Una encuesta de la firma D’Alessio IROL le puso números al optimismo que el empresariado viene mostrando en todas las oportunidades que tiene desde que se conoció el resultado de las PASO realizadas el 13 de agosto último, en las que el gobierno logró una ligera derrota en la Provincia de Buenos Aires por algunas décimas, achicando la diferencia en favor de Cristina Fernández que varios pronósticos anunciaba. Según el relevamiento, la percepción positiva del entorno país para la planificación de inversiones mejoró en agosto tras el resultado de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO).
El 62 por ciento de los inversores consultados por D’Alessio IROL evaluó que la situación del país para la inversión hoy mejoró respecto al año pasado y la calificaron entre "buena y muy buena", mientras que en la medición de julio ese guarismo era de 45 por ciento.
Asimismo, la medición arrojó que 71 por ciento de los encuestados estimó que la situación del país para la inversión en 2018 será más favorable, lo que también implica una mejora en relación al 56 por ciento del sondeo de julio.
La encuesta de D’Alessio IROL realizada para la Cámara de Agentes de Bolsa reflejó además que el 84 por ciento de los bancarizados de clase media tiene en este momento algún tipo de inversión y que las formas de invertir más habituales siguen siendo dólares y plazo fijo.
Las opiniones reflejadas por los dueños del dinero exhiben el optimismo respecto de las posibilidades del gobierno de Mauricio Macri de tomar después de octubre una nueva ronda de medidas favorables a los empresarios, como son la reforma laboral y tributaria, así como el recorte del gasto público. De todos modos, y como vienen anticipando varios consultores, esto no asegura que vayan a llegar cuantiosos desembolsos de la postergada lluvia de inversiones. Para eso, los "desequilibrios" en la macreconomía que mantiene Cambiemos según estos análisis, muy basada en la deuda y con un nivel de gasto público demasiado elevado para el paladar de los recortes impositivos que esperan los empresarios (para los impuestos que paga el capital, no para el resto) podrá seguir siendo motivo para postergar grandes gastos de capital. |