El domingo 15 de octubre fue el denominado “Día de la Madre”. Algunas mujeres que decidieron ser madres estuvieron en el Encuentro Nacional de la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos (RAJAP) que se realizó en la ciudad de Rosario.
Algunas fueron con sus hijos o hijas, otras pudieron dejarlas al cuidado de sus parejas o familiares. Así, las mujeres positivas pudieron encontrarse y hablar de sus situaciones como mujeres y madres que viven con VIH.
Sobre ellas pesa una carga social y una doble situación de opresión: desde el machismo por ser mujeres a la serofobia o discriminación por vivir con VIH.
Paola Acuña es una de las madres que estuvo presente en el Encuentro. Ella tiene 30 años y es de Buenos Aires. Vive con VIH hace 9 años y es activista en distintos espacios. También es madre de 3 hijos. “Dos de ellos los tuve con el diagnóstico positivo. No tuve opción de elegir ser madre positiva o no: cuando voy a hacerme un test de VIH lo hice por conciencia propia, con mi pareja. Fue porque nos conocíamos hace muy poco tiempo y queríamos ser padres, nada más" dijo.
A Paola le sacaron sangre al menos dos veces y les dijeron que esperaran el resultado antes de quedar embarazada. Ellos decidieron no esperar. Luego, al buscar el resultado del test de VIH, le dijeron que su pareja era negativo pero que ella era positiva.
“Nos vuelven a sacar sangre para confirmar el negativo de él. Él sigue siendo negativo hasta el día de hoy. No tuve opción de decidir pero estuvo bueno porque ya tenía el bebé y gracias a que caí en manos de buenos infectólogos que pudieron contenerme y demás, me dijeron que el bebé iba a estar bien” recordó Paola.
“Hice el tratamiento durante el embarazo. Es un tratamiento común como todas las personas con VIH. Tomas los antirretrovirales para mantener la carga viral baja. Lo ideal es poder llegar a la indetectabilidad para poder tenerlo por parto normal y los CD4 altos. En ese primer embarazo logré la indetectabilidad y tuve un permiso por escrito del infectólogo para la obstetra de que podía parir” señaló.
Paola también sostuvo: “Después de ella decidimos tener otro bebé más, el último. Lo mismo: el médico te dice que primero te cuides vos, que esperemos a que esté indetectable para poder buscar al bebé de manera natural. En ese momento, cuatro años atrás, los médicos que trabajan en investigación ya manejaban la información de que una persona estando indetectable no transmite”.
Camila nació con VIH, su hijo no
Al igual que Paola, Camila también decidió ser madre cuando tenía 17 años. Hoy tiene 30, vive en Capital Federal y en su caso, nació con VIH por transmisión vertical (de madre a hijo/a).
Ella afirmó: “Tomé la decisión de ser madre. Por más que fue un embarazo adolescente, quería tener un bebé.” Esa decisión “fue fuerte pero también me hizo muy bien. Me hizo más bien de lo que yo creí.” Su hijo nació sin VIH en su cuerpo.
Al momento de decidir tener un hijo o hija, Camila vivía con su pareja hacía un año. Él sabía de su diagnóstico y la acompañó. Ella estaba indetectable asique pudo quedar embarazada sin ninguna posibilidad de transmitirle el virus.
“¿Se lo digo? ¿No se lo digo? ¿Cómo?”
Uno de los mayores problemas que tienen las personas seropositivas es el momento de dar a conocer su diagnóstico. Tanto para tener una relación sexual como a algún ser querido. Paola y Camila tomaron la decisión de decirles a sus hijos o hijas de su diagnóstico.
Paola comentó que transitó ese momento por recomendación de su médico cuando su hijos eran chicos: “Él me dijo que lo mejor era decírselo ahora porque cuando más grandes son por ahí es peor, los chicos crecen y se lo toman mal. Se lo comenté de una manera muy relajada. Lo entendieron siempre: ´Mamá toma pastillas para tener las defensas altas´. Se lo expliqué así, les dije: todos los seres humanos tenemos defensas que nos curan de las enfermedades que tenemos. Hay personas que tienen un virus que se llama VIH que ataca a las defensas. Entonces estas personas tenemos que tomar medicación todos los días. Si mamá no las toma, las defensas de ella bajan y se puede enfermar. Entonces mamá las tiene que tomar todos los días”.
Camila, por su parte, decidió esperar un tiempo antes de decirlo. “Le dije hace muy poquito porque a los 11 él me preguntó. Me veía tomar pastillas y no sabía para qué. Yo esperé a sus tiempos y no llenarlo de información que él no precisaba todavía” relató.
El rechazo es un miedo presente
Uno de los mayores miedos de quienes viven con VIH es que, al momento de decir el diagnósitico, encuentren discriminación o estigmatización del otro lado. Sin embargo, tanto las y los hijos de Paola como el de Camila las apoyaron y acompañaron.
En el caso de Paola, incluso, sus hijos le recuerdan que tiene que tomar su medicación o, como le llaman ellos “las pastillas para los soldaditos”.
Camila, por su parte, recibió la aceptación de su hijo. “Me dijo que ya lo intuía, que ya sabía y solo necesitaba que yo se lo diga. Le dije que no busque nada por internet, que cualquier duda que tenía que me consulte a mí. Lo tomó más natural que cualquier persona” señaló.
Son mamá pero no pueden amamantar
Una de las dificultades que viven las madres seropositivas, es que no pueden amamantar en caso que así lo eligieran.
Así lo dijo Paola: “Te dan un tratamiento para que las glándulas mamarias no trabajen, entonces no tenes leche y no amamantas. Tengo entendido que hoy por hoy quizá eso pueda avanzar ya que demostró que no se transmite ni en sangre ni en leche estando indetectable. Lo cual hubiera sido hermoso para mí. Sería un gran logro de la ciencia que una madre positiva pueda amamantar.”
La realidad de las madres que viven que viven con VIH es poco visibilizada hoy en día. Poco se conoce que pueden ser madres, en caso que lo quisieran, sin la necesidad de utilizar algún tratamiento de reproducción asistida, sino manteniendo relaciones sexuales sin preservativo y, al estar indetectables, no transmitir el virus. También poco se sabe que ellas pueden vivir con VIH y sus hijos o hijas no. Es necesario terminar con el estigma y discriminación que siguen viviendo y luchar por todos los derechos para las y los seropositivos. |