Luego de que la construcción del Centro Cívico en Barracas fuera paralizada judicialmente a raíz de la represión en el Hospital Borda en 2013, el plan de “revalorizar el sur de la ciudad” siguió en marcha. La mudanza de la sede del gobierno porteño a Parque Patricios comenzará a concretarse en febrero de 2015.
La locación principal estará ubicada en Los Patos al 3100, en el edificio sustentable diseñado por el famoso arquitecto británico Norman Foster. Éste fue originalmente pensado para el Banco Ciudad y su construcción demandó $250 millones. Otras dependencias se ubicarán en el edificio de oficinas donde funcionaba la fábrica Canale, en Parque Lezama. El presupuesto para reubicar los puestos de trabajo de 7.000 trabajadores estatales costará unos $600 millones a la ciudad.
Los efectos de estos proyectos de refuncionalización de la zona sur, que se suman a la construcción de la línea H de subte, la implementación del metrobus corredor sur y otras intervenciones urbanas aprobadas en la Legislatura, generan que las viviendas en estos barrios se vuelvan cada vez más inaccesibles para el pueblo trabajador y sectores de la clase media. Desde el 2011 en Capital Federal se triplicó el precio promedio del metro cuadrado, mientras los salarios sólo se elevaron un 135% sumando todos los años. En 2011 la diferencia del precio del m2 entre Recoleta y Parque Patricios era de un 60%, mientras que en 2014 esa brecha se achicó a un 50%, no por abaratarse Recoleta sino porque el sur se convirtió en más atractivo para los inversores gracias a la obra pública.
La combinación de intervenciones estatales, grandes constructoras y salarios planchados, provoca que en toda la ciudad haya más de 340 mil viviendas vacías, muchas de ellas en manos de grandes inversores inmobiliarios. Es el doble de la cantidad de familias que viven en villas, hoteles, conventillos o en situación de calle. Este fenómeno de gentrificación, es decir de expulsión de habitantes más pobres hacia la periferia para dar un uso más rentable a una zona, se repite a distintos niveles en las ciudades del interior del país, tanto bajo las gestiones que responden a Massa o al kirchnerismo como a las que lo hacen a la UCR o los “socialistas” del UNEN, llegando a un total en toda Argentina de 3 millones de viviendas desocupadas adquiridas con fines especulativos; casi la misma la cantidad de inquilinos que no pueden acceder a un crédito hipotecario, y tres veces más que las familias que viven en villas, y que en otras condiciones podrían acceder a esas viviendas. |