La actividad se dio en el marco de la Cátedra Libre “A 100 años de la Revolución Rusa” y fue organizada por la Agrupación de Mujeres Pan y Rosas y la Agrupación Universitaria Tesis XI.
Estuvieron presentando el libro la senadora del Frente Amplio Constanza Moreira y la candidata a senadora por el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) de Argentina Andrea D’Atri.
La novela gráfica de Kate Evans logró captar la atención del público y fue altamente reivindicada por las panelistas quienes destacaron su frescura en la imagen y en el texto. Evans tiene el mérito de haber logrado en esta obra mostrar a la revolucionaria tal cual era, tanto en su tenacidad en el debate político como en su vida íntima.
Constanza Moreira intervino resaltando la figura de Rosa en su lucha contra la Guerra como negocio lucrativo de las clases dominantes europeas. Hizo referencia a la confluencia entre su vida militante y su vida personal.
Por su parte, Andrea D’Atri reconoció el mérito de la ilustradora en haber logrado recoger la esencia de Rosa. Evans logró recrear las expresiones de la revolucionaria a partir de las pocas fotos disponibles con las que contaba.
D’Atri, como fundadora de la Agrupación Internacional de Mujeres Pan y Rosas, contó el acercamiento que tuvo con la obra a partir de que vio en las últimas páginas del libro distintas imágenes actuales con las que la autora pretendía dar continuidad a las ideas de Rosa Luxemburgo. Entre esas imágenes se encontraban retratadas las Madres de Plaza de Mayo, manifestaciones de los pueblos originarios y una columna de mujeres que sostenían una pancarta con la leyenda Pan y Rosas. Así empezó una relación con la ilustradora que se concretaría con la traducción de su obra al castellano, llegando así al público hispanohablante.
D’Atri reivindicó la Rosa Luxemburgo que luchó contra el revisionismo de la socialdemocracia alemana, que peleó contra el reformismo de sus principales dirigentes enfrentándose directamente con personajes “consagrados” como Bernstein o Kautsky, que fue acusada por el imperio alemán y encarcelada varias veces y que finalmente fue su propio partido quien le dio muerte traicionando todo principio proletario.
D’Atri resaltó el espíritu de Rosa que escapó a ser ubicada en un rol de víctima (tanto por su condición de polaca, judía, mujer y su motricidad limitada), luchando siempre por sortear estas determinaciones con una actitud activa todo el tiempo. D’Atri comparó esta ubicación con la que necesitamos las mujeres de este siglo que combatimos el machismo y los femicidios. Remarcó que el estado capitalista, el reconocer nuestros padecimientos como mujeres (violencia, discriminación, desigualdad) nos ubica como víctimas y por tanto nos toca luchar desde ahí.
Frente a la violencia de género – cuya manifestación más aberrante es el femicidio – las mujeres debemos corrernos del lugar de víctimas y fortalecernos para poder enfrentar de una manera activa – como lo hizo Rosa – al machismo ligándolo con una perspectiva revolucionaria de liberación de la clase obrera y el conjunto de los explotados y oprimidos.
Rosa Luxemburgo polemizó incansablemente con los responsables de la socialdemocracia alemana acerca de la Revolución Bolchevique. Frente a la negativa de los alemanes de querer imitar la insurrección obrera rusa, Luxemburgo planteó que “ellos sí se atrevieron” marcando una diferencia clara con la política dubitativa y reformista de la socialdemocracia alemana.
Por otra parte, Andrea D’Atri dejó en claro la reivindicación que su agrupación y su corriente política hacen de Rosa Luxemburgo: el legado de Rosa que nos interpela en la actualidad sobre la adaptación al régimen democrático burgués y a una estrategia gradualista y parlamentaria. D’atri alertó acerca del error de creer que se puede transformar la sociedad a partir de un crecimiento electoral o de ocupar espacios en las instituciones del estado capitalista. Y explicó que si esos cargos no están puestos al servicio de la lucha revolucionaria e independiente de la clase trabajadora, se terminan adaptando a la democracia capitalista y a este régimen de dominación.
El mejor ejemplo de coherencia entre la actividad parlamentaria y la lucha revolucionaria lo vemos en Argentina cuando los diputados del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT) como Nicolás del Caño o Myriam Bregman pelean en el parlamento y en las calles por los derechos obreros, debiendo enfrentar la represión policial, acompañando las luchas de los trabajadores y trabajadoras, donando dinero para su fondo de lucha y contribuyendo a hacer avanzar la subjetividad de la clase trabajadora de conjunto.
Al finalizar la actividad se dio un debate con el público en el que se intercambiaron opiniones y preguntas. Cerró el bloque Sara Villarreal, militante de Pan y Rosas Colonia, quien contó su experiencia de organización de la mujer trabajadora siendo ella ex obrera de una metalúrgica.
La velada finalizó con la famosa foto de apoyo a las trabajadoras y trabajadores de la multinacional PepsiCo que en Argentina cerró su planta dejando a 600 familias en la calle y que se encuentran resistiendo al día de hoy. |