El Senado de EE. UU. rechazó este viernes con el voto crucial de tres republicanos, entre ellos John McCain, una propuesta de ley para derogar parcialmente Obamacare, la reforma de salud de Barack Obama, y considerada casi la última alternativa del presidente Donald Trump para cumplir esa promesa de campaña.
El rechazo por 51 votos en contra y 49 a favor de la apodada "skinny bill" o "ley flaca" porque planteaba un desmantelamiento parcial de Obamacare es un duro golpe para Trump y plantea muchas dudas acerca de que los republicanos sean capaces, en algún momento, de aprobar una nueva ley de salud en el Congreso, donde tienen mayoría en ambas cámaras.
El republicano John McCain dio la sorpresa al unirse a otras dos senadoras republicanas, Susan Collins y Lisa Murkowski, y a todos los demócratas para tumbar la propuesta.
El senador por Arizona y excandidato a la Presidencia regresó a Washington el pasado martes tras una operación y el diagnóstico de cáncer, para votar a favor de abrir en el Senado el debate sobre Obamacare y urgió entonces, en un discurso muy aplaudido, a recuperar el espíritu bipartidista en temas de interés nacional.
El vicepresidente de EEUU, Mike Pence, se había desplazado al Capitolio para intervenir en caso de empate y votar a favor de la "ley flaca" en su calidad de presidente del Senado.
Y horas antes de la votación, que comenzó poco después de la 1 de la madrugada del viernes, Trump había animado en Twitter a los republicanos a sacar adelante el proyecto después de "7 años de espera".
Tras el fracaso, el mandatario acusó en un tuit de "defraudar" a los estadounidenses a los 3 republicanos y 48 demócratas que votaron en contra, y recuperó la idea de dejar que Obamacare "colapse" para después trabajar en una ley mejor.
La derogación y reemplazo de Obamacare, se convirtió en una de las promesas principales de la campaña electoral de Trump. El líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, admitió hoy su decepción y dijo que es momento de "seguir adelante".
No está claro si McConnell intentará someter alguna otra propuesta a voto antes del receso veraniego del Senado, ya que, antes del rechazo de hoy, ya habían fracasado otros dos proyectos desde que se abrió el martes el debate en la Cámara Alta.
Esa "ley flaca" proponía terminar con la obligatoriedad de contar con un seguro médico y el riesgo de afrontar una multa si no se tiene, una de las cláusulas más impopulares de la reforma de salud de Obama.
Además, planteaba dejar sin fondos federales a la organización para los derechos reproductivos "Planned Parenthood".
Según los cálculos de la Oficina no partidista de Presupuesto del Congreso (CBO, en inglés), hubiera supuesto por otro lado que 16 millones de personas se quedaran sin seguro médico durante la próxima década.
Con los demócratas opuestos en bloque, varios senadores republicanos también habían mostrado objeciones ante la "ley flaca", pero parecían estar dispuestos a votar a favor para abrir después una ronda de negociaciones con la Cámara de Representantes, que aprobó su propia propuesta sanitaria en mayo pasado.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, había expresado en un comunicado la voluntad de negociar con el Senado para producir una ley que pudiera ser firmada por Trump.
El resultado de la votación muestra lo complejo de los intereses que están detrás del del sistema de salud estadounidense con ganancias millonarias que no están dispuestos a resignar.
Esta derrota para Trump llega en medio de los escándalos que continúan por las relaciones con Rusia durante la campaña electoral del año pasado. |