(Foto: Teleamazonas)
El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, aseguró observar preocupado el aumento de las muertes durante protestas en Venezuela y la cantidad de presos políticos. Con palabras escuetas pero significativas, el primer mandatario perfila un giro en la posición sobre el país vecino, para uno de los Estados miembros de ALBA y aliado regional del chavismo.
“Por encima de cualquier postura ideológica o política, la vida es sagrada e intocable, la muerte de seres humanos es un hecho que debemos rechazar enérgicamente”, dijo Moreno este lunes, durante su espacio televisivo semanal El Gobierno Informa. Añadió que “no deja de preocuparnos también la cantidad de presos políticos”, e indicó que la democracia implica solucionar problemas a través del diálogo.
Sin embargo, y para no apartarse del todo del camino que hasta el momento transita, rechazó la “opción militar” esgrimida por Donald Trump en los días previos. “Respetamos la autodeterminación de los pueblos y la no injerencia; nuestra profunda solidaridad con el pueblo venezolano, nuestro más hondo deseo de que pronto alcancen la paz”, expresó.
No se trata aún de un cambio completo hacia el país con el que el ex presidente Rafael Correa supo construir vínculos tanto ideológicos como económicos, sino más bien la continuidad de una política internacional “moderada” desde el Palacio de Carondelet de Quito.. El presidente Moreno mantiene un perfil bajo al respecto de la crisis venezolana, en búsqueda de mejores relaciones con el imperialismo norteamericano. Pero con sus recientes declaraciones, el panorama empieza a modificarse con mayor nitidez.
La derecha local, consecuente con la regional, exige una toma de posición enérgica frente al gobierno chavista. Su queja es que hay muchos anuncios de diálogo, pero pocas muestras de políticas concretas. Un discurso similar al que utilizan las cámaras industriales y de comercio para presionar en lo económico, laboral y tributario.
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(Foto: El Comercio)
Con la todavía caliente crisis interna de Alianza PAIS, el giro en la política regional ya venía gestándose. Las palabras del presidente Moreno no hacen más que desdecir las de la canciller María Fernanda Espinosa, asociada al núcleo duro del correísmo, quien en los últimos meses mostró su abierto apoyo a la Asamblea Constituyente de Nicolás Maduro, y responsabilizó a la derecha por la violencia en las calles.
Pocas horas después de las declaraciones del presidente, la canciller fue entrevistada por el canal de televisión argentino C5N, y evitó cualquier tipo de cuestionamiento. “Yo diría que la OEA ha resultado ser el espacio no adecuado para tratar los temas de Venezuela, una clara polarización, y un manejo muy poco atinado de la Secretaría General”, manifestó Espinosa. Además, volvió a insistir que el enfoque de Ecuador será el de respetar la resolución interna del conflicto, fuera de todo intento de injerencia.
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Las declaraciones de Lenín Moreno confirman su evidente separación de la política de Rafael Correa, ahora en el plano internacional, y son otro indicador del giro hacia derecha del progresismo ecuatoriano. Mientras tanto, el gobierno de Caracas parece cada vez más aislado, ya que ahora sólo Bolivia, su otro aliado estratégico en el ALBA, es el único país sudamericano que lo apoya abierta y enérgicamente. | 
