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La Izquierda Diario
14 de diciembre de 2014 Twitter Faceboock

Editorial De Editoriales Francia
La reforma laboral y la crisis de la CGT francesa
Martín Noda | París
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La reforma laboral

El ministro de economía Macron está impulsando una reforma laboral importante. El punto más discutido es el del “trabajo del domingo”, bastante limitado hasta el día de hoy. Al menos en eso se centran las críticas de Martine Aubry, representante del ala izquierda del PS, en una nota aparecida en Le Monde el miércoles pasado. Esta nota es comentada en la editorial de Le Figaro del jueves bajo el título de “la guerra de las izquierdas”. Esta guerra se da entre el primer ministro Valls, a quien le molesta la referencia al “socialismo” del PS y su ala izquierda que se “aferra a los viejos dogmas y a los tabú”. El dogma obviamente no es el marxismo, sino lo que en argentina llamaríamos el progresismo. Y los tabú, las conquistas sociales. Para este editorialista esta guerra debe resolverse, porque si “para los socialistas el resultado será un gran vacío, y no nos quejaremos de eso, para el país, en cambio, esta guerra costará caro”. Y claro Le Figaro identifica el país y su burguesía, y cada minuto que pasa sin que las reformas sean puestas en practica por “las diferencias internas”, cuesta caro. Tal vez un día le hagan un juicio al estado por lucro cesante.

Pero la reforma no involucra solamente el trabajo dominical, también flexibiliza los concursos preventivos de crisis, disminuye el poder los inspectores del trabajo (quienes controlan las irregularidades laborales en las empresas), entre otras. Pero, como de costumbre, Le Figaro, sigue pidiendo más. En su editorial del miércoles “liebres por gatos”, se insurge contra la ausencia de reformas en el empleo estatal, en un contrato de trabajo privado más flexible, en el aumento de la jornada laboral, hoy en 35 horas semanales. No, para este diario es una reformita que no alcanza y que, para peor, el ala izquierda del PS rechaza.

Habría que hacer, nos dice el mismo diario el viernes, como en Italia. “Lección de Italiano” no dice. Hay que hacer como Mateo Renzi y su “jobs act”. En Italia existe “una mayoría política que sostiene esta reforma audaciosa”, aunque se enfrenta “al obstáculo de los calles”. La audacia italiana contrasta con el conservatismo francés, donde “no se tocan las vacas sagradas de la vieja [centro] izquierda”. Hay que reformar más, porque “mientras que los jefes de empresas vean un nuevo contrato laboral como un riesgo” seguirá el desempleo.

Resumiendo, para Le Figaro, todo lo que es conquistas socia es viejo, deslucido, dogmático y, por lo tanto, hay que eliminarlas. Es la única forma de sostener a los hombres de negocios, el corazón del país. Y la gangrena no son las protestas sociales, que son un pequeño obstáculo, son las disputas en el gobierno. Más unidad para golpear más fuerte, esa es la línea editorial de Le Figaro.

Tal vez este resume sea una caricatura, tal vez no.

Más progre (o menos reaccionario), es Librération, quien el viernes también compara a Francia con Italia. “Cosi non va” (no va más). Gran conflicto en Italia, huelga general, desilusión con la izquierda en el poder, reformas laborales y hasta un primer ministro jóvenes. Las realidades se parecen bastante. La diferencia con Le Figaro, es que en vez de exigir más al gobierno francés, le pide (y a Renzi también), a la “izquierda soial-liberal” que si quiere reformar “el sistema social obsoleto” al menos “produzca empleo y crecimiento”. Reformemos sí, pero que no se note mucho.

La crisis de la CGT

Un gran escándalo involucra a Lepaon, el secretario general de la principal central sindical de Francia. 120 000 euros para refaccionar su departamento de función, 60 000 para cambiar los muebles de su oficina, una indemnización de 30 000 cuando dejó su puesto sindical regional para encabezar la CGT. Tal vez estos 200 000 euros parezcan poco comparado a los millones que se roban los burócratas sindicales argentinos, pero en Francia no es poca cosa. Enturbia una “institución” que era bastante bien vista.

Pero enturbia también el “diálogo social” como bien lo describe Le Monde, en su editorial del jueves “El ’patrón’ de la CGT frente a sus responsabilidades”. El problema es que si la central sindical se debilita, se debilita uno de los “interlocutores” privilegiados del gobierno. Se debilita su principal (y casi único) aliado.

Pero eso para el editorialista es importante salir bien de esta crisis. Porque su actual secretario general representa al ala dialoguista. Esta crisis podría abrir la caja de Pandora y la burocracia opositoria podría encabezar la CGT. Casi nadie quiere saber lo que pasaría en Francia si las centrales sindicales llamaran a una huelga general como en Italia. Mejor no probar. Y Lepaon lo sabe muy bien, pero eso dice “soy yo o el caos”

Hasta hoy Lepaon viene pateando la pelota para adelante. Las criticas internas son muy importantes. Y logró desplazar la reunión en la que puede ser destituido hasta mediados de enero. Tal vez el tiempo y las fiestas hagan olvidar todo. O tal vez un escándalo distinto desvíe la atención.

Pero si esto ocurriera, si “con arreglos de aparato y maniobras de pasillo, consiguiera su objetivo, sería un secretario general muy debilitado” y hoy “cuando el diálogo social es más que nunca necesario, y que supone que los sindicatos acepten los compromisos”, un sindicato débil no es buena cosa. Tanto si se queda como si lo echan, la cosa no es buena.

Por eso Le Monde concluye “Lepaon debería medir bien las consecuencias de la decisión que tiene que tomar y priorizar los intereses de la CGT sobre la defensa de sus privilegios personales”. Diciéndolo sin decirlo, para Le Monde la mejor solución es que Lepaon renuncie.

 
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