Foto: @israellorenzana / Twitter
Los vendedores de los puestos que se retiraron protestaron porque se quedan sin fuente de trabajo. Son por lo menos 56 las familias afectadas.
En los carteles que portaban se podía leer “¿Qué hago? ¿Robo? ¿Mato? ¿Me prostituyo?”, otros denunciaban que este golpe afectará a cientos de familia que subsisten mediante el comercio ambulante.
El problema es concreto: el sector de ambulantes concentra a más de 105,000 personas de acuerdo con el último informe de la Subsecretaría de Programas Delegacionales y de Reordenamiento de la Vía Pública.
Trabajan en condiciones extremadamente precarias: bajo el sol, bajo la lluvia, durante jornadas que inician a las 6 de la mañana y suelen terminar cuando se esconde el sol. Siempre están expuestos a que su patrimonio termine en una de las “perreras” de la policía capitalina, en el marco de algún Operativo Rastrillo.
A esto se suma que carecen de prestaciones: no tienen seguro social, ni vacaciones ni aguinaldo. El único trabajo que tienen los vendedores a los que el gobierno de Mancera expropió sus puestos es el comercio ambulante, y ahora, las autoridades los dejaron en la calle, sin ninguna alternativa laboral con salarios que les permitan cubrir sus necesidades y las de sus familias.
Mancera despliega mano dura
Desde las 23 horas del pasado jueves 3 de agosto hasta la madrugada de este viernes 4 se realizó el operativo ordenado por el gobierno de la Ciudad de México para retirar a los vendedores ambulantes de la calle de Apartado. Fueron 56 los puestos metálicos retirados.
El argumento de las autoridades es que los puestos ponían en riesgo la seguridad de los usuarios en la vía pública y por eso desmontaron los puestos, cuyas estructuras y desechos fueron llevados a al Centro de Transferencia de la Central de Abasto.
Este operativo se suma a otros realizados en Tepito y la zona rosa, entre muchos, contra el ambulantaje, por el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera. Y se da en el contexto de operativo policiacos-militares en Iztapalapa, Tláhuac y Xochimilco.
Mancera, ex policía llegado al poder de la mano del Partido de la Revolución Democrática (PRD), apuesta a mostrarse como una figura fuerte y de “mano dura” de cara a las elecciones de 2018.
Al mismo tiempo, lleva adelante otro operativo: el de la gentrificación, o dicho lisa y llanamente, para convertir los espacios urbanos un espacio habitable y disfrutable sólo para los ricos y la clase media alta, donde no hay lugar para las familias trabajadoras y los sectores populares. |