En el día de ayer el Consejo de la Magistratura comenzó el proceso de juicio político y la separación del cargo del camarista federal Eduardo Freiler por mal desempeño en sus funciones. La acusación está basada en un supuesto enriquecimiento ilícito, ya que ni sus declaraciones juradas, ni sus ingresos pueden justificar su elevado patrimonio que supera los 17 millones de pesos.
No es nueva la obsesión del gobierno por querer deshacerse de Freiler. Cambiemos lo busca desde hace unos meses, pero sin éxito. En un principio la posibilidad de tomar una decisión sobre el pedido de juicio estaba pautada para diciembre de este año, pasado ya un tiempo prudencial luego de las elecciones de octubre. Sin embargo, dos circunstancias fueron decisivas para que el gobierno decidiera volver a la carga con este tema. Por un lado, los resultados electorales a nivel nacional fueron interpretados por el oficialismo como un buen colchón para envalentonarse y por otro lado, una clara maniobra, la remoción de uno de sus miembros, Ruperto Godoy (FpV) y su reemplazo por el senador Mario Pais (PJ). El oficialismo debía llegar a los dos tercios para lograr su cometido (9 votos sobre un total de 13). Durante apenas unos instantes, eso que venía siendo inalcanzable para el macrismo pudo hacerse realidad. ¿Cómo? El mencionado reemplazo no fue inmediato. Durante el momento en que transcurrió la votación, Godoy ya no ejercía su cargo (por lo que no podía votar), mientras que Pais no pudo participar del plenario porque la Corte Suprema aún no le había tomado juramento. Así, al momento de la votación, en lugar de ser 13 los integrantes del Consejo de la Magistratura eran 12, maniobra que posibilitó alcanzar los dos tercios necesarios con apenas 8 votos.
Esta burda artimaña fue consumada gracias a un pacto establecido entre Cambiemos y el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, encargado de tomarle juramento a Pais. A pesar de los esfuerzos kirchneristas por lograr que el juramento se realice antes del plenario (convocado por las 10:00 hs), Lorenzetti le tomó juramento pasadas las 13 hs.
Con semejante chanchullo el kirchnerismo se rasgó las vestiduras. Sin embargo, en este régimen político, ni oficialistas ni tibios opositores tienen las manos limpias en sus intentos de tener sus jueces adictos, convivir con jueces corruptos y negociar causas con la corporación judicial.
¿Qué es el Consejo de la Magistratura?
Es el organismo que tiene bajo su poder el funcionamiento del Poder Judicial (incluida la ejecución del presupuesto de dicho poder), controla los jueces, impone sanciones y arma las listas de candidatos a jueces nacionales y federales que luego serán designados entre el Poder Ejecutivo y el Senado. Sus integrantes son 13 y corresponden 3 al Poder Judicial, 3 a la Cámara de Senadores, 3 a la de Diputados, 2 en representación de abogados federales, 1 designado por el Poder Ejecutivo Nacional y 1 representante del ámbito académico y científico.
Como se ve, el poder de dicho organismo es inmenso y responde a las claras al poder político de turno. Al igual que el resto de los componentes del Poder Judicial constituye una verdadera casta política, con sueldos que pueden superar los 300 mil pesos, son designados a dedo, y no dudan en cambiar “de bando”, según sus conveniencias políticas y económicas.
Una clara muestra es el mismo Lorenzetti, quien fue designado por Néstor Kirchner en el 2004 y no dudo ni un segundo en formar parte de la burda maniobra que le permitió al macrismo salirse con la suya. El mismo Mauricio Macri fue claro sobre el rol de los jueces cuando dijo, en el marco de un seminario organizado por el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, que “los jueces tienen que saber que buscamos la verdad o buscaremos otros jueces que nos representen”. Y en eso están parece.
¿Quién es Freiler?
Otro ejemplo es el mismo Eduardo Freiler quien, hasta su desplazamiento, era titular de la Sala I de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal. Freiler es el centro de acusaciones cruzadas. Cambiemos fundamenta su embestida argumentando que favoreció al kirchnerismo, y a la propia Cristina Kirchner, en causas como Hotesur y la de la muerte del fiscal Alberto Nisman. Sin embargo, fue el mismo Freiler el que emitió el fallo que estableció el sobreseimiento del presidente Macri en la causa de escuchas ilegales cuando era jefe de gobierno porteño. Actuación por la que recibió una denuncia por cobrar coimas del propio Macri.
El planteo de la izquierda
La independencia de la Justicia de la que tanto les gusta a hablar a los políticos burgueses no existe. ¿Cómo puede existir si el Poder Ejecutivo detenta la potestad de nombrar jueces? Ya sea mediante decreto, como lo intento hacer Macri al poco tiempo de haber asumido, o en acuerdo con el Senado.
La cantidad de fallos favorables que recibieron los distintos presidentes, desde la apertura democrática por parte de la Corte Suprema de Justicia es una clara muestra. Alfonsín tuvo un 85,71 % de casos resueltos a su favor, Menem 100 %, Néstor Kirchner más del 62,50 % y Cristina Kirchner el 43,75 %.
Los jueces constituyen una casta que en pos de mantener sus privilegios se acercan y alejan de los distintos gobiernos. Esta es la explicación de los famosos carpetazos.
En contraposición, el Frente de Izquierda plantea: la elección de todos los jueces y fiscales a través del voto popular, mandatos de carácter revocable, y que ganen el salario de un trabajador medio, así como la extensión de juicios por jurados y la separación de todos los magistrados y funcionarios vinculados con la dictadura. |