Registros en imprentas, edificios de la Generalitat, sedes de partidos y entidades soberanistas, detenciones de cargos públicos, cargas policiales para secuestrar urnas, más de 800 heridos, cierres de web, censura de prensa... y ahora... dos presos políticos. Dos rehenes del Estado con los que se pretende imponer una derrota total a la lucha democrática de un pueblo que lleva más de cinco años movilizándose por el derecho a decidir y que, el pasado 1O en las urnas y el 3O con una huelga general, ha expresado su voluntad mayoritaria de conformar una república independiente.
Señores Pablo Iglesias, Alberto Garzón, Unai Sordo y José María Álvarez, dirigentes respectivos de Podemos, Izquierda Unida, CCOO y UGT, ¿qué más necesitan para convocar alguna movilización en solidaridad con Catalunya y en contra esta escalada represiva?
Esta regresión autoritaria empieza en Catalunya, pero si triunfa hoy contra el movimiento catalán, después se profundizará en el resto del Estado. Pero, además, su pasividad abona que el veneno del anticatalanismo se extienda entre cada vez más capas de los trabajadores y sectores populares. La unidad de la clase trabajadora y los sectores populares de todo el Estado solo puede soldarse en una lucha común que parta del reconocimiento del derecho a independizarse del pueblo catalán.
La jueza que ha mandado hoy a Soto del Real a los “Jordis” es la misma que quiere condenar a más de 300 años de prisión a los jóvenes de Alsasua. El Tribunal del que forma parte, la Audiencia Nacional, se nutrió de los jueces del Tribunal de Orden Público franquista y es el mismo que permite que Urdangarín siga disfrutando de la gran vida Suiza, que absolvió a la Infanta o mandó a casa a Rato. Mano dura para aplastar derechos y libertades democráticas, y guante de seda para tratar a los grandes banqueros y políticos capitalistas. Y todo con el apoyo de Felipe VI, que llamó al orden a todos los agentes del Régimen para que se disciplinaran al plan del “General Rajoy”. ¿Hay alguna duda de que combatir este régimen es una tarea común de todos los sectores populares de un lado y otro del Ebro?
Ustedes dirán que ya han dicho que les parecen fatal estas actuaciones. Pero no basta con declaraciones condenatorias de estos abusos. No basta con intervenciones en un Parlamento que se ha convertido en el atril de la “gran coalición” reaccionaria del PP, Cs y el PSOE, bendecida desde la Zarzuela, el Ejército y los Cuerpos de Seguridad del Estado y la Judicatura al completo. No, señores.
Menos cuando a la vez promueven una “reforma” del régimen de la mano del PSOE, y con la bendición de la Corona a la que se niegan a cuestionar, que mantendría todo “atado y bien atado”. Hasta ahora la única medida de movilización que han tomado fue apoyar las marchas de blanco. Una movilización que establecía una increíble equidistancia entre la aplicación del 155 y la DUI. La primera es una medida de excepción, que además de suspender la autonomía catalana, ya vemos de qué otras medidas vendrá acompañada. La segunda, incluso aunque no compartamos que sea una vía suficiente para efectivizar el resultado del 1O, es una medida legítima y democrática, que responde a una voluntad expresada contundentemente en un referéndum donde más de 2 millones votaron bajo las porras y las amenazas policiales.
Ustedes tienen 71 diputados en las Cortes, decenas de diputados regionales, centenares de concejales, gobiernan las principales capitales, dirigen la mayor parte de comités de empresa de todo el Estado... y, sobre todo, tienen el respaldo de millones de trabajadores y jóvenes que ven espantados e indignados la arremetida de un régimen que cada día da un paso más en su bonapartización. ¿Por qué no usan este capital para intentar paralizar esta ofensiva e impulsar una gran movilización contra la Corona y el Régimen del 78?
El encarcelamiento de los presidentes de ANC y Omnium es un hecho lo suficientemente grave como para que se rompa con esta ubicación de “leal oposición a su Majestad”. Podemos, Izquierda Unida, CCOO y UGT deben llamar ya mismo a grandes manifestaciones por su inmediata puesta en libertad y contra la represión.
En Catalunya estas dos centrales sindicales, también aquí mayoritarias, tienen que convocar la huelga general que se negaron a apoyar el 3O, y acabar con su mezquina posición de no reconocer los resultados del 1O. En el resto del Estado todas estas organizaciones deben promover una campaña de asambleas y paros en los centros de trabajo y estudio, que pelee contra la catalanofobia que el régimen está tratando de extender entre los trabajadores y sectores populares, y prepare movilizaciones en apoyo al derecho de los catalanes a constituir su propia república, para desarrollar una lucha común contra el Régimen del 78 y por la apertura de procesos constituyentes en Catalunya y el resto del Estado.
Iglesias, Garzón, Sordo y Álvarez deberán decidir en qué lado quieren estar, si en el flanco izquierdo de un régimen reaccionario al que se le quiere “reformar” algo, o del lado del pueblo catalán y aquellos sectores populares que codo a codo en el resto del Estado quieren acabar con el régimen heredero de la Dictadura que hoy hace honores a sus oscuros orígenes. |