La Ciudad de Buenos Aires viene siendo un escenario cada vez más crítico a la hora de conseguir una vivienda. La aplicación de esta ley puede ser progresiva para un sector de inquilinos (que alquilan de manera formal), siempre y cuando los gastos que ahora deberá afrontar el propietario no sean trasladados a los inquilinos vía aumento del alquiler. Por eso en este caso hablar de una “ley de alquileres” parece un título pomposo pensado para las elecciones más que un plan integral para paliar la situación de los inquilinos. Podemos buscar su último antecedente en el plan “alquilar se puede”, también lanzado en plena campaña electoral en el 2015 y en el cual parece haberse gastado más en su publicidad que en las garantías y créditos que destinó el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta.
La crisis es mucho más profunda. Las políticas de especulación inmobiliaria han llevado a que hoy tengan que alquilar cerca de un millón de personas, uno de cada tres de sus habitantes. La cantidad de inquilinos viene creciendo: según los datos de CEPA aumentó del 22,1% en 2001 y a más del 38% en el 2016. Cada vez hay menos dueños de su vivienda y cada vez hay más viviendas en manos de grupos de especuladores inmobiliarios. En los últimos 20 años se construyeron 217.000 viviendas nuevas, sin embargo, como se ve, esto estuvo lejos de haber aportado a solucionar la crisis habitacional.
En este sentido, el último censo arrojó que el 24% de las viviendas estaban desocupadas, seguramente estos datos se hayan incrementado con la construcción sostenida de torres de lujo en la zona de Puerto Madero que están prácticamente deshabitadas como puede verse sencillamente con recorrer la zona de noche y ver la cantidad de departamentos con las luces prendidas. Esta dinámica se da a la par del crecimiento de los asentamientos y la cantidad de personas que viven en situación de calle.
Esto es lo que explica que los alquileres superen los ya elevados índices de inflación. Según un informe de la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad de Buenos Aires el primer trimestre de 2017 registró un incremento del valor del metro cuadrado en alquiler del 36,8% para los monoambientes usados, 30,3% para los departamentos de 2 ambientes usados, y 28,4% para las unidades usadas de 3 ambientes.
La costosa tarea de vivir en la CABA
Hoy en la Ciudad de Buenos Aires un alquiler cuesta aproximadamente el 40% del ingreso medio de los porteños. Los créditos del Nación “Tu Casa” son proscriptivos para la mayoría, los primeros tres años son a tasa fija pero por la inestabilidad económica después todo se convierte en una aventura. Por ejemplo, para comprar un departamento de U$S 100.000 se necesita un ahorro de U$S 20.000 y para financiar el resto de los U$S 80.000 hay que tener aproximadamente $ 63.000 y la cuota es de $ 19.000. Eso considerando un plazo de ¡20 años! Para 10 años los números suben a $76.000 de salario neto mínimo y cuotas de $23.000. Son cerca de 2,5 salarios mínimos ya que en el primer trimestre de este año, el ingreso promedio familiar fue de $ 30.923. Incluso para quienes reúnen las condiciones lo que podrían eventualmente comprar con U$S 100.000 es una vivienda de dos ambientes o con mucha suerte de tres, donde una familia vive casi hacinada. Los créditos UVA del Banco Nación parecen más accesibles pero al ajustar el capital por inflación con el correr del tiempo se debe más de lo que a uno le prestan. A la larga también son una aventura.
Por eso lo que se necesita es abrir un debate de fondo que apunte a terminar con la especulación inmobiliaria y a poner en marcha un verdadero plan de urbanización e integración de las villas. Desde el Frente de Izquierda una de las medidas que planteamos es que el Estado otorgue créditos a tasa cero para poder acceder a una vivienda digna, cuya cuota no exceda el 20% de los ingresos familiares, al mismo tiempo de gravar con impuestos progresivos a la vivienda ociosa. |