Soñando despierto, en el medio de la oscuridad.
Sintiendo esas manos duras, frías y distantes.
Escuchando promesas y sueños, que no se cumplirán.
Creyendo de forma ciega, la idea de la eternidad.
Ellos son los verdugos, y nuestras cabezas caerán.
La cruz que nos dan, nosotros las cargamos.
Sus palabras se convierten, en marcas de impunidad.
Y nuestro silencio se vuelve, en castigo y condena.
Basta, basta!
Basta de mentiras, basta de tanta calamidad,
Basta de soberbia, basta de tanta atrocidad,
Basta, basta!
Basta de mentiras, basta de tanta calamidad,
Basta de soberbia, basta de tanta atrocidad,
Basta, basta!
Basta de hacernos sentir que somos nosotros los culpables…
Sintiendo la culpa, la de no reaccionar,
el silencio me invade, y está en mi contra.
Ya no quiero sentir la culpa,
Ya no quiero sentir este pensar,
Quiero que todos los sepan,
como este dolor me atraviesa.
Pero tengo miedo, de que nadie me crea,
que digan, que la culpa es mía, aunque eso claro esta.
Quiero salir de esta pesadilla, de la cual estoy despierto.
Basta, basta!
Basta de mentiras, basta de tanta calamidad,
Basta de soberbia, basta de tanta atrocidad,
Basta, basta!
Basta de mentiras, basta de tanta calamidad,
Basta de soberbia, basta de tanta atrocidad,
Basta, basta!
Basta de hacernos sentir que somos nosotros los culpables…
La complicidad, alienan las mentes, y nadie quiere saber,
La verdad es insegura y asoma por nuestras cabezas.
La inconsciencia nos asusta, la incertidumbre también.
La verdad es nuestra, como la luz de las estrellas.
Basta, basta!... |