Luego de la reunión que mantuvieron en la residencia presidencial de Olivos, el presidente Mauricio Macri y el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, brindaron una conferencia en común. Las crisis en Venezuela fue uno de los temas salientes de la misma en la que ambos reafirmaron la política de presión e injerencia.
Pence se encuentra en una gira desde el pasado domingo que lo ha llevado a Colombia y luego de su paso por Argentina, culminará en Chile.
El vicepresidente de Estados Unidos aprovechó la ocasión para bajar el tono a la amenaza realizada por Trump la semana pasada. "Tenemos muchas opciones para Venezuela, incluida una posible opción militar si es necesario", dijo el presidente estadounidense el viernes pasado.
"Tenemos tropas por todo el mundo, en lugares muy, muy alejados. Venezuela no está muy lejos y la gente está sufriendo y están muriendo", agregó el presidente desde su club de golf de Bedminster (Nueva Jersey), donde pasa sus vacaciones .
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Pence buscó explicar la repudiable amenaza guerrerista de Trump, y despejar la posibilidad de una intervención militar, al decir "El presidente Trump me envió con un mensaje que debe quedar claro en toda América Latina. Los Estados Unidos no se van a quedar con los brazos cruzados cuando Venezuela se está destruyendo. El presidente Trump tiene muchas opciones a disposición, pero creemos que al incrementar la presión diplomática y económica sobre Maduro, no sólo en el continente sino en todo el mundo, vamos a lograr por medios pacíficos que regrese la democracia".
Con esa afirmación, Pence, dejo en claro que las presiones y sanciones contra Venezuela y el gobierno de Nicolás Maduro. Como en su momento explico el secretario de Estado Rex Tillerson, en tono amenazante que, Estados Unidos está "evaluando todas las opciones políticas" para "crear un cambio de condiciones" en Venezuela.
El presidente Macri afirmó, en la conferencia de prensa, el apoyo que viene mostrando a la política estadounidense al decir que "Tenemos que extremar la posición política y económica para que lo antes posible se restablezca una democracia". Aunque debió aclarar que "en el Mercosur no vemos como una alternativa la fuerza para la solución del conflicto en Venezuela".
Macri destacó la unanimidad de los gobiernos derechistas en el continente, con el liderazgo de Estados Unidos, para restablecer la democracia en Venezuela. En ese sentido los gobiernos de la derecha regional avanzaron en una serie de declaraciones y sanciones contra Venezuela, en primer lugar con la aplicación de la “cláusula democrática” del Mercosur y luego con la declaración de la cumbre en Lima.
Tanto las sanciones estadounidenses, como las tomadas por los gobiernos de Sudamérica, buscan favorecer la oposición derechista de la MUD. La ofensiva regional contra el gobierno de Maduro, encabezada por el gobierno argentino de Macri y el del golpista brasileño Temer, se enmascaraba bajo el discurso que pedía una salida dialoguista, el cierre de la ANC y el llamado a elecciones ante la crisis venezolana.
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Mientras Macri se reafirma como aliado del gobierno de Estados Unidos en la región, el vicepresidente Pence celebraba las políticas de ajuste del gobierno Argentino al decir "Estoy aquí para felicitarlo a usted presidente Macri por sus audaces programas de cambio para transformar la economía del país y reinstalar la reputación en el mundo". |