Participamos maestras, trabajadoras del STUNAM, del metro de la Ciudad de México, jóvenes precarizadas, enfermeras, amas de casa y estudiantes, además de la asistencia de Irina layevska, luchadora por los derechos de la comunidad sexodiversa.
En la apertura del campamento, tuvieron un lugar muy especial las leonas de Pepsico, las trabajadoras que luchan por la reapertura de su fuente de trabajo en la provincia de Buenos Aires, Argentina, por #NiUnaDespedidaMás, y están escribiendo la historia de una nueva clase trabajadora combativa, en la que las mujeres somos protagonistas.
Compartimos anécdotas de cómo vivimos cada una la opresión en las escuelas y en los centros de trabajo. Compartimos debates apasionantes y hasta unos deliciosos antojitos.
Platicamos sobre la relación histórica entre patriarcado y capitalismo y las consecuencias que hoy representa para nosotras: la doble jornada laboral (en la escuela o la fábrica y también en el hogar, realizando las labores domésticas sin pago), los salarios más bajos para las mujeres, los mandatos sociales en torno a los roles de género, la discriminación.
Luego recorrimos, como mariposas en lucha, las principales lecciones de la Revolución Rusa para el movimiento de mujeres y el protagonismo de las mujeres en ese proceso revolucionario que este 2017 cumple 100 años. Por último, debatimos en torno las distintas corrientes del feminismo de la segunda ola y los desafíos en la “era” Trump, acérrimo enemigo de las y los migrantes, las mujeres y la comunidad sexodiversa.
En la plenaria de cierre, acordamos como resolución principal salir a impulsar la construcción de Pan y Rosas y así poner en pie una gran agrupación de mujeres anticapitalistas, socialistas y revolucionarias a nivel nacional, destacando la presencia de compañeras de Guadalajara y de varios municipios del Estado de México.
Entre otras resoluciones, definimos también sumarnos a la movilización del próximo 3 de agosto contra el feminicidio y por justicia para Lesvy, así como impulsar activamente la lucha el trabajo precario con la campaña por trabajar 6 horas, cinco días por semana, con un salario que cubra el costo de la canasta básica.
Sobre esta campaña en particular, una joven de Izcalli destacó, llena de entusiasmo, que la propuso ya en una reunión con varias trabajadoras y trabajadores y halló excelente acogida.
Un fin de semana intenso del que volvimos con energía renovada para tomar el cielo por asalto. | 
