Mientras el gobierno de Gerardo Morales, la ministra de medioambiente Inés Zigarán y el intendente municipal de Raúl "Chuli" Jorge impulsan "Pachamama yo te cuido" como parte de un plan de concientización sobre el respeto y cuidado del patrimonio natural y cultural, llueven denuncias sobre contaminación, saqueo, expulsión de comunidades de sus territorios y daño del medioambiente por parte de pueblos originarios, organizaciones campesinas y trabajadores vinculados al sector a los que se suman los "Autoconvocados del Río Xibi Xibi". Ellos denuncian la destrucción de la reserva del Río Chico tras la construcción de un Parque Fluvial del Rïo Xibi Xibi.
El río Chico (Xibi Xibi) es un pulmón verde que atraviesa la ciudad de San Salvador. Los miles y miles que cruzamos día a día el río Chico a través de sus puentes, hemos avistado su vegetación, sus animales. Miles hemos jugado y nos hemos bañado en él de chicos y ha sido fuente de inspiración de muchos artistas.
Pero en estas últimas semanas no te fue ajena la existencia de máquinas retroexcavadoras. Topadoras funcionando día y noche arrasaron con la flora y fauna existente. Tala de árboles, el espanto de sus animales, el cambio del curso del río. Acciones de la intendencia del radical “Chuli” Jorge como parte del proyecto “Parque Fluvial del Río Xibi Xibi”, avaladas por la ministra de medioambiente Zigarán y el gobierno de Morales, que pone en riesgo la biodiversidad de la reserva natural del río, como lo denuncian los “Autoconvocados del río Xibi Xibi”.
“El Xibi Xibi no se toca”
Autoconvocados es un espacio conformado por vecinos, estudiantes, artistas y profesionales que se han organizado con el objetivo de defender la reserva natural del río. Exigen la paralización de las obras del Parque Fluvial llevado adelante por el gobierno municipal y provincial, realizando distintas acciones de concientización, difusión, apoyo -como la juntada de más de mil firmas– y la previsión de presentaciones legales.
En un comunicado emitido por el espacio, titulado “El Xibi Xibi no se toca”, exigen el “cese de la obra del Parque fluvial río Xibi Xibi y que se respete la reserva natural, como así también las ordenanzas 1989/1995 y 6898/2016 que declaran Reserva Natural Municipal al río Xibi Xibi donde se establece la prohibición de obras de carácter transitorio o permanente dentro de la reserva.
La serie de irregularidades del proyecto que en este momento se lleva adelante va desde la licitación de la obra en el mes de febrero sin estudios de impacto ambiental, como también la ausencia de audiencia pública previa y consultiva para tratar el proyecto propuesto. Los autoconvocados afirman que el estudio de impacto ambiental fue difundido cuatro meses después de la licitación por los medios de prensa y que incluso hay estudios, como el de factibilidad hídrica, que no aprobó la dirección de Recursos Hídricos de la provincia para empezar el proyecto.
“El estudio para mí no es válido. Porque no se basan en datos reales”
Según la bióloga Marta Petruchelli, en una entrevista concedida a un programa radial local: “El proyecto es inviable porque cuando el río crezca no sólo que va a arrasar con la primera terraza de inundación, que ellos prevén está a un metro por encima del cauce, sino que hay ocasiones que ha ido de banda a banda. Lo que ellos están haciendo ahora es limpiar absolutamente de toda vegetación, no respetando hierbas, arbustos, arboles, de la primera terraza, y solamente han dejado algunos ejemplares en la parte más alta”.
“No puedo decir que haya una evaluación de impacto ambiental ya que no hay ninguna evaluación, solo hay una somera descripción a nivel de flora y fauna, donde no se presentan estudios de agua, se mencionan que hay 18 efluentes, granjas avícolas, porcinas, y en el trazo urbano unos 15 desagües pluviales conectados con desagües domiciliarios que causan malos olores, pero donde no hay ningún estudio, lo cual demuestra que esta gente actuó de manera muy rápida. Por otro lado, no presentan las cartas de vegetación donde tendrían que estar todos los árboles y arbustos importantes que poblaban los márgenes de río que estaban y ya no están, pero hay fotos. Había hierbas medicinales, yuyos, etc, pero ya no están”.
“No se puede hacer un estudio de impacto ambiental refiriéndonos con especies de una región que es amplísima. Todos los datos tienen que ser del lugar, en este caso del sistema del Xibi Xibi. Si las primeras noticias de intervención del sistema apareció en la prensa más o menos en septiembre del año pasado, había tiempo para que la municipalidad se contacte con otras instituciones y pudieran recabar estudios que no estaban”.
“Leyendo los dos informes de impacto ambiental, sobre todo el primer, habla de que va a haber modificación del cauce de agua, cuando eso está absolutamente prohibido. Recursos Hídricos dio la factibilidad de que no se puede modificar el cauce y acá dicen que se va a modificar el cauce y va a haber remoción de tierra. Dentro del mismo estudio de impacto se desdicen. Es una falta de coherencia de quienes lo realizan. Aparte, no evalúan nada. El estudio de impacto ambiental debe ser interdisciplinario. El estudio para mí no es válido porque no se basan en datos reales”.
La desidia empresarial y del Estado no cuidan la Pacha Mama
El río Xibi Xibi, conocido como río Chico, recorre la ciudad de San Salvador de Jujuy unos 10 km de noreste a sureste, y sus aguas desembocan en el río Grande. Además de poseer una diversidad importante de flora y fauna, y de funcionar como un pulmón en la ciudad, en el transcurso de los años fue también una caja de resonancia del avance humano, de la desidia empresarial y aval del Estado a través del traspaso de los gobiernos de turno, ya sea radical o peronista.
El gobierno municipal radical y sus voceros, como Lisandro Aguiar, presidente del Concejo Deliberante, se jacta de realizar este proyecto aduciendo que el río “estaba sucio”, aunque durante todos estos años, incluso desde que se crearon las ordenanzas municipales de reserva y valorización de la misma, ni los 12 años del gobierno radical de Hugo Cid Conde, pasando por 4 años del peronista Martiarena y 12 años más del radical Chuli Jorge, no han realizado ningún tipo de medidas de mitigación y obras necesarias que eviten desagües contaminantes, de limpieza de las aguas, o de recolección de residuos, como parte de políticas medioambientales de conservación del patrimonio natural y paisajístico. Tampoco se conoce qué presupuesto fue asignado para realizar las tareas de conservación y mantenimiento de la reserva como lo denuncian en el facebook de Reserva Natural del Río Xibi Xibi, muchos de los cuales son estudiantes de biología quienes realizaban la limpieza del mismo, incluso estudios.
La obra definida de manera unilateral por el municipio cuesta 200 millones de pesos recibidos como préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), más un presupuesto adicional de $46.731.111 que el Concejo Deliberante de San Salvador aprobó el 8 de mayo de este año. Además de ser completamente nociva para el ecosistema de la reserva, deja a la luz el accionar poco transparente sobre el uso del presupuesto que maneja el Estado para la obra pública, como también por dónde pasa la jerarquía de las necesidades cuando hay barrios completos de San Salvador que siguen sin servicios esenciales y obras de infraestructura de primera necesidad, o abundan los asentamientos de las familias jujeñas.
Una vez más el pueblo de Jujuy no decide sobre las prioridades de las familias trabajadoras, ni tampoco sobre en qué usar los recursos y el presupuesto del Estado. Tampoco del uso de los espacios públicos y de los recursos naturales, como sucede con esta reserva que es patrimonio natural de todos. "Pacha Mama, yo te cuido", sólo un eslogan de un gobierno que demagógicamente habla del cuidado y respeto del medioambiente, de los territorios, los pueblos y sus culturas, mientras cotidianamente avasalla derechos y destruye nuestra biodiversidad, con el sólo objetivo de garantizar grandes negocios del sector empresarial, como se ve también con la minería contaminante, los negocios inmobiliarios vinculados a la actividad turística o con la extensión de la frontera agropecuaria para el monocultivo.
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