"Ha sido una victoria de la democracia y, lo más importante, se ha salvado una vida", afirmó el abogado de Romanós, Frangiskos Ragusis.
La huelga de hambre de Romanós, un joven anarquista de 21 años acusado de atracar un banco, causó un verdadero revuelo político en Grecia durante las últimas semanas. En el aniversario del asesinato del joven Alexis Grigoropulos, amigo de Romanós, miles de personas pidieron por su libertad, así como en otras movilizaciones previas.
Durante las protestas se produjeron fuertes enfrentamientos con la policía y hubo una oleada de ocupaciones de edificios públicos, como parte de las acciones solidarias con Romanós.
La campaña por la libertad de Romanós tuvo repercusiones internacionales y se hizo sentir en las redes sociales siendo tendencia permanente los hashtag #NROMANOS Y #NIKOSROMANOS.
Romanós tenía 15 años, al igual que su amigo Alexis Grigoropulos, cuando lo vio morir por un disparo policial el 6 de diciembre del 2008.
Después de dejar de comer, Romanós llegó a un primer acuerdo con las autoridades sobre la utilización de una pulsera electrónica como sistema de vigilancia, aunque rehusó suspender la huelga de hambre y también de sed, hasta que no hubiese un compromiso formal.
"Romanós respetará los permisos penitenciarios y la confianza de todos los que le han apoyado", declaró Ragusis.
La medida que ahora le permitirá a Romanós volver a sus estudios fue votada finalmente por unanimidad del Parlamento.
Su caso ha ocupado parte de la agenda política las últimas semanas, presente en las movilizaciones callejeras y en el debate parlamentario, en medio de una gran inestabilidad política en Grecia. | 
