Después del sismo del pasado 19 de septiembre la jefa delegacional de Iztapalapa, Dione Anguiano, informó que para “combatir” el problema de falta de agua en más de 200 colonias en la demarcación se implementaría un programa emergente para mitigar la contingencia. Pero la medida es insignificante frente a la necesidad de más de 1 millón 800 mil habitantes.

Han sido ya cinco días sin que la población pueda tener acceso al líquido, que ya de por sí es un problema común para los habitantes de esta delegación. El "plan emergente" de Anguiano consistiría en instalar –sólo en algunas colonias con mayor demanda de agua– alrededor de 60 tanques de 5 mil y 10 mil litros de agua en vías públicas. Sin embargo, esto no fue así.

Los vecinos de algunas colonias han denunciado que ya antes se habían reportado algunos socavones y fugas de agua (que se ocasionaron por la temporada de lluvias), pero que esta situación ha sido más grave después del sismo sin tener respuesta por parte de las autoridades de la Ciudad de México y de la jefa delegacional.

Por esa razón, durante los últimos dos días se han registrado diferentes protestas –como en las colonias La Era y Los Ángeles Apanoaya+– para exigir que se acelere el proceso para que el agua pueda llagar a los habitantes de Iztapalapa.

Pero no solo debe de regularizarse su distribución del líquido, sino que debe mejorar su calidad para el grueso de la población. Mientras las autoridades de la delegación y de la Ciudad de México, encabezado por el represor Miguel Ángel Mancera dicen que esto se normalizará para el próximo lunes, lo que sí han normalizado es la reanudación de actividades en algunas empresas favorecidas con la entrega del líquido vital.