En el comunicado emitido por la Secretaría de Relaciones Exteriores el pasado domingo 30 de julio se afirma que se “lamenta que el Gobierno de ese país haya decidido llevar a cabo unos comicios contrarios a los principios democráticos reconocidos universalmente, que no se apegan a la Constitución de la República y que profundizan la crisis en que se encuentra el país”. Asimismo, condena los “incidentes de violencia y represión” y llama a “privilegiar el diálogo y la reconciliación”.
Ese es el mensaje del gobierno de Peña Nieto, experto en represión y militarización con la excusa de la “guerra contra el narco”, al de Nicolás Maduro luego de la elección de la Asamblea Constituyente que dominará al resto de los poderes.
Los ministerios de Relaciones Exteriores en Lima, Santiago, San José y Buenos Aires se manifestaron en el mismo sentido. El gobierno de Temer también condenó la elección y los hechos de violencia que se produjeron.
Varios países de América, así como España, permanecen alineados con Washington ante la crisis venezolana, que sostiene una línea injerencista con miras a la apertura a las trasnacionales del Arco del Orinoco y otras regiones ricas en recursos energéticos.
En el caso de México, Colombia y Costa Rica enviaron observadores al plebiscito de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), explicitando así el apoyo a la derecha venezolana.
Según analistas, se puede configurar un escenario en el que se profundice el aislamiento diplomático de Venezuela.
La administración Trump, en voz de su embajadora en Naciones Unidas, Nikki Haley, afirmó que su país no admitirá un "gobierno ilegítimo". A su vez, en declaraciones a la prensa, funcionarios estadounidenses informaron que se están considerando nuevas sanciones, entre ellas el bloqueo de las exportaciones de petróleo ligero que Venezuela necesita para diluir sus crudos extrapesados.
Por su parte, España sostuvo que “estudiará, junto con sus socios de la Unión Europea y países amigos de la región, las medidas adicionales que puedan ser efectivas para promover una restauración de la institucionalidad democrática”.
Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú se llamó el domingo pasado a una reunión de cancilleres en Lima el 8 de agosto para “evaluar la situación en Venezuela”.
De acuerdo con el comunicado emitido, se prevé la participación de representantes de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá y Paraguay.
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