A pocas horas del inicio de la veda electoral, María Eugenia Vidal, Esteban Bullrich y Graciela Ocaña dejaron sus últimos esfuerzos por conquistar el voto bonaerense en Código Político, el programa de TN conducido por Julio Blanck y Eduardo van der Kooy.
Allí, la gobernadora se ubicaba ante los periodistas flanqueada por los candidatos, uno a cada lado. Expresión de lo que fue un rasgo indisimulable de la campaña de Cabiemos, Vidal se encontraba en el centro de la escena.
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Como sostienen ciertos análisis políticos, lanzarse a una contienda electoral con candidatos ignotos, es una jugada que puede generar buenos resultados. Jugar con la idea de la renovación puede redituar bien. Sin embargo, la performance de los candidatos de Cambiemos estaría siendo una refutación de esta teoría. Esteban Bullrich, de acuerdo a todas las encuestas, parece lejos de ganarle a Cristina Fernández en la categoría a senador. En la competencia por las bancas en la cámara de Diputados, la diferencia entre Graciela Ocaña, quien reviste un alto nivel de conocimiento, se acerca mucho más al resultado de la ignota Fernanda Vallejos por la que apostó Unidad Ciudadana. Sin embargo, el peso esencial del resultado estará medido en cuanto a si se pudo derrotar (o no) a CFK.
El cierre de campaña de Cambiemos tuvo doble epicentro, o mejor dicho, un epicentro real y un intento por distraer la mirada de ese epicentro. Por un lado, Mauricio Macri encabezó un acto en Córdoba, en lo que constituyó un esfuerzo por nacionalizar la campaña, maniobra desarrollada tardíamente por el oficialismo al constatar el grave error cometido al concentrar la campaña fuertemente en la provincia de Buenos Aires. Luego de la batalla por los votos, se librará la batalla por la lectura de los resultados. Cambiemos ya se siente perdedor en territorio bonaerense, por lo que intentará hacer pesar los buenos resultados que pueda cosechar en el restos del país.
Por otro lado, en lo que se puede considerar el epicentro real de la campaña del Gobierno, María Eugenia Vidal encabezó otro acto de cierre en Vicente López. Allí, nuevamente, toda la presión recayó sobre la figura de la gobernadora. El mensaje de la campaña de Cambiemos se puede resumir en que los votos a los candidatos oficialistas significan un apoyo a la gestión de Vidal.
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La cobertura mediática de la jornada del jueves es sintomática: la foto que se destaca, las declaraciones que más se destacan, son las de Vidal, no las de Bullrich. Como ya se dijo, Vidal cargó con la tarea de levantar a un candidato con poco nivel de conocimiento. Por otro lado, entre quienes lo conocen bien como los y las docentes, Bullrich cuenta con altos niveles de desaprobación por su nefasta gestión al frente del ministerio de Educación de la nación.
Por la noche, en Código Político, el candidato a senador intentaba subsanar la torpeza cometida días antes. En un gesto de inexistencia de sensibilidad y cintura política absoluta, Bullrich había destacado como un logro de gestión en la provincia, la sumatoria de "un pibe preso más" todos los días.
Como era de esperarse, Cristina Fernández comió del plato que Bullrich le sirvió en bandeja. En el acto de cierre de Unidad Ciudadana en La Matanza, la ex presidenta le respondió. Luego de exigir a todo su auditorio que no abucheara cuando mencionara alguna persona o situación que los hiciera "poco felices", CFK criticó a Bullrich por sus declaraciones. Además aseguró que pidió ver el video para descartar dudas, porque inicialmente creyó que podían haberlo editado. Ciertamente, si no se ve el video, lo que dijo Bullrich resulta difícil de creer.
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"Critica palabras, discursos, porque ellos son eso, son un relato", se defendía Bullrich en el estudio de TN. Vidal hizo lo que pudo y hasta a ella se le notaba el esfuerzo. Con las características estilísticas del discurso de Cambiemos, a Vidal le tocó sintetizar en pocas palabras, "qué es Esteban" y lograr con ello, tocar alguna fibra sensible de alguien. A lo único que pudo apelar es a su gestión como ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires. Vidal aseguró que gracias a Esteban todas las escuelas de Capital Federal ahora tienen estufas y están calefaccionadas, que cada chico tiene una computadora y que todas las escuelas están terminadas. También aseguró que a diferencia de lo sucedido en la provincia, en la ciudad creció la matrícula en las escuelas públicas.
El dato que no mencionó la gobernadora, lógicamente, es que la ciudad presenta desde hace años el problema de la falta de vacantes y miles de chicos y chicas en edad escolar se quedan afuera de la escuela pública. Como bien denunció Patricio del Corro, candidato a diputado por la ciudad por el Frente de Izquierda, “el año pasado 11 mil chicos quedaron sin vacantes". "Se supo gracias a un pedido de informes que presenté en la Legislatura. Este año la crisis es similar, pero el Gobierno prefiere tapar el sol con las manos. Es grave, la carencia de vacantes afecta a miles de familias", denunció Del Corro recientemente.
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El oficialismo apostó en esta campaña a un candidato débil, poco conocido, odiado por un sector importante de la población, como es el mundo de la docencia bonaerense. A esta debilidad, intentó subsanarla con un discurso idéntico al de 2015: emocional, vacío y de confrontación con el pasado y la herencia kirchnerista. Las realidades concretas y palpables para remarcarle a la población y levantar al candidato, no abundan en el libreto de Cambiemos. De hecho, las menciones a los logros de gestión de Bullrich en la Ciudad resultan muy poco creíbles. A la falta de vacantes, se suma y seguro muchos recordarán, las indignantes "aulas conteiner" que alguna vez intentó instalar el Gobierno porteño.
Apelar al voto como un apoyo a la gestión de Vidal tampoco parece una idea del todo acertada. Sin bien la gobernadora es la figura con mayor aceptación dentro del plantel de figurones del oficialismo, la realidad es que la gestión en la provincia hasta el momento, viene atravesada por un enfrentamiento brutal a la docencia y al conjunto de los trabajadores estatales, por ejemplo. Vidal mostró en 19 meses la verdadera cara que se ocultaba tras su actitud "Heidi" e intentó hacer pasar el ajuste todo lo que pudo. El llamado a apoyar a su gestión entonces, también tiene que ver con tópicos meramente discursivos, como el "combate a las mafias" y al "cambio que no se logra en 19 meses", porque es necesario desandar "25 años" previos de gestión del mismo signo político. Poco para convencer a los numerosos indecisos que encarnan una tenue ilusión para Cambiemos a dos días de las elecciones. |