En las dos últimas dos semanas, Wall Street se sacudió al ritmo de tensiones geopolíticas, movimientos en la Casa Blanca y controvertidos comentarios del presidente Donald Trump de paralizar el gobierno norteamericano para financiar la construcción del muro con el vecino país de México. Se debate en estos días la posibilidad de que Trump pueda avanzar con su agenda de ampliar el endeudamiento y realizar una reforma fiscal.
Los mercados encontraron cierta calma con la expectativa puesta en la reunión de los principales directores de Bancos Centrales del mundo en Jackson Hole, Estados Unidos. Entre ellos, la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, el jefe del Banco Central Europeo, Mario Draghi, y el responsable del Banco Central de Japón.
El objetivo de los banqueros centrales es lograr el retorno al crecimiento que permita retirar los estímulos monetarios establecidos desde el impacto de la crisis de 2008. Este lento crecimiento se expresa a su vez en una débil tasa de inflación, que no supera el 2 % anual.
En Japón, funcionarios han investigado las causas del comportamiento, preguntándose si las empresas y las familias son más lentas en reaccionar a las señales económicas de lo que se piensa.
Autoridades europeas, en tanto, han culpado al lento movimiento de los contratos salariales de los sindicatos y a las compras online, lo que significa una retracción del consumo por el ajuste sobre los salarios de los trabajadores realizado por las empresas y gobiernos como respuesta a la crisis. Mientras que en Estados Unidos han citado una larga secuencia de temas extraordinarios en los precios, desde el petróleo a teléfonos celulares y recetas médicas.
En cada caso la respuesta de los funcionarios ha sido la misma: esperar y hablar con confianza sobre el retorno de la inflación, como, señalan, la Fed lo ha puesto desde 2013, en "el mediano plazo".
La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, y el jefe del Banco Central Europeo, Mario Draghi, tienen previsto dar discursos el viernes. Los inversores los escucharán atentamente en busca de señales sobre el curso de la política monetaria, pese a que no se prevén novedades. Dragui, sin embargo, parece planear la reducción de algunos de los programas del banco adoptados durante la crisis, pese a que el esperado progreso en la inflación se haya alejado hacia 2018 y 2019.
La economía norteamericana, mientras tanto, no da muestras de buena salud. En los mercados, en las últimas dos semanas el Promedio Industrial Dow Jones perdió 28,69 puntos, o un 0,13 %, a 21.783,40 puntos, mientras que el índice S&P 500 cayó 5,07 puntos, o un 0,21 %, a 2.438,97. El índice Nasdaq Composite perdió 7,08 puntos, o un 0,11 %, y terminó en 6.271,33 unidades.
El sector consumo masivo, que cayó un 1,3 %, fue el de peor desempeño entre los 11 principales del S&P, liderado por un descenso del 9,5 % de J.M. Smucker después de que el minorista reportó resultados decepcionantes.
Este sector también perdió terreno luego de que Amazon.com Inc anunció que planea completar el lunes la compra de Whole Foods Market Inc por U$S 13.700 millones. El anuncio presionó a Kroger Co y a Wal-Mart Stores Inc.
Por su parte, las ventas de casas usadas en Estados Unidos bajaron inesperadamente en julio a un mínimo de 11 meses, en medio de una escasez crónica de oferta que siguió aumentando los precios de las propiedades, en la señal más reciente de que la recuperación del mercado inmobiliario se estaría desacelerando.
Otro dato mostró el jueves un leve aumento la semana pasada en la cantidad de personas que solicitaron por primera vez subsidio por desempleo. En otro reporte difundido el jueves, el Departamento del Trabajo informó que los pedidos iniciales de beneficios estatales por desempleo subieron en 2.000, a una cifra desestacionalizada de 234.000, en la semana que terminó el 19 de agosto. |