En esta jornada de domingo 1 de octubre hemos sido testigos tanto de escenas emocionantes y esperanzadoras como de otras terribles y repudiables. Hemos visto al pueblo catalán salir en masa a defender su derecho a decidir, hemos visto ocuparse colegios y los hemos visto defendidos por profesores y profesoras, padres y madres, estudiantes autoorganizados y, en definitiva, por barrios enteros.

La otra cara son las imágenes de la represión, la de las fuerzas policiales rompiendo puertas, abriendo cabezas, arrasando con todo obstáculo que se encuentre entre ellos y las urnas. En su retaguardia, grupos y organizaciones de extrema derecha protagonizan marchas en varias ciudades del Estado, envalentonados por la represión y el autoritarismo del gobierno y la judicatura.

Desde la red de agrupaciones que integramos Pan y Rosas, No Pasarán, el Sindicato de Estudiantes de Izquierdas y Armas de la Crítica; condenamos enérgicamente su represión y nos sumamos al clamor popular de que estas fuerzas policiales invasoras se vayan. Hacemos un llamamiento a todo el estudiantado, a la clase trabajadora y al pueblo catalán a sumarse a las iniciativas de autoorganización y defensa de los colegios electorales, única forma para que este referéndum pueda realizarse.

Sin embargo, esta lucha no termina hoy, sino que prosigue, y tiene que hacerlo con más fuerza. El próximo 3 de octubre los trabajadores y trabajadoras catalanas están convocadas a huelga general, apelamos al conjunto del movimiento estudiantil para que se ponga a su lado e impulse acciones de solidaridad con los paros tanto en Cataluña como en todo el Estado.

El Régimen del 78 ha mostrado hasta donde alcanza su democracia, y lo que está dispuesto a hacer cada vez que se cuestione aquello que se dejó “atado y bien atado”. Es hora de que pongamos en pie una juventud combativa que junto a la clase trabajadora le plante cara hasta acabar con este régimen, para que realmente podamos decidirlo todo.