Hace casi 15 años, un 7 de noviembre de 2002, el joven mapuche Alex Lemún (17) recibió un disparo por parte del entonces mayor de Carabineros Marco Aurelio Treuer, provocándole la muerte.

Como ha sucedido en una serie de casos de asesinatos por parte de la policía, Treuer permanece en libertad y realizando funciones en la institución de Carabineros, reflejando una vez más la brutal impunidad que existe en el país.

Debido a esta situación, la Comisión Funa convocó a una protesta, donde también asistieron organizaciones de Derechos Humanos, la Coordinadora de Estudiantes de Historia y Dauno Tótoro, candidato a diputado por el Distrito 10, afuera del Hospital de Carabineros donde aún trabaja el asesino del joven Lemún, en plena libertad y amparado por dicha institución.

El candidato aprovechó de hacer un llamado al resto de los candidatos a diputados de izquierda, a las organizaciones sociales y de Derechos Humanos a "denunciar esta impunidad, en pos de las demandas del pueblo mapuche, por el cese a la represión, por el castigo a los asesinos de los comuneros mapuche, y por la expulsión de las forestales y grandes empresas del Wallmapu".

En la manifestación también se hicieron presentes estudiantes de Historia de la Universidad de Santiago, quienes expresaron su apoyo: "es importante también no dejar en el olvido a los presos políticos que han pasado por la Justicia Militar, porque sabemos que esta Justicia viene de la Dictadura", comentó un estudiante.

Por su parte, desde la Comisión Funa declaran que el asesino de Lemún "cumple funciones como mayor de Carabineros al momento de asesinar a Edmundo Alex Lemún Saavedra (...) el 7 de noviembre Treuer queda al mando de un piquete de Fuerzas Especiales de Carabineros al fundo Santa Lucía para reprimir una toma de terrenos, siendo reprimidos a pedradas". Posteriormente, el piquete de carabineros comenzó a disparar bombas lacrimógenas y balines, hasta que Treuer dispara con un arma de 9 milímetros, según indican desde la organización.

El carabinero le disparó a Alex Lemún a "escasos 70 metros de distancia", hiriéndolo en su cabeza y generándole la muerte cinco días después. De acuerdo a los testimonios de carabineros y a las pericias realizadas en ese entonces, ninguno de los habitantes de la comunidad mapuche involucrada estaba con armas.

El caso de Lemún pasó a la Justicia Militar quedando en total impunidad hasta la actualidad. Su asesino fue derivado a Rancagua y meses después quedó a cargo de la Dirección de Transportes. Tras retirarse de la institución de Carabineros, en calidad de "civil" fue contratado por el Departamento de Odontología del Hospital de Carabineros, donde trabaja hoy en día.

En esta acción se denunció la tremenda impunidad policial existente en Chile, y la responsabilidad de los gobiernos de turno en esta situación. Se puso en la palestra el hecho de que los uniformados asesinos de mapuche, de estudiantes y de jóvenes están protegidos por la Justicia Militar y jamás son juzgadas y condenadas como debiesen serlo.

Además, la convocatoria se realizó en solidaridad con el pueblo mapuche y su lucha, contra la represión y el negocio de las grandes forestales que destruyen su territorio y el medioambiente, y por la conquista de sus demandas históricas.