El proyecto de Presupuesto 2018 enviado por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, a la Cámara de Diputados, prevé un recorte de $1.226 millones a lo solicitado por el Consejo Superior de la UNCo. Del pedido de $3.294 millones, el presupuesto otorgaría sólo $2.068, es decir, un 37% menos.
El recorte se da en el marco de un presupuesto en el que los servicios de deuda pública van a pasar en un año de representar el 10% del gasto total a significar el 14% del Gasto, mientras que Educación alcanza un 7%. Es decir, el pago de la deuda va a duplicar lo destinado a educación.
Una historia que se repite
El recorte, sin embargo, no sería el primero. Todos los años el gobierno nacional destina menos presupuesto que el que solicita la UNCo.
En el 2015, el Consejo Superior de la UNCo solicitó un presupuesto de alrededor de $1.500 millones para el 2016. En ese entonces, desde Nación (bajo el gobierno de CFK) aprobaron sólo $1.200. Diferencia: $300 millones.
En el 2016, el Superior solicitó $2.500 millones para el 2017. Ya bajo el gobierno de Macri (aunque con los votos positivos de diputados de los bloques del Frente Renovador y el Frente para la Victoria), la Cámara de Diputados aprobó un presupuesto que destinaría recibiría 1660 millones de pesos, y se habían. Diferencia: $840 millones.
Este año a solicitud presentada por la casa de estudios había sido de $3.294 millones. El proyecto de ley presentado la semana pasada por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, le asignó a la casa de estudios de la región $2.068 millones de pesos. Diferencia: $1.226 millones.
La Universidad del Comahue en crisis
La Universidad del Comahue fue declarada en los últimos años en “emergencia edilicia” y “emergencia presupuestaria”. Crisafulli el año pasado declaró un déficit de $50 millones. Sin embargo, sus reclamos quedan sólo en palabras y oportunismo electoral. Este año, el rector kirchnerista de la UNCo posa con el MPN para denunciar la crisis presupuestaria. Pero puertas adentro es el aplicador del ajuste, recortando becas, aumentando los precios del comedor con cupos limitados, tercerizando y despidiendo a las trabajadoras de limpieza. Todo esto, mientras en la universidad la deserción supera el 82%.
Para defender realmente la universidad pública, no hay que confiar en las palabras del rectorado y de los partidos que después votan el presupuesto de ajuste, sino poner en pie al movimiento estudiantil. Hay que seguir el ejemplo de los estudiantes secundarios de la Ciudad de Buenos Aires y salir a las calles para enfrentar el ajuste. Los Centros de Estudiantes, la Federación Universitaria del Comahue, y los sindicatos docentes y no-docentes, deben ponerse a la cabeza de esta lucha. |