"Lo odié a José López como a pocas cosas en mi vida", dijo la ex presidenta y candidata a senadora por Unidad Ciudadana en referencia al ex funcionario de su gobierno, que fue detenido el año pasado cuando intentaba enterrar en terrenos de un Convento de General Rodríguez casi 9 millones de dólares en varios bolsos.
"Es imposible saber qué hace cada funcionario de un gobierno", expresó Cristina Kirchner para intentar así escudarse de su responsabilidad. Al mismo tiempo que describió como se sintió cuando se enteró de la noticia. "Fue una cosa muy fuerte. Yo estaba en Calafate. Cuando vinieron a decirme no alcanzaba a comprender la escena. Me parecia brutal. No entendía lo que había pasado. Tuve una gran indignación y un gran enojo. Me vino una gran tristeza y angustia", afirmó. A través de estas palabras intentó transmitir su angustia, desazón y sorpresa al enterarse de que un funcionario y militante de su fuerza política pudiera comportarse de esa manera. Sin embargo, ni López era cualquier funcionario, ni es el único que está acusado de corrupción y de hacer millonarios negocios a costa del Estado.
López fue el secretario de Obras Públicas durante los 12 años de las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner y la mano derecha de Julio De Vido, ex ministro de Planificación. Además de enfrentar procesos judiciales y denuncias por corrupción hay que decir que De Vido comandaba el ministerio desde el cuál se favoreció enormemente al Grupo Macri entre los años 2006 y 2015. La relación entre el clan Macri y De Vido, y sus funcionarios allegados, era tan estrecha que en el 2015, un comunicado de su ministerio reveló un listado de las empresas que más licitaciones habían recibido en obras públicas. En tercer lugar se ubicó Iecsa, en manos del primo de Macri, Angelo Calcaterra, y que antiguamente era de su padre, Franco Macri.
A De Vido por el momento no le cayó el repudio de la ex presidenta. "Yo no condeno a nadie”, dijo en referencia a él. |