“Después de la ceremonia de la pachamama, estoy mejor, tengo más fuerza”. Así comenzó su discurso el presidente Mauricio Macri, quien visitó por quinta vez la provincia desde que asumió, esta vez como parte de la agenda y visitas por distintas provincias antes de las PASO. Macri estuvo en el popular barrio Alto Comedero de la capital jujeña y habló en un acto realizado en la Federación Gaucha de ese barrio. Lo acompañó el gobernador Gerardo Morales, y los principales pre candidatos de Frente Jujeño Cambiemos.
El accionar demagógico a través de la celebración ancestral de la pachamama se combinó con un discurso motivacional y optimista, que negó las políticas de ajuste y de pobreza que viven millones, y que particularmente pesan sobre las familias trabajadoras y los sectores populares de Jujuy, como lo expresan los obreros y sus familias del ingenio La Esperanza, quienes estuvieron 11 días de paro y cortes de la ruta 34, contra la desafectación de zafra, una medida de flexibilización laboral que ataca derechos conquistados por los trabajadores, y que es parte del Plan de reestructuración del ingenio que pretende achicar la planta y dejar en la calles a unos 500 obreros.
“Está todo muy bien”
Macri pintó la realidad de un país que vive del optimismo y alegría, buscando convencer a quienes lo escuchaban de que “se puede ir para arriba”.
Por fuera de realidad y de los números que dicen lo contrario, como los 1.5 millones de nuevos pobres que se sumaron a fines del 2015 a los 13 millones existentes en el país.
Macri dio cuenta en su discurso de un país en crecimiento, en todas sus ramas productivas como el campo, la industria, la construcción, que genera nuevos puestos de trabajo, donde los números no importan, más bien las ganas de progresar.
Mientras tanto la realidad e informes como los de la UCA, afirman que durante el 2016 el empleo precario o sub empleo superó el 50% en la Argentina, y que el desempleo en el tercer trimestre arrojó un 9.9%. La motivación cínica de Macri apuntó a no abandonar el barco justo cuando las "buenas noticias" y la inversión prometida, según él comienzan a llegar.
Lo que no llegó en el 2015 para Jujuy llegará después de octubre del 2017
Sin hablar de políticas de ajuste, Macri repitió los anuncios de concreción y realización de obras de infraestructura para la provincia de tiempo atrás. La finalización de la interminable autovía que une Jujuy y Yala, el inicio de obras en las rutas 34, la 1 y la 66 o la extensión de redes de agua potable, plantas potabilizadoras, y cloacas, como también el avance del tan criticado Plan Belgrano Cargas.
También anunció la concreción de 2650 viviendas y la vuelta del crédito no solo para las PyMes sino también el crédito hipotecario.
"...Cada dos minutos en la Argentina una familia accede a una la vivienda propia con un crédito hipotecario..." afirmó Macri, y sonó a tono de un país de las maravillas del que pocos forman parte, peor aún en la Jujuy, donde el déficit habitacional supera las 30.000 viviendas, donde la mitad de la población vive en condiciones de pobreza, y donde se tiene los salarios y condiciones de empleo informal por encima de la media nacional (32,9%) lo que agravaría las condiciones de empleo, subocupación y desocupación.
Además de las obras públicas anunciadas con platillos y bombos Macri resaltó al Parque de Energía Solar, la explotación de litio y el desarrollo turístico como ejes importantes de desarrollo que dará trabajo para todos los jujeños, y que posicionaría a Jujuy como potencia mundial en lo que respecta a energías renovables.
Lo que no dijo Macri es que los grandes beneficiarios son los sectores empresariales vinculados a estos negocios productivos, donde en el caso del Parque de Energía Solar ha endeudado a la provincia por más de 80 años y puesto en garantía los fondos de coparticipación federal, o sea los salarios de los trabajadores estatales que sostienen la salud y la educación pública por ejemplo, que viven con salarios de pobreza y en condiciones de precariedad laboral.
Ni trabajadores, ni empresarios...emprendedores
Macri quien habló también de la "terminar con la mafia de la industria del juicio laboral" atacó a los trabajadores y los responsabilizó del cierre de las empresas y de la falta de empleo "...todos estos jujeños que están llenos de ideas tienen miedo de contratar a alguien porque piensan que le van a hacer un juicio...", una afirmación que va en sintonía con los dichos de Gerardo Morales, quien culpa a los obreros del azúcar que paran contra medidas flexibilizadoras de su trabajo, por ejemplo, de obstaculizar la inversión y compra del ingenio La Esperanza, como así también de su quiebra.
La salida para el gobierno de Cambiemos no es la creación de puestos de trabajo genuino, más bien beneficiar a los sectores empresariales, para que aprueben la Ley PyME, quitándoles responsabilidad a ellos, y responsabilizando a los trabajadores de que si los despiden es producto de su falta de iniciativa para progresar.
Lo mismo sucede con el impulso del cuentapropismo y el microemprendimiento, donde se diluye la responsabilidad del empleador, como también la existencia derechos laborales, convenios colectivos, y la posibilidad de sindicalización.
Más tiempo para construir la Argentina que todos soñamos
Macri cerró su discurso llamando nuevamente a respaldar su gobierno, a darle tiempo para que se vean la concreción de sus promesas. Negó todo tipo de medidas de ajuste que vienen llevando adelante su gobierno y los gobiernos provinciales como el de su mejor alumno Gerardo Morales, con el massista Carlos Haquím en Jujuy,y que tiene pensado profundizar después de octubre.
"...llevamos 19 meses de gobierno, es mucho pero es muy poco en tiempo para llegar a construir esa Argentina que todos soñamos... "
La realidad planteada por Macri, es contraria a lo que viven los millones de trabajadores y sectores populares en el país. Mientras avanza la pobreza, la precarización de nuestras vidas, los despidos en distintos sectores, como el emblemático caso de Pepsico, cuyos trabajadores enfrentan los mismos, o ataques a las condiciones laborales de los trabajadores, como lo muestra la situación que viven más de 1000 obreros azucareros de La Esperanza, que enfrentan no solo las políticas de ajuste del mejor alumno de Macri, como lo es Morales, sino también la criminalización de la protesta, y una campaña feroz por parte del gobierno y sus portavoces, contra las familias obreras.
Macri negó la realidad que se vive en Jujuy, donde denunciamos la existencia de un régimen policíaco, y de un laboratorio del ajuste, de la criminalización y de la flexibilización laboral.
La revolución de la alegría no llegó al pueblo trabajador jujeño, donde llueven las denuncias de avasallamiento de derechos democráticos elementales, donde sigue detenida Milagro Sala por protestar a pesar del fallo a favor de la CIDH, donde se persigue a trabajadores, reprimen a jóvenes y condenan a unos 27.000 a no tener perspectiva de futuro, sin trabajo, sin educación, donde somos las mujeres uno de los sectores más perjudicados a casa del desempleo, la precarización laboral y la pobreza. |