Este 6 de octubre, pobladores de Xochimilco decidieron cerrar la carretera Xochimilco-Tulyehualco por el riesgo de colapso que existe por esta vía a causa del terremoto del 19 de septiembre pasado.

Ya desde aquel día se había reportado una gran grieta de aproximadamente 150 metros de largo que recorre un importante tramo de dicha carretera. Los pueblos afectados son Santa Cruz Acalpixca, San Luis, Nativitas, Tulyehualco y San Gregorio, quienes tienen fuertes problemas para transitar en esta zona a causa de este desastre.

Las exigencias de los vecinos es que exista un verdadero compromiso de las autoridades por reparar el daño a la infraestructura carretera, incluso han lanzado un pliego petitorio para exigir al gobierno apoyo a los pueblos afectados por el desastre y la reparación de la carretera. Además, es importante apuntar que el sismo dejó destrucción en una importante cantidad de casas y edificios de estas poblaciones, las que ya de por sí estaban empobrecidas con las políticas neoliberales que dejan a los pueblos y comunidades en el olvido permanente.

No es la primera vez

En su comunicado, en la parte de antecedentes, los pobladores denuncian varias cosas que sucedieron en aquella carretera antes del temblor como lo son:

* En 2016, de agosto a noviembre (4 meses) a unos pocos metros de donde está el actual problema en la carretera Xochimilco-Tulyehualco, se formó un socavón de naturaleza mayor, que después de una primera reparación, y ya estando re-encarpetado el asfalto, se volvió a hundir y tuvieron que volver a reparar.

* En 2016, en el embarcadero Zacapa, también un lugar cercano a la zona afectada, surgió una grieta que causó la fuga del agua de los canales, misma que fue noticia nacional e internacional.

* Previo al sismo del 19 de septiembre, el día 2 de septiembre de 2017, la Calzada Xochimilco-Tulyehualco se afectó por el surgimiento de un socavón, a la altura del retorno conocido “de las Pipas” (porque ahí se ha extraído por más de 60 años agua potable y distribuida por medio de pipas). Cinco semanas después de la aparición del socavón, las autoridades no intervinieron más que con algunas horas de apoyo vial, sin que se le haya informado a los vecinos si se está o no realizando algún estudio al respecto.

* Xochimilco cuenta con dos vías de acceso para llegar a localidades como San Gregorio, San Luis, Tulyehualco, y la delegación Milpa-Alta, que forman parte de la carretera federal Xochimilco-Oaxtepec; una es por la Calzada Xochimilco-Tulyehualco y la otra por Av. Caltongo, esta última ha estado en reparación por motivos de drenaje desde junio del presente año; de tal forma que desde hace tres meses sólo se cuenta con una vialidad “funcionando”.

* Después del sismo, la carretera presentó la aparición de grietas y de una microfalla (de acuerdo con lo manifestado por ingenieros geólogos que han recorrido el lugar), razón por la cual se cerró por completo el acceso a vehículos automotores, por el riesgo que representa el desplazamiento de la carretera.

* Aunado a lo anterior, investigadores del Instituto de Geología de la UNAM, como Sergio Rodríguez, han manifestado que el problema actual de socavones y grietas está relacionado con la sobre extracción de agua, por lo que es urgente confirmarlo y generar un programa para evitar la sobre extracción del acuífero.

Estos son sólo algunos de los puntos del comunicado, los cuales deben ser analizados cuidadosamente y en donde se señala la responsabilidad de las autoridades por negligencia en cuanto al cuidado de la carretera.

Entender las causas sociales de la catástrofe

La lógica que ha seguido el gobierno de Miguel Ángel Mancera es la de la ganancia y el beneficio a los intereses empresariales. Según los datos de José Gil Olmos, en su artículo "Los cimientos podridos del boom inmobiliario" publicado en la revista Proceso, en el terremoto pasado 3 mil 848 edificios salieron dañados, más que en el de 1985, con 2 mil 850 edificios y 15 mil viviendas afectadas, muchas de reciente cimentación.

Por otra parte, los datos señalan que los desarrolladores de vivienda destinan entre 30 y 35% del costo total de los trámites para la construcción en mordidas, haciendo edificaciones de mala calidad, y haciendo negocios multimillonarios a costa de la seguridad de miles de personas.

En la Ciudad de México existen 4 mil edificios ilegales que han dejado una ganancia de 200 mil millones de pesos, producto del boom inmobiliario promovido por los distintos gobiernos de la CDMX, que van desde Andrés Manuel López Obrador hasta Miguel Ángel Mancera.

Para las empresas constructoras como Hir Casa, Baita, Grupo Posadas y Del Parque, Grupo Frisa, Gap Inmobiliaria y el Grupo Dahnos ha sido un negocio muy rentable, pero esto se hace a costa del despojo y el desplazamiento de los habitantes originales de los barrios, la sobre extracción del agua del sub suelo (produciendo que la tierra se reblandezca), los mega proyectos, y de la mala calidad de las construcciones.

El deterioro de los bienes públicos como las carreteras obedece a la lógica de ofrecer concesiones a las grandes empresas para que estas puedan hacer sus negocios. La falta de interés del gobierno de la Ciudad para arreglar la carretera Xochimilco-Tulyehualco tiene que ver con la forma con la que se posiciona con sus socios para obtener grandes beneficios. De la misma manera que la administración de Peña Nieto lo hizo con el consorcio Aldesa y Epcor, responsable de la construcción del Paso Express, donde apareció un gran socavón que le arrebató la vida a 2 personas.

Acá se puede consultar el comunicado completo