El delegado en Durango de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, Miguel Bermúdez Quiñones, advirtió que se corre el riesgo de perder 22 mil puestos de trabajo de la industria arnesera en Durango a partir de la renegociación del TLCAN y es que, según dijo, el gobierno estadounidense pretende aumentar los impuestos arancelarios hasta en un 30% lo que empujaría al cierre de fábricas del sector.
La industria arnesera tiene un enorme peso en Durango, con presencia en 14 municipios, cuenta con fábricas importantes: seis plantas de AMMSA Yasaki, una de DELPHI, dos plantas de DAWS, una de Haeng Sung, dos plantas de Suminoto y una más de Leoni.
Además de cuatro empresas que proveen de insumos directos a las anteriores empresas como COFICAB, Prysmian y KCM que producen cable de arnés y TAD que produce conectores.
Se prevé un duro golpe a la industria arnesera a partir de que es un sector que utiliza mucha mano de obra pero que, según se quejan los patrones, el producto les genera poco valor agregado en la industria automotriz. Así, de acuerdo con el delgado de la STPS, cualquier variación arancelaria afectaría considerablemente su competitividad y por ende los primeros en sufrir el golpe serían los miles de trabajadores que se quedarían en la calle ya que, sin chistar, los patrones cerrarían sus empresas si sus ganancias se ven mínimamente tocadas.
Para el gobierno de Trump, una de las cuestiones claves a discutir y que incluso fue parte de sus lemas de campaña, era el alza en los impuestos arancelarios, discurso que le sirvió para imponer la renegociación del TLCAN. El cambio de la preferencia que actualmente se goza en la fracción arancelaria 85443002 con exención de aranceles y de IVA al exportar podría implicar una inviabilidad para los patrones y eventuales cierres de fábrica.
Los trabajadores como perdedores de la renegociación
A unos días de la renegociación del TLCAN programado para el próximo 16 de agosto ya sabemos quiénes serán los perdedores en la misma. El gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto, servil a la [Casa Blanca no piensa ni de lejos mover un solo dedo por la defensa de los puestos de trabajo que corren peligro en la próxima renegociación.
Por el contrario, el mismo junto con todos los partidos en congreso han garantizado condiciones laborales infrahumanas y salarios de miseria para atraer empresas que, si ven amenazadas sus ganancias a partir de lo que quede en el TCLAN, no van a dudar en cerrar y dejar miles de familias en la calle.
Los únicos que podemos frenarle la mano tanto a la Casa Blanca como al gobierno de EPN, somos los miles de trabajadores, jóvenes y mujeres. Frente al panorama actual de apriete de los patrones, paros técnicos y posibles cierres de fábricas hay que levantar una gran campaña que denuncie claramente el rol cómplice del gobierno mexicano y ofrezca una alternativa de lucha para los trabajadores, dónde las principales centrales sindicales opositoras deben jugar un rol protagónico en la defensa de los puestos de trabajo de nuestros compañeros trabajadores de cualquier sector que se vea vulnerado con la renegociación del TLCAN.
Las familias del sector arnesero, como miles de trabajadores de otros sectores, penden de un hilo que será cortado tanto por el gobierno mexicano como por la casa blanca. Nuestros hermanos de clase del otro lado de la frontera poco o nada ganarán de esta embestida contra los trabajadores mexicanos. Por el contrario, los patrones que imponen salarios de hambre acá, hacen lo mismo del otro lado de la frontera y de los pocos puestos de trabajo que se generen a partir de esta renegociación, serán empleos precarios, con bajos sueldos.
Ellos quieren salir de la crisis que ellos mismos generaron a costa de nuestras vidas.Es por eso que es fundamental la unidad de los trabajadores de ambos lados de la frontera para impedir este nuevo ataque.
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