Cada año, estas fechas de fiestas patrias se presentan como un respiro de la rutina y el ajetreo laboral para millones de chilenos, que acompañados de sus amigos y seres queridos arman su fonda, su asado, y se preparan para pasar un rato agradable. Sin embargo, ¿qué es lo que se celebra, de fondo, en estas fechas?
Popularmente, el 18 es conocido como el día de la independencia (aunque en realidad un día como este se realizó la primera junta de gobierno, una especie de primer paso). Nos venden el cuento de que celebramos la libertad del yugo europeo y de que nos libramos de poner nuestras vidas en función de la corona española.
En este sentido, cabe preguntarse ¿Qué tan libre nos sentimos en la actualidad?
¿Qué tan libres se sienten esas personas que aun sacándose la cresta toda la semana en el trabajo, no les alcanza el tiempo para disfrutar la vida? Algo así como en vez de trabajar para vivir, vivir para trabajar, pero nunca recibir los frutos del esfuerzo. Porque el sueldo mínimo sigue siendo mínimo y los que deberían ser derechos básicos como la educación o la salud son un dolor de cabeza para la mayoría de los chilenos, que deben endeudarse o empeñar hasta el reloj de la abuela cuando no se logran costear.
¿Qué tan libres e independientes se sienten los mapuche que son perseguidos por el Estado (del cual no se sienten parte) y los distintos gobiernos de turno, que allanan comunidades, jardines y colegios, con lacrimógenas y balines en el sur? No debemos olvidar que a estas mismas horas hay comuneros presos y en un estado crítico de salud, por estar en huelga de hambre por más de 100 días para exigir que frene la represión a su pueblo.
¿Qué tan libres se sienten las mujeres que se les coarta su derecho a decidir, y que viven amenazadas de cárcel o son arrojadas a la muerte tras abortos clandestinos y pocos seguros? Porque pese a que en la última semana se obtuvo un avance en la materia con la ley de aborto en tres causales, lo cierto es que con ello sólo se cubre el 3% de los abortos que se realizan en el país.
¿Qué tan libres se sienten aquellos que quieren organizarse en sus lugares de trabajo y estudio, pero son frenados por la bota patronal del subcontrato y la división entre gremios? Una cuestión preparada muy finamente desde tiempos de dictadura para que los trabajadores no se unan y cuándo exijan sus derechos lo hagan todos por separado para que no lo logren.
¿Qué tan libre se sienten quienes quieren aprovechar los feriados para viajar o ir a ver a sus familiares, pero se encuentra con que los pasajes de buses subieron al doble o al triple, y no hay nada que hacer?
Los políticos empresariales nos dicen que celebramos nuestra independencia, pero la verdad es que celebramos SU independencia, pues los trabajadores no se liberaron en un 18 de septiembre. Sólo el jefe cambió. Antes desde américa se sudaba sangre para enviar el oro a los españoles, ahora se suda lo mismo para entregar el cobre y los recursos naturales a los empresarios y transnacionales. Entonces la emancipación no es tal como te la pintan, es más, aún es una tarea pendiente para nosotros.
Esos mismos políticos empresariales quieren que creas que en el Chile de hoy tienes los mismos derechos que ellos, pero ese argumento no es más que el cuento que te pintan bajo los colores del blanco, azul y rojo, el humo de la parrilla, y una fugaz y pasajera alegría de embriaguez.
Así es como da cuenta una nota publicada por Emol, donde para Felipe Kast “la fiesta dieciochera nos une a todos” y “somos capaces de bailar cueca con cualquier chileno, sin importar las distintas opiniones del punto de vista político” Pero en realidad, no sé si a los campesinos que su familia persiguió, asesinó y desapareció en Paine, les gustaría pegarse un pie de cueca con él.
Asímismo, para Goic este “es un mes en que todos nos unimos en torno a una historia en común” ¿De qué historia en común hablará? Si la DC apoyó el golpe militar que asesisinó y torturó y se ha dedicado a administrar el legado de la dictadura contra los trabajadores y el pueblo. Debemos recordar que entre este partido están los máximos empresarios de la educación.
Por otro lado, la candidata del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, también no se queda atrás en contribuir a esta falsa imagen de igualdad, y declara que el 18 de septiembre es la mejor fiesta para ella, pues “todas las familias chilenas, pese a las diferencias que tenemos, hacemos lo mismo: comemos lo mismo, escuchamos la misma música y nos divertimos de la misma manera”. Y es que no puedo dejar de cuestionarme por qué también se empeña en hacernos creer que todos los chilenos somos igual de beneficiados.
Mientras que para Piñera “septiembre es un mes de unidad, en que los chilenos celebrábamos juntos el mes de la Patria, las glorias de nuestras Fuerzas Armadas y la primavera”. Es decir, quiere que celebremos aquellas fuerzas armadas que no sólo han protagonizado golpes de estado a cara pintada y a punta de escopeta, sino que hoy también te estafan llevándose la plata de tus impuestos a colusiones y arreglos de leyes para su confort, y por supuesto también en beneficio de la familia empresarial.
De esta manera, continúo con el parafraseo a Recabarren, gran personaje de nuestra historia, pero de nuestra real historia, la de los trabajadores:
“¿Qué celebran los pobres?, ¿la emancipación de los ricos chilenos sobre los ricos españoles?
Abre tus ojos, pueblo, y verás la verdad.
La libertad no la tienes y debes prepararte para conquistarla.” |