El acto evangélico, fue una evidente encerrona, con varios de sus pastores como militantes y candidatos en las listas parlamentarias de la derecha.
No solo hicieron oir sus planteos ante el aborto y el matrimonio igualitario, sino que aplaudieron al candidato Piñera y gritaron contra la presidenta Bachelet, a la que Piñera interpela permanentemente como parte de su campaña.
El Te Deum católico, también interviene, como es habitual, en la política. Pero de otro modo. En un lenguaje más general y más “universal”. La Iglesia Católica se ubica más bien como partido transversal de los intereses permanentes de la burguesía, no como parte de una fracción de ella.
Por eso, seguramente sea menos tenso para el Gobierno, la Nueva Mayoría y la derecha, aun cuando pueda cuestionar los mismos puntos que cuestionaron los evangélicos.
De todos modos Piñera anunció que no iría. Como candidato que encabeza las encuestas, no necesita ponerse en situaciones que puedan tensionar nada de su campaña.
Solo revela que tiene más margen de maniobra para decidir los pasos de su campaña en unas elecciones que parece lo más probable que vaya a ganar. | 
