Por estos días, a pesar de que la campaña electoral hacia las legislativas de octubre aún no ha comenzado oficialmente, el macrismo y el kirchnerismo ultiman detalles de lo que será la recta final de la larga batalla política de medio término.
El interregno entre las PASO y octubre está signado, sin dudas, por la crisis política desatada por la desaparición forzada de Santiago Maldonado a manos de la Gendarmería. Los festejos de Cambiemos por el resultado electoral de agosto (que apenas los mostraron como una primera minoría con algo más de un tercio de los votos) dieron paso rápidamente a una imagen bastante menos republicana.
La manipulación de los resultados electorales en la noche del 13 de agosto quedó como un juego de niños en comparación con lo que siguió: un uso intensivo de los servicios de inteligencia, funcionarios judiciales y medios de comunicación afines para encubrir, sembrar pistas falsas, demonizar a los mapuches, reprimir la marcha del 1º de septiembre y desviar la investigación sobre la desaparición de Maldonado.
En los últimos días, tras haber fracasado en imponer muchas de sus mentiras como verdades, el macrismo intenta instalar la “teoría de los gendarmes sueltos” contra la realidad de la desaparición forzada en el contexto de una represión estatal.
Independientemente de cómo se desarrolle la crisis en las próximas semanas, el costo que paga el oficialismo ya es alto: el descrédito de algunos de sus más importantes funcionarios, en primer lugar Patricia Bullrich, y el desprestigio de una fuerza estatal como la Gendarmería, que en las últimas décadas es la preferida de los distintos gobiernos para reprimir la protesta social e incluso cumplir funciones de policía.
La imagen de los uniformados de verde reprimiendo a quienes protesten contra las consecuencias de los planes de ajuste tendrá de ahora en más una connotación profundamente distinta. Surge así una complicación adicional para la orientación económica del Gobierno después de octubre, que tiene en carpeta ejes importantes como las reformas laboral, previsional y tributaria.
En el corto plazo, sin embargo, hay otros análisis que entran en juego. Este jueves el diario Clarín dio cuenta de una reunión del oficialismo para preparar el próximo tramo de la campaña electoral. Sin dar el nombre de quien hace la declaración, el periodista Marcelo Hugo Helfgot informa que uno de los participantes del encuentro analizó la crisis actual como una muy buena noticia electoral para Cambiemos: “El caso Maldonado no va a impactar negativamente, al contrario. Analizamos que contribuyó a acentuar la polarización con el kirchnerismo, por lo que perderán votos las terceras opciones y el peronismo blando”.
Más allá de este cínico y frío cálculo electoral, este viernes, nuevamente en Parque Norte, los candidatos de Cambiemos se reunirán junto a su gurú Durán Barba para afinar los discursos y la estrategia de campaña. Seguramente la obra pública y un discurso optimista respecto de la evolución de la economía cobrarán peso en el libreto oficial.
Mientras tanto, las noticias sobre la causa Nisman también le sirven oportunamente a Cambiemos para recordarle a su base electoral las acusaciones que pesan sobre el kirchnerismo. A su vez, los próximos juicios por corrupción a Julio de Vido y Amado Boudou buscarán montar nuevas tribunas de agitación para atraer los votos antikirchneristas hacia las boletas oficialistas.
Cristina Kirchner relanzó su campaña electoral
El juego de la polarización también lo lleva Cristina Kirchner. Ante un escenario complejo para ella, busca atraer hacia su boleta a todos los votantes “anti ajuste”, como lo demostró con su “Carta abierta a todos los ciudadanos y las ciudadanas que votaron listas opositoras en la Provincia de Buenos Aires”.
Te puede interesar: Lo que oculta la carta abierta de Cristina Kirchner: el peronismo ya es mayoría en el Congreso
Después de haber apostado en su campaña hacia las PASO al “piloto automático”, con un perfil bajo, esperando que el malestar económico hiciera su trabajo, y dando notas solo a sus periodistas amigos en C5N, este jueves la ex mandataria intentó un giro algo más osado presentándose a una entrevista en Infobae con Luis Novaresio. Después del insatisfactorio resultado en las primarias, juega algunas cartas más fuertes y usa un tono más confrontativo, menos “ciudadano”.
En lo que fue su principal definición, y refiriéndose al 2019, Cristina Kirchner señaló en la entrevista que va “a hacer todo lo necesario para que el peronismo y un frente amplio gane las elecciones”, objetivo en función del cual se podría autoexcluir de una eventual candidatura presencial para ese año.
Te puede interesar: Cristina Kirchner se mostró a favor de la unidad del peronismo que sostiene el ajuste
Las apelaciones a la unidad del peronismo tienen también un objetivo más inmediato, que es atraer para octubre votos de Randazzo, de Massa y de todos quienes se identifiquen bajo ese nombre. En este marco, y al igual que en su carta abierta, la ex mandataria oculta el rol del peronismo bajo el Gobierno de Macri. Señalemos, una vez más, que sin el PJ-Frente para la Victoria que es mayoría en el Senado, así como sin el Bloque Justicialista y el massismo en diputados, Cambiemos, que es minoría, no hubiera logrado aprobar ninguna de sus leyes de ajuste y entrega.
Para octubre Cristina Kirchner convoca a votar a los futuros Pichetto y a los futuros Bossio (que llegaron al Congreso Nacional en listas armadas por ella), como pueden ser Jorge Taiana hasta hace muy poco del Movimiento Evita, el ex menemista Daniel Scioli o el barón del conurbano Fernando Espinoza, entre tantos otros que son candidatos junto a ella.
Sintomático es también el giro de amplios sectores de la burocracia sindical de la CGT que en los últimos días han manifestado su apoyo a la candidatura de la ex presidenta, como el triunviro Héctor Daer, el metalúrgico Antonio Caló o el mecánico Ricardo Pignanelli.
No resulta muy convincente la invitación a salir a enfrentar el ajuste con todos ellos, así como tampoco con mandatarias como Alicia Kirchner, que sigue llevando adelante el ajuste.
Nosotros, la izquierda
Frente a la situación política, el PTS en el Frente de Izquierda es parte junto a amplios sectores de la lucha por masivas movilizaciones para que aparezca con vida Santiago Maldonado y para luchar contra las mentiras del Gobierno y sus aliados. También este lunes, a 11 años de la desaparición de Julio López, habrá una nueva movilización hacia Plaza de Mayo junto al Encuentro Memoria, Verdad y Justicia bajo esas mismas banderas, y exigiendo el fin de la impunidad en el caso del testigo contra Miguel Etchecolatz.
Al mismo tiempo, la izquierda apoya todas y cada una de las luchas contra el ajuste, como en PepsiCo o en Cresta Roja, por la educación pública junto a los secundarios de Capital o los jóvenes científicos del CONICET, pelea por un movimiento estudiantil de izquierda junto a los trabajadores como esta semana en las elecciones de la UBA, y se planta en todo el país en todas y cada una de las luchas de los trabajadores, las mujeres y la juventud.
De cara a octubre, y a la preparación para los nuevos ataques que vienen, llama a reforzar estas luchas con más diputados del Frente de Izquierda, con batallas importantes en Provincia de Buenos Aires, CABA, Mendoza y Jujuy, y en todo el país por una alternativa política de los trabajadores. La única verdad es que en lo que va del Gobierno de Macri la única coalición que es coherente en el Congreso todos los días con lo que hace en las calles y en cada lucha, que no le votó a Cambiemos ni una sola ley de ajuste o entrega, es el Frente de Izquierda. |