Lo menos que esperaríamos en una situación de calentamiento global, es que aumenten las lluvias, sin embargo, en las últimas semanas a nivel mundial, son muchas las ciudades que se encuentran con problemas de inundaciones.
En México, el gobierno culpa a las “lluvias atípicas” de las inundaciones de la semana pasada.
Harvey, el huracán de categoría 4 que pasó por Texas, costo 38 vidas y las autoridades temen que la cifra siga aumentando conforme las inundaciones comiencen a disiparse. Las anegaciones también provocaron dos explosiones en una planta química al noreste de Houston, que causaron la hospitalización de varios trabajadores que fueron a monitorear el sitio.
Ahora el principal problema, según las autoridades, es apoyar a todas las personas que siguen en albergues y a quienes quizá no evacuaron. Es el caso de algunos migrantes indocumentados que, temerosos de ser identificados como personas sin papeles, prefirieron quedarse en sus casas para evitar a las autoridades, esto agravado por la situación creciente de racismo, que llevo a las autoridades de Texas a recrudecer las políticas de deportación.
Mientras, Donald Trump aprovechó esta situación para intentar desviar la atención a sus problemas, como las consecuencias de Charlottesville, sus peligrosas políticas frente a Kim Jung, etc., etc. Antes de la llegada del ciclón, desde la Casa Blanca, multiplicó las declaraciones y las promesas de apoyo. El martes 29 de agosto, acudió a los lugares de la catástrofe con su esposa y al menos seis miembros de su administración para hacerse notar pues ni siquiera hizo una visita a los refugios de las víctimas.
La patrulla fronteriza no suspendió operaciones en puestos de control en Texas, incluso después de que la tormenta causó destrucción en partes del estado, lo cual atrajo fuertes críticas por parte de activistas de derechos humanos, quienes dijeron que la decisión ponía en riesgo a las familias de inmigrantes sin papeles y de estatus mixtos. Sin embargo, Estados Unidos no es el único afectado por fuertes inundaciones.
En la zona metropolitana de Ciudad de México también presenta fuertes lluvias, provocadas por Katia, por una tormenta tropical en el Pacífico, Lidia, y por otra en el Atlántico, Irma; las inundaciones colapsaron el aeropuerto internacional durante varias horas al requerir que se suspendieran los vuelos. A pesar de esto las inundaciones que ha sufrido recientemente la Ciudad de México son más un problema de planificación urbana que un fenómeno meteorológico.
Partes del sur de Asia fueron golpeadas por lluvias históricas durante el pico de la temporada de monzón el mes pasado. Más de 1.200 personas han muerto en la India y Bangladesh y unos 41 millones de personas han sido afectadas por inundaciones desde junio, mientras que en Nepal al menos 143 personas habían muerto desde el 11 de agosto. Cerca de 80.000 casas han sido afectadas. En Pakistán ya suman varias muertes debido al monzón en Karachi y en Japón las fuertes lluvias han dejado al menos 6 muertos en lo que va de la temporada.
En África un deslave provocado por severas lluvias e inundaciones en el área de Freetown, Sierra Leona, acabó con la vida de unas 500 personas y dejó cientos de desaparecidos. Mientras que en Nigeria más de 100.000 personas habían sido desplazadas en el estado de Benue.
Las inundaciones alrededor del mundo también han generado cuestionamientos sobre si el cambio climático tiene que ver en la reciente ola de desastres
Según el meteorólogo Mauro Morales explico que “La lluvia que cae es normal, pero los fenómenos meteorológicos se ven acentuados con el cambio climático. Son lluvias de temporada, pero muy intensas a nivel mundial”
Los próximos años serán más lluviosos porque habrá menos nubes altas en los trópicos como consecuencia del calentamiento global; son las conclusiones de un estudio de la NASA publicado en junio pasado por el investigador Hui Sui del laboratorio Jet Propulsion de la agencia espacial, con sede en Pasadena, California.
Ni los huracanes ni las tormentas tropicales son producto del cambio, pues estos fenómenos son consecuencia de la circulación atmosférica de la Tierra, pero los científicos llevan años alertando de que sus efectos serán cada vez más devastadores. El calentamiento de la atmósfera aumenta los índices de evaporación e incrementa el volumen de agua que acarrean las tormentas. El huracán Harvey tomó su energía de un golfo de México más caliente de lo habitual, un calentamiento que aumentará con el paso de las décadas.
El meteorólogo Eric Holthaus Indica que en “este mismo golfo de México, que baña las costas de Tejas y Luisiana, donde acaba de tocar tierra ahora el huracán ’Harvey’, el nivel del mar ha crecido además 15 centímetros en las últimas décadas (no solo por la alteración del clima, también por la remisión del litoral debido a la actividad humana), lo que habría agravado las inundaciones.”
Michael Wehner, del departamento de Energía del Laurence Berkeley National Laboratory, estima que la subida de la temperatura debida al cambio climático antrópico provoca al menos entre el 10 % y el 15 % de aumento de las precipitaciones ligadas a los ciclones. Pero el aumento podría ser mucho más importante si el calentamiento antrópico se combinara con otros factores, atribuibles a la variabilidad natural del clima. En este caso, dice, las precipitaciones podrían aumentar un 50 %, incluso más.
A pesar de que algunos expertos en materia de climatología indican que es muy pronto para determinar la presencia de cambio climático en esta temporada de lluvias, es evidente que las lluvias de este año están impactando con mucha más intensidad que en décadas pasadas. No solo es Trump, que en junio firmó una orden para sacar a EEUU del acuerdo climático de París. Muchos esperan que sirva de llamada de atención para la legión de negacionistas climáticos en el mundo. |