En Durham, Carolina del Norte, cientos de estudiantes se reunieron bajo el lema “Somos la Revolución” a dos días de los sucesos de Charlottesville. Ese lunes, 14 de agosto, Takiyah Thompson en medio de la protesta arriesgadamente subió a una de las estatuas erigidas a los Confederados.
Esos cientos de jóvenes vieron como Takiyah Thompson tomó una cuerda, subió a la escalera y rodeó con ella la estatua del Monumento a los Soldados Confederados. Varios de los presentes tiraron de la cuerda hasta derribar la estatua. Los manifestantes estaban encolerizados por el asesinato de Heather Heyer en manos de grupos neofascistas y supremacistas.
Ante este crimen, surgieron actos de protesta en otras ciudades del país el lunes por la noche. Cientos participaron en marchas por el “No al Odio” en Minneapolis y Washington, D.C., en las que cantaban “Así es como se ve la democracia”. Afuera de la Torre Trump en Nueva York, miles de manifestantes mostraron su desprecio por el presidente con consignas como “Ni Trump ni KKK, ni a los fascistas USA” y “Nueva York te odia”.
De acuerdo con USA Today hay más de 700 monumentos a los confederados instalados en áreas públicas en 31 estados de EE. UU. Se les puede encontrar en plazas públicas, las cortes y capitolios, entre otras locaciones. Pero los que aún quedan, se han vuelto crecientemente controversiales y son condenados por muchos como símbolos racistas.
La estatua fue instalada en 1924 frente al edificio de la corte de Durham. Fue derribada alrededor de las 7:00 p.m. Al caer, los manifestantes la patearon, luego escupieron sobre ella. ¿Por qué los jóvenes se empeñaron en derribar la estatua de los confederados?
Los partidarios de los Confederados en la Guerra Civil son la representación más fiel del neofascismo en Estados Unidos: xenofobia, racismo, supremacismo blanco, misoginia. Son el ala dura, la extrema derecha, que quiere un muro en la frontera con México y están en contra de los migrantes. Alentados por el discurso de Donald Trump y por la Alt Right son lectores del Breitbart News de Steve Bannon.
Takiyah Thompson fue detenida dos días después de la protesta y tiene dos cargos mayores. Incitación a la violencia y daños al patrimonio nacional. Se le fijó una fianza de 10,000 dólares y la oficina del alguacil de Durham anunció “que se esperan más arrestos relacionados con el derribo de la estatua”.
En entrevista para un medio de Estados Unidos Takiyah Thompson, joven negra de 22 años, declaró:
“Todo lo que aliente a esas personas, todo lo que las haga sentirse orgullosas debe ser destruido, del mismo modo que quieren destruir a las personas negras y a los demás grupos a los que atacan. Debemos retirar todas las estatuas de soldados confederados y todo vestigio de la supremacía blanca”.
Takiyah puede sufrir una condena absurda en la cárcel. Pero está convencida de su acción: “No se puede mantener a las personas oprimidas por siempre. La gente se alzará, como está ocurriendo en todo el país”.
La joven de 22 años es estudiante de la North Carolina Central University. Takiyah debe ser puesta en libertad y sin cargos. Lo más absurdo de la cuestión es que el gobernador Roy Cooper, demócrata, declaró que se deben de retirar las estatuas confederadas que estén en terrenos públicos del estado “por otros medios”.
Abajo los cargos contra Takiyah Thompson. Toda nuestra solidaridad. En medio del avance de los grupos reaccionarios urge un gran movimiento democrático que luche contra el muro de Donald Trump, por plenos derechos a los migrantes, contra la xenofobia.
