos estaban ausentes de la historia. Los Panteras Negras ayudaron a incluir el estudio de los afroamericanos en las universidades.
También hubo un avance en el número de funcionarios electos. Sin embargo, estos avances retroceden debido a un insulto a los derechos electorales, como también a Ciudadanos Unidos y por la manipulación de las legislaturas estatales.
El cuidado de la salud fue otro punto destacado. Los Panteras Negras establecieron clínicas de salud gratuitas para todos y todas incluyendo a aquellos sin cobertura médica. El primer presidente negro de Estados Unidos aprobó la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio, lo que dio como resultado seguros de salud a 16,9 millones de personas. Sin embargo, esto se ve ahora en peligro. TrumpCare dará como resultado que entre 14 y 24 millones de personas pierdan su seguro.
Con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca la política de Estados Unidos pega un salto en su ofensiva racista y xenófoba.
¿Cómo ve usted este cambio y qué consecuencia cree que puede llegar a tener?
Estados Unidos se está convirtiendo en una oligarquía. Veinte personas en el país tienen tanta riqueza como la mitad de tos Estados Unidos – 152 millones de personas viven en 57 millones de hogares. Esto es un problema mundial. Las 62 personas más ricas del mundo poseen lo mismo que la mitad de la humanidad más pobre – 3,6 billones de personas – eso es 3.600.000.000 contra 62. Las políticas de Trump empeorarán esta situación aún más.
Los comentarios racistas de Trump y el nombramiento de un supremacista blanco como su consejero número uno, ha legitimado el racismo de nuevo. Esto ha desatado una ola de crímenes por odio en todo el país.
No está claro cuál será el resultado de esto. La gente está resistiendo. A las marchas de mujeres asistieron millones. Su propuesta de prohibir la inmigración musulmana ha creado enormes protestas en las calles. No está claro si los republicanos serán capaces de revocar el ObamaCare ya que muchas de las personas que votaron por Trump perderán su atención médica y sienten bronca por eso. Incluso está recibiendo oposición del gobierno. Un juez federal declaró inconstitucional su primera prohibición y un segundo juez hizo lo mismo por su prohibición de viajar. No todos los republicanos en el Congreso apoyan el TrumpCare. Tendremos que esperar y ver si él es capaz de mover a los Estados Unidos al neofascismo o si se lo expulsa de su cargo por sus prácticas corruptas.
Durante varias décadas el periodismo “independiente” forjo una larga tradición de principios democráticos, vocación de búsqueda de la verdad y lucha por la libertad de expresión, desde tu punto de vista ¿la fotografía “documental” o periodística tiene algún objetivo concreto?
¿Qué relación encuentra entre la fotografía y la política y como piensa que pueden interactuar?
El propósito de la fotografía documental es documentar el mundo, mostrar cómo vive la gente, dar un vistazo de la realidad que otros afrontan. La mayoría de la gente vive en una burbuja. Sólo conocen un pequeño grupo de personas parecidas a ellos. Conocen a sus vecinos, la gente de sus trabajos, su familia. La fotografía les ofrece una ventana a la vida de otras personas alrededor del mundo así como también a la vuelta de la esquina, gente que con la que jamás han tenido contacto directo. Ese es el valor de la fotografía documental.
En cuanto a la relación entre la fotografía y la política, todo tiene relación con la política. Todo es político. En el mundo de hoy tan solo contar la verdad puede ser una acto de resistencia.
Los medios en general vienen desde hace años experimentando cambios profundos en la manera de comunicar, siendo grandes corporaciones que reproducen líneas editoriales funcionales a los sectores de poder concentrado y dejando de lado casi en su totalidad cualquier intención de investigación y producción de contenido crítico.
¿Cuál sentís que es el desafío del reportero gráfico y el futuro de la fotografía documental?
El periodismo ha estado decayendo en los últimos veinte o treinta años. En gran medida es el resultado de la televisión reemplazando al periodismo impreso. Las empresas buscan ganancias, resultados con el foco puesto en los ratings y el entretenimiento. Pero las redacciones no son solo otro centro más de ganancias. El periodismo honesto e informado es vital para la democracia.
Cuando los ratings y el entretenimiento y cuando los recortes en la financiación se traduce en un menor número de informes, la democracia sufre. Internet, que permite que las personas se dividan en grupos de afinidad, ha erosionado el periodismo. Ahora los hechos compiten con "hechos alternativos", que son mentira.
Considerando el gran número de mujeres que ha participado en el partido, ¿qué pensás sobre su rol allí?
Las mujeres han jugado un rol importante en el partido. Aunque las mujeres no eran iguales a los hombres en el partido de las Panteras Negras, ese era el caso de todos los sectores de la sociedad, así como de los movimientos de izquierda dominados por hombres. La revolución cubana tuvo a Celia Sánchez, el Movimiento de Derechos Civiles tuvo a Fanny Lou Hammer, el movimiento Anti Vietnam a Bella Abzug entre otras, pero la mayoría de los líderes eran hombres: Fidel Castro, Che Guevara, Stokeley Carmichael, Martin Luther King, Ralph Abernathy, H Rap Brown, Tom Hayden, Abbie Hoffman, Dave Dellinger y Rennie Davis, para nombrar algunos.
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