“Necesitamos un sistema jubilatorio justo, equitativo, responsable y sostenible en el tiempo”. ¿Qué político argentino es el autor de esta frase? Seguramente la mayoría de los lectores no acierte, ya que su autor es Mauricio Macri. Resulta difícil creer, pero aquel lector que no confié en la veracidad de la información brindada por este diario puede chequearlo. Lo dijo hace más de un año atrás, en mayo del año pasado, en el marco del lanzamiento de la denominada Ley de Reparación Histórica a los jubilados.
Sin embargo, la realidad de los millones de jubilados está a años luz de gozar de un sistema jubilatorio justo. Más bien todo lo contrario, desde que asumió Cambiemos han sido uno de los sectores más afectados por las políticas de ajuste. Al deterioro generalizado en las condiciones de vida de los trabajadores y el pueblo (con aumentos de tarifas, inflación, sueldos que no alcanzan, despidos y suspensiones), los adultos mayores deben sumarle problemáticas específicas que los convierten en un sector altamente vulnerable.
Hay en el país 6,8 millones de jubilados y pensionados, de los cuales una abrumadora mayoría – más del 65% - sobrevive con la jubilación mínima que es de $ 6394. Después de una vida de trabajo de más de 30 años, este sistema no tiene más que ofrecer que una miseria. Una miseria que equivale a menos de la mitad de la canasta básica de un jubilado, valuada en mayo de este año en $ 16.134. Cabe aclarar, además, que los trabajadores que se jubilan, lo hacen con haberes que oscilan entre el 50% y el 60% de los salarios que tenían cuando estaban en actividad.
Pero hay algunos que todavía la pasan peor. Aunque parezca mentira. Aquellos que durante muchos años de su vida trabajaron en negro, algo muy común en un país que tiene un elevado índice de trabajo en negro (33%). Se estima que de las personas con edad de jubilarse, sólo entre el 15 y 20 % tiene la cantidad de aportes necesarios, que es de 30 años.
Los ataques
Lejos de la frase demagógica de Macri, su gobierno ha elegido como blanco a los jubilados. Veamos:
Promovió y logró hacer ley la Reparación Histórica, mediante la cual se instauró una quita de entre el 40 % y 70 % para aquellos que jubilados que renuncian a cualquier juicio futuro. Más de 1 millón de jubilados se han acogido a este régimen. Sin embargo, según denuncia el abogado previsional, Christian D’Alessandro, no en todos los casos esa decisión fue voluntaria. “Como el gobierno no llegaba con los números que había ofrecido, ya que había dicho que iba a tener un alcance de 2 millones y medio, tuvieron que implementar una medida que va en contra de la ley y es que le están poniendo la plata en el bolsillo del jubilado, sin que haya ningún pedido”, explico el abogado a varios a medios.
Por decreto decidió modificar el cálculo en la actualización de los haberes jubilatorios que significaban una baja en los mismos. Cuestión de la que tuvo que retractarse por lo impopular de la medida.
Implementó la Pensión Universal para el Adulto Mayor, mediante la cual aquellos que tienen más de 65 años y no tienen la cantidad de aportes necesarios como para jubilarse, pueden acceder al cobro de esta pensión, que equivale al 80 % de una jubilación mínima. Es más fácil (y más barato) para el Estado tomar esta medida que abolir el trabajo en negro, lo que permitiría llegar a la cantidad de aportes necesarios sin problemas.
Emitió una resolución, en abril de este año, mediante la cual introdujo una serie de recortes en las prestaciones, restricciones en la entrega de medicamentos y eliminación de programas de prevención de enfermedades para los jubilados y su obra social, el PAMI.
Profundizó el desfinanciamiento del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), que es dinero de los jubilados invertido en bonos del Estado y acciones en empresas privadas. Según denunció el abogado D’Alessandro, el FGS corre riesgo por la venta de acciones “a muy bajo costo y que desfinancia así el Fondo” y que encima beneficia a varios de las empresarios amigos de Macri. Y por otro lado, varios analistas sostienen que se está produciendo una reducción en sus fondos, producto de su utilización para el pago de la Reparación Histórica.
El Gobierno va por más. Junto con la intención de impulsar una reforma laboral que recorte los derechos de los trabajadores, también promueve una reforma previsional que empeorará las condiciones de vida de los jubilados, ya que, entre otras cosas, incluiría una reducción en los aportes patronales, un aumento en la presión fiscal de los monotributistas y la suba de la edad jubilatoria. Hace unos días se difundió una recomendación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que pedía aumentar la edad jubilatoria de las mujeres, bajo el cínico presupuesto de “promover la igual de género” e igualarla a la de los hombres, hoy en 65 años. Por otra parte, el jefe de la Anses, Emilio Basavilbaso, emitió declaraciones en las cuales se inclina porque que “sea voluntaria” la edad de jubilación, tanto en hombres como en mujeres.
Hoy en Argentina, la esperanza de vida es de 76,3 años. Si avanza el intento de elevar en 5 años la edad jubilatoria, los hombres se jubilarían a los 70 años, apenas 6 años antes, y las mujeres a los 65, unos 11 años antes. Un ataque brutal.
Además, buscan naturalizar los haberes miserables. Ya que otra de las modificaciones de la mencionada reforma previsional sería la posibilidad de jubilarse sin el requisito de los 30 años de aportes, pero con un haber proporcional a los años aportados.
Una razón más para votar al Frente de Izquierda
Se preparan para esto después de octubre. Y no puede ser una opción electoral elegir a aquellos que quieren “ponerle límites al Gobierno” como dijo Cristina Kirchner. Ya que sin ir más lejos, fue ella misma quien en el año 2010 vetó la ley que establecía el pago del 82% móvil a los jubilados. ¿Por qué entonces creer que es una opción que defenderá los derechos e intereses de los jubilados?
En cambio, la izquierda sí es una opción. Porque promueve la restitución de las contribuciones patronales, como mínimo al 33%, además de la eliminación de las exenciones, y el blanqueo de todos los trabajadores en negro y en condiciones de informalidad con un salario igual a la canasta familiar. Con estas medidas, entre otras, se podría lograr un aumento de los haberes jubilatorios y el 82% móvil, por ejemplo.
Por supuesto que medidas de este tipo hay que acompañarlas de organización y lucha independiente de los trabajadores y jubilados que se plantee, entre otras cosas, por ejemplo el funcionamiento bajo su gestión de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES). |