En 1953 el entonces presidente Adolfo Ruiz Cortines, aprobó las reformas constitucionales para que las mujeres pudieran votar e ir a elecciones; pero esto no sucedió porque el gobierno en curso fuera progresivo sino porque desde hacía años atrás la lucha de las mujeres venía presionando.

Miles de mujeres organizadas se manifestaron el 6 de abril de 1952 en la Ciudad de México; sin embargo desde 1916 durante el Primer Congreso Feminista que se realizó en Yucatán se exigía el sufragio femenino.

Algunos de los estados permitieron el voto femenino desde 1923, como Yucatán, o en 1924 como San Luis Potosí, o en 1925 en Chiapas; esto sólo para elecciones municipales o estatales, pero en algunos se perdió ese derecho años después.

Entre las mujeres que destacan por esta lucha, se encuentra Elvia Carrillo Puerto quien participó en las elecciones para diputada al congreso estatal, junto a tres mujeres más; también se encuentra el caso de Laureana Wright González, que fue periodista y utilizaba este medio para expresar las demandas.

Del sufragio femenino y la subjetividad de las mujeres

Lázaro Cárdenas presentó una iniciativa en 1937, de reforma al art. 34 de la Constitución que permitiría a las mujeres votar, dicha iniciativa fue aprobada sin embargo se discutió en el Partido Nacional Revolucionario (PNR) –antecedente del PRI– que las mujeres no podían ejercer el voto porque podría verse influenciado por los curas. Diez años después, durante la presidencia de Miguel Alemán se aprobó el voto para las mujeres pero sólo en elecciones municipales.

Cuando finalmente las mujeres pudieron ejercer por primera vez su voto en elecciones federales –el 3 de julio de 1955– no fue una gran cantidad de mujeres a la urnas, ya que los hombres creían tener el derecho de decidir por ellas; y, las mueres, ¿cómo se iban a sentir sujetos políticos si tenían todo el peso de la religión, sus esposos, y la falsa responsabilidad natural del cuidado del hogar?

En México se conquistó el voto de las mujeres a través de la organización política y mucha presión sobre los gobiernos en turno; pero tardaron 36 años más para instaurarlo a comparación de Rusia, que a propósito de los 100 años de la Revolución Rusa, hace conmemorar a las millones de mujeres que salieron a las calles un 8 de marzo y dieron comienzo a la revolución que decretaría grandes conquistas para las mujeres, entre las cuales se encontraba también su derecho al voto.