Vuelve la inversión a las venas del mercado, ¿fin de la anemia?.
Este 2017 las principales bolsas del conosur, como lo son la de Brasil, Argentina, Chile, Perú y Colombia vienen celebrando números azules, con una euforia al alza como no se tenían presupuestado los empresarios y los distintos gobiernos.
Latinoamérica si bien había logrado mantenerse como la excepción en el pantano de la crisis del 2008, tanto por lograr aprovechar el último tramo del supeciclo de los commodities, como también porque el subcontinente funciono como contratendencia al estancamiento general, logrando capturar inversión gracias al fenómeno del Carry Trader, posibilitado por la histórica baja de la tasa de interés de la Reserva Federal Norteamericana, que la hizo bordear casi 7 años en torno al 0%, lo cierto es que el último bienio, la región mostro su fragilidad y dependencia a las tendencias de la economía internacional.
El fin del superciclo de las materias primas, la baja del precio del crudo, y la relativa desaceleración de la industria en las potencias, marcaron los límites del patrón de acumulación para los gobiernos rentistas del conosur. Un crecimiento anémico ha sido la tónica para el conjunto de la economía latinoamericana. Tan solo hasta hace unos meses, el FMI pronosticaba un crecimiento de apenas un 1%, llamando la atención a los gobiernos, donde la diferencia pudiera ocurrir principalmente con lo que se juega en Argentina y en Brasil.
Los empresarios festejan con la vuelta de la Derecha en Latinoamérica
No es solo la relativa redinamización de la industria del Asia lo que ha encendido la economía. El frenesí de las bolsas esta gatillado principalmente por el cambio del ciclo político en la región.
El fin del superciclo de los commodities puso en jaque la base sobre la que actuaban los gobiernos “Pos Neoliberales” en Latinoamérica, terminando con las “agendas progresistas” y las políticas redistributivas, abriendo paso a una crisis política sin precedentes, que ha sido capitalizada por las derechas apoyadas por el imperialismo en la región, que a pesar de las definiciones erráticas en la política internacional en la administración Trump (golpe de tablero a los TLC´s, TLCAN, TPP, etc), el objetivo declarado de Washington es recrudecer la subordinación imperialista en la región.
En Brasil, a pesar de los juicios políticos a Temer, la bolsa Bovespa acumula un crecimiento de 18%, alimentado por las perspectivas de que el gobierno brasilero logre imponer el conjunto de paquetes de reformas anti populares, así como avanzar en la agenda de privatizaciones. El anuncio reciente de la privatización de Eletrobras, la mayor empresa eléctrica de América Latina, que disparo sus acciones a un 50% luego del mensaje presidencial. El anuncio va de la mano de avanzar con su agenda derechista con la decisión de privatizar carreteras, aeropuertos y otros bienes públicos.
La llegada de Macri al poder en argentina ha permitido que el MERVAL vuelva al mercado con sus máximos históricos, y así reponer al dólar su lugar de mando en la Casa Rosada. Las recientes PASO, le sirvieron como una especie de plecibicito, sobre el que el presidente CEO quiere servirse para avanzar con la reforma laboral contra los sindicatos y el movimiento obrero.
En Colombia y Perú las bolsas celebran aumentos estadísticos de un 9 y 11% respectivamente. La entrada de PPK al gobierno transandino a traído la efervescencia de los empresarios que pujan al gobierno para imponer el paquete neoliberal que ha encontrado su pulseada con la resistencia de los mineros, los textiles y los maestros.
Lo mismo para Chile, no solo es el nuevo alza del cobre que pega con 3 dólares, es la “cruzada del crecimiento” de la derecha, y las cámaras empresariales lo que agita nuevamente el IPSA. Decenas de charlas y noticias en la prensa vinculan “la inversión, la vuelta del crecimiento, con la vuelta de Sebastián Piñera”.
Pero… una golondrina no hace el verano.
De fondo en latinoamérica, la operación Lava Jato busca un Brasil hecho a la medida del imperialismo, frenando el “juego propio” de los capitales nativos de las Translatinas, el gobierno norteamericano busca subordinar a la mayor economía del continente y tiene para eso sus operadores locales. Es el telón de fondo de la cruzada de los intereses del imperialismo en la región, que buscan liberalizar las economías y profundizar el sometimiento regional, golpear al movimiento obrero, mercantilizar los derechos sociales y reducir el gasto fiscal.
Lo cierto es que la economía está en deterioro, y un nuevo ciclo de crecimiento está en entredicho por la crisis contenida de la situación internacional. A pesar de que a la vista se observan nuevos nichos de inversión, como el mercado del litio, las tecnologías y la electromovilidad, funcionando como contratendencia al panorama nebuloso de la economía, por el momento la estrategia de crecimiento que está apostando la burguesía y las derechas latinoamericanas, al compas del imperialismo, buscan una nueva vuelta del neoliberalismo, sobre la base de destruir los salarios, los derechos sociales, haciendo de la región, un nuevo paraíso de la inversión.
A pesar de lo anterior, no está todo dicho, y es los intereses capitalistas se están viendo enfrentados por un movimiento obrero que sale resistir los ataques, no solo en Latinoamérica, sino también, en el conjunto del globo. |