Este jueves 31 de agosto las instalaciones del Colegio de Ciencias y Humanidades Vallejo no tuvieron actividades de manera usual. Los maestros y las maestras de esta dependencia de la UNAM llegaron a su centro de trabajo desde muy temprana hora e impartieron cátedra colectiva sobre cómo luchar por los derechos laborales y por mejorar las condiciones de estudio para toda la comunidad universitaria en beneficio de la juventud.
En días previos, los profesores decidieron en asamblea impulsar un “paro activo” en este centro de educación media superior ubicado al norte de la Ciudad de México, con el objeto de visibilizar las difíciles condiciones laborales con las cuáles trabajan y dan su mejor esfuerzo todos los días los maestros de la Máxima Casa de Estudios.
Estabilidad para los docentes de la UNAM
Al igual que gran parte de los trabajadores del sector educativo público de todos los niveles educativos, en la UNAM los profesores experimentan difíciles condiciones de trabajo por el ataque que hace el gobierno sobre la educación. Una de las muy importantes denuncias que hacen los profesores del CCH Vallejo es que la gran mayoría de profesores cuentan con contratos “de asignatura”, lo que no garantiza la estabilidad en el trabajo.
Según datos de los profesores en lucha, la proporción de maestros con contratos de asignatura en los Colegios de Ciencias y Humanidades de la UNAM se ha incrementado desde los años noventa y que para el año 2010 era ya del 75.7% de la planta docente. Este aumento se dio a la par de una disminución de los profesores con contratos de carrera.
Salarios que permitan la profesionalización docente
Otro gran problema de la docencia en la UNAM es la baja remuneración salarial. Los profesores hacen su mejor esfuerzo frente a grupo pese al salario que perciben y que les obliga a utilizar gran parte de su tiempo en segundo o hasta tercer empleo.
En la UNAM el tabulador de pago a profesores de asignatura era de $324.06 pesos por hora/semana/mes en el 2016. Esto significa que un profesor con una carga horaria de 28 horas y que imparte clases desde muy temprano, tiene un salario mensual apenas superior a los 9 mil pesos. Este es un salario a todas luces insuficiente para mantener los gastos de vivienda, alimentación, salud y cultura de una familia.
La liberalización del precio de las gasolinas y la rampante inflación de cerca de 7% ha hecho que el aumento de 3.08% que tuvo el gremio académico universitario en el 2017 sea a todas luces insuficiente. Por si fuera poco, el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía ha investigado cómo de 1977 al 2014 el poder de compra de los profesores de asignatura ha perdido hasta 71.48% de su valor.
Profesionalización de la labor universitaria
Para que un docente pueda dedicarse a las labores de reflexión y atender adecuadamente las necesidades educativas de sus cientos de alumnos se necesita estabilidad en el empleo y un salario que permita tener momentos de descanso durante el día y tiempo libre para preparar clases y mejorar las habilidades y conocimientos. El actual modelo de contratación y remuneración simplemente no lo permite.
Los docentes del CCH Vallejo también exigen que no se programen grupos con más de 50 alumnos. Aun con estas condiciones adversas, los docentes hacen su mejor esfuerzo frente a grupo y saben bien que esta lucha es estrictamente por mejorar las condiciones de estudio de toda la comunidad de la UNAM.
Solidaridad para con el profesorado del CCH Vallejo
En el país donde hacen faltan 43 futuros maestros, los estudiantes de Ayotzinapa que desapareció el Estado, luchar es atacado. Desde este Diario queremos hacer un llamado a los estudiantes del CCH para que conozcan más de cómo viven y en qué condiciones laborales trabajan sus profesores, quienes participan junto con ustedes del proceso educativo. Para que la actual comunidad universitaria y las siguientes generaciones de estudiantes puedan tener una mejor escuela es necesario apoyar a los profes para que triunfe esta lucha.
Desde La Izquierda Diario también nos solidarizamos y hacemos un llamado a todas las autoridades universitarias para entablar un diálogo que esté fundado en la garantía de que no existan sanciones de ningún tipo contra los profesores cuyo único interés es velar por mejores condiciones para la universidad. El Sindicato de la Universidad también debería poner todas sus fuerzas en velar porque esto sea así.
En última instancia, la posibilidad material y financiera de que los docentes universitarios podamos dedicar lo mejor de nosotros a la formación profesional de la juventud mexicana radica en combatir el ataque a los derechos sociales más elementales que hace el gobierno de México.
Mientras que cumple puntualmente con el saqueo de la deuda externa y entrega nuestros recursos naturales, industriales y económicos a las grandes empresas y trasnacionales, recorta presupuesto a salud, educación y ataca a los maestros desde preescolar hasta universidad. |