Imagen: dienteleche
En la tarde del jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publicó la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) con los datos socioeconómicos.
Parte de este informe había sido adelantado durante el mes de noviembre en su informe “Mercado de Trabajo: principales indicadores”.
Del informe en cuestión surge que el 33,6% de los empleados no están registrados (están en “negro”): se trata de unos 4.100.000 trabajadores. En el norte del país el no registro es superior, llegando a 41,6% en el noroeste y 36,6% en el noreste.
Además, sobre el total de los 31 aglomerados urbanos relevados, la desocupación ascendía al 7,5%, con un impacto mucho más pronunciado en los jóvenes menores de 29 años hombres (14,1%) y mujeres (17,1%).
A este guarismo se llega por mediante dos mecanismos. El primero, considerar desocupado solamente a quienes, no teniendo una ocupación, han estado buscando trabajo activamente en los últimos 30 días (es decir, dejando fuera a quienes no consiguiendo trabajo ya han dejado de buscar), una metodología que es parte del consenso internacional en las estadísticas nacionales de la mayoría de los países capitalistas.
En segundo lugar, mediante el falseamiento liso y llano de la información relevada. De esta manera, los picos de desempleo que se registran en las principales concentraciones urbanas del país, como el Gran Buenos Aires (8,7%), Gran Córdoba (11,6%), o Gran Rosario (9,3%) están sospechados de ser subestimados.
Es que mientras las estadísticas muestran una caída en los ocupados a la vez registran una disminución de quienes están buscando un empleo, por lo cual el impacto en la tasa de desocupación de la pérdida de puestos de trabajo es menor al real.
No obstante la manipulación,no se puede ocultar que el desempleo golpea mucho más fuerte sobre la juventud, y más aún sobre las mujeres, con promedios que oscilan entre el 22% y el 27%.
Pero los altos niveles de desocupación de los principales aglomerados y centros industriales del país se promedia para abajo con los porcentajes bizarros que publican para las provincias más castigadas por la pobreza y el trabajo en negro como Gran Resistencia (0,2%), Formosa (1,6%), Santiago del Estero (3,2%), o el Gran Tucumán (6,2%). Es decir, niveles de pleno empleo.
Así se llega al 7,5% de desempleo nacional. Una mentira hecha bandera que el progresismo K y los bien pagados funcionarios del gobierno no se sonrojan en levantar a viva voz.
Manipulación del índice de salarios mediante, el gobierno también anunció en su momento que el salario real, no sólo viene aumentando, sino que le ha ganado a la inflación. Como hemos explicado aquí, la trampa del INDEC consiste en un cambio del año base en 2012, subestimando considerablemente el peso relativo del empleo informal,y en la manipulación del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Este índice trastoca al mismo tiempo la medición del salario real, del valor de la canasta básica, del índice de pobreza, del índice de indigencia, etc. Muchos de estos indicadores directamente se han dejado de publicar por lo desopilante que resulta ver a aglomerados del noroeste o noreste del país donde prácticamente se habría erradicado la pobreza y la indigencia.
Los amagues del gobierno para prohibir la publicación del IPC-Congreso que se elabora en función de las mediciones de las agencias privadas, no es sino un nuevo intento por evitar una contestación a los felices anuncios gubernamentales.
La elaboración y difusión de las estadísticas nacionales debe estar en manos de los trabajadores del INDEC con la participación de organismos de derechos humanos independientes del gobierno y el libre acceso a la información relevada, sólo así se podrán corregir los índices elaborados y realizar nuevas mediciones que hoy escapan al interés de quienes controlan el organismo respaldados por las patotas del gremio UPCN. | 
