Según informes de la prensa local, Ibarra, un joven de 28 años que trabajaba bajo una visa agrícola H-2A, se enfermó el lunes 31 de julio. Se quejó de un dolor de cabeza pero la empresa lo obligaría a regresar al campo.
"Y cuando el turno terminó al día siguiente, volvió a trabajar también con dolores de cabeza. Y el día estaba más caliente. Contó de nuevo al supervisor cómo se sentía. De nuevo el supervisor lo ignoró en su petición. Volvió a su cabina. No podía soportarlo más ", dijo a The Stranger el compañero de trabajo Bárbaro Rosas Olibares.
Ibarra luego pidió ser llevado al aeropuerto para regresar a México, pero descubrió que su visa había expirado a partir del 30 de junio. Poco después, fue a una clínica local y finalmente fue trasladado al Centro Médico Harborview, donde Ibarra murió el sábado a causa de una severa deshidratación que más tarde le provocaría un fulminante paro cardiaco.
La compañía niega que Ibarra avisara a los supervisores sobre sus condiciones médicas o enfermedades, sin embargo los testimonios de sus compañeros demuestran lo contrario.
Protestan en contra de las pésimas condiciones laborales
El martes 1 de agosto por la tarde, un grupo de trabajadores y activistas marcharon hacia la granja de arándanos. Ahí, con pancartas en mano, denunciaron las pésimas condiciones laborales a las cuales están sometidos.
Pues señalaron que el condado ha sufrido una intensa ola de calor y aire contaminado debido a los incendios en la Columbia Británica.
Otros trabajadores agrícolas en Sarbanand también han sufrido de enfermedades incluyendo parálisis facial, dolor intenso en articulaciones, insolación y desmayos. Recibían porciones de alimentos muy pequeñas.
Así, para el día viernes 4 de agosto, los trabajadores se negaron a trabajar, a pesar de ser "amenazados con ser enviados de regreso a México" si no se cumplían las medidas de desempeño.
Desde entonces, más de 70 trabajadores fueron despedidos por insubordinación después de negarse a regresar al trabajo y también actualmente son desplazados del campamento en el que vivirían durante su estancia en el país vecino.
"Somos conscientes de la situación. Es un asunto laboral y no comentamos sobre esos asuntos aparte de decir que esperamos que los problemas puedan ser resueltos ", dijo Norm Hartman, representante de la empresa, en un correo electrónico al Lynden Tribune.
Un ejemplo brutal de la precariedad laboral de los trabajadores temporales en las empresas agrícolas estadounidenses. |